El Zinemaldia de Donostia es mucho más que una simple proyección de películas. Es un evento que reúne a las estrellas del cine mundial sobre una alfombra roja que se convierte en el escenario perfecto para las fotografías. Pero, ¿qué hay detrás de esos elegantes photocalls que vemos cada día en el periódico y en las redes sociales? Mientras que todos los focos apuntan a las estrellas y las alfombras están esperando a ser pisadas por los más famosos, un equipo de profesionales trabaja arduamente durante meses para crear estos espacios que capturan la esencia del festival. Una de estas personas es Olatz Arrizabalaga, que explica, bajo su experiencia, lo que supone trabajar en la elaboración del paseo fotográfico.

La preparación

La organización de un photocall en el Zinemaldia es una tarea que requiere meses de preparación. Desde la selección de las películas hasta la confirmación de las presencias, cada detalle se planifica con meticulosidad. Arrizabalaga detalla que, "a medida que se van confirmando las presencias que va a tener la película, vamos viendo qué tipo de photocall hacemos. No es lo mismo un photocall con una única persona, que uno con diez".

Un equipo multidisciplinar

"Hay que coordinarse con el de seguridad, producción y relaciones públicas"

Una vez aprobado el diseño, comienza la fase de construcción. Producción, seguridad y relaciones públicas trabajan en conjunto para dar vida al photocall. “Coordinamos producción para que monte el sitio donde se va a hacer el photocall. Seguridad se encarga de que los acreditados puedan acceder sin problemas. Los relaciones públicas nos van contando cómo avanza y se está montando todo. Hay que coordinarse con el de seguridad, producción y relaciones públicas”, asegura. Cada elemento, desde el fondo hasta los más pequeños detalles, es cuidadosamente elaborado. La iluminación juega un papel crucial. Una iluminación adecuada puede realzar los colores, crear sombras interesantes y destacar los rostros de los protagonistas.

Espacios interactivos

"Utilizamos elementos entre decorativos y útiles, para que los protagonistas no estén estáticos"

Los photocalls han evolucionado mucho en los últimos años. Ya no son solo fondos estáticos, sino que se han convertido en espacios interactivos, donde los protagonistas pueden jugar con elementos decorativos. “Tenemos unos cubos, que a los actores que tienen que posar les da juego. Hay cubos más pequeños, grandes... se pueden apoyar en ellos. Solemos poner también unas conchitas. Utilizamos elementos entre decorativos y útiles, para que los protagonistas no estén estáticos. Pueden sentarse, apoyarse, coger la concha...”, asegura Arrizabalaga.

Chacha Huang, actriz de la película Emmanuelle Ruben Plaza

Estos elementos no solo sirven para ubicar la foto en Donostia, sino también para crear un ambiente acogedor y dinámico.

Más allá de una simple foto

Los photocalls cumplen múltiples funciones en un festival como el Zinemaldia. "Entiendo que los periodistas necesitáis la foto para acompañar el texto que vais a hacer. Desde el punto de vista de los fotógrafos freelance, quizá sería difundir la imagen de Donostia. A nosotros nos interesa dar una buena imagen del Festival y de la ciudad para que se pueda vender a través de esas fotos. Y, evidentemente, del lado de la película, es la promoción de la propia obra", afirma Arrizabalaga.

Fotógrafos y camarógrafos capturando las mejores imágenes del photocall Ruben Plaza

Los retos y las satisfacciones

Uno de los mayores desafíos es trabajar contra reloj: tal y como reconoce la donostiarra: "Lo ideal sería tener tiempo y poder hacer las cosas de manera relajada. Pero nosotros tenemos al día muchos photocall". Sin embargo, la satisfacción de ver a las estrellas del cine posando en los espacios que han creado compensa cualquier esfuerzo.

El día del evento: todo listo para brillar

El día del festival, el photocall se convierte en el centro de atención. Detrás de cada photocall del Zinemaldia hay un gran equipo de profesionales que trabaja con pasión y dedicación para crear espacios únicos. Gracias a su trabajo, las estrellas del cine brillan con luz propia en Donostia, dejando para la posteridad imágenes que quedarán grabadas en la memoria de todos.