Por tercera vez en la gran pantalla, los pasajeros del avión 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya se han estrellado en los Andes. La aventura de los dieciséis supervivientes que sobrevivieron a 72 días aislados a 3.500 metros de altura ha sido narrada en incontables ocasiones, desde reportajes y libros hasta documentales, series de televisión y, por supuesto, películas. Ahora, J.A. Bayona relata su versión en La sociedad de la nieve, un filme fiel a su cine, con grandes momentos que son técnicamente impecables y escenas puramente melodramáticas, que el propio cineasta ha presentado este viernes en el Teatro Victoria Eugenia acompañado por el actor uruguayo Enzo Vogrincic.

El cineasta catalán ha vuelto a rodar en castellano quince años después de El orfanato para narrar un episodio que ya se pudo ver en la popular ¡Viven! y en la mexicana Supervivientes en los Andes. No obstante, esta vez, ha querido rodarla con actores uruguayos y buscar, así, ser lo más fiel posible a la historia original.

Quizás sea esa, junto a la espectacularidad de varias escenas como la del accidente de avión y la de la avalancha, las grandes bazas de esta nueva versión que, probablemente, aporte poco a lo que ya se conocía. 

El 13 de octubre de 1972, un avión con 40 pasajeros y cinco tripulantes que viajaba de Montevideo a Santiago se estrelló en los Andes. Buena parte de las 29 personas que sobrevivieron al choque eran integrantes de un equipo de rugby que se disponía a disputar un partido en Chile. A partir de ahí, más de dos meses de penuria, sufrimiento, mucho frío y antropofagia hasta que únicamente dieciséis de ellos son rescatados con vida.

Bayona, más que en el horror de la tragedia, se refugia en más de una ocasión en la reconstrucción emocional y en la justificación que se dan los protagonistas a las acciones a las que se ven abocados a cometer. Quizás consciente de que gran parte del público conoce la historia, el director trata de aportar un pequeño tratado sobre la condición humana que no termina de funcionar.

Es cuando saca a relucir la faceta de su admirado Steven Spielberg, con planos llenos de pasión y momentos visualmente emotivos, donde mejor se desempeña. En ese cine sensorial por el que, a buen seguro, la Academia de Cine ha decidido esta misma semana seleccionar la película como representante de España a los Oscar por delante de las dos propuestas vascas: 20.000 especies de abejas y Cerrar los ojos.

Un filme muy esperado

Como era previsible, el filme está siendo uno de los grandes reclamos del primer fin de semana del Zinemaldia. Las entradas para todos los pases de La sociedad de la nieve fueron de las primeras en agotarse.

El público quiere a Bayona y Bayona quiere al público en las salas de cine. A pesar de ello, está por ver si la película llega a la gran pantalla tras su paso por el Zinemaldia al tratarse de una producción de Netflix. Quizás lo haga con un galardón de Donostia, ya que no parece nada descabellado imaginar que la película haya conseguido una buena puntuación.

Tras firmar Lo imposible en 2012, nadie dudaba de que la historia de un grupo de hombres que sobrevive en el corazón de los Andes era un material más que perfecto para alguien como Bayona. Sin embargo, más allá de llevar la tragedia a la espectacularidad cinematográfica del siglo XXI se esperaba algo más. 

O quizás no, ya que tal y como dice uno de los protagonistas en el filme, solo es necesario que se siga narrando su historia para poder decir que todos ellos perduran y siguen vivos.