Cada vez que Hirokazu Kore-eda tiene una película nueva la presenta en el Zinemaldia. En esta ocasión ha venido a Donostia para presentar Broker, un drama con toques de comedia rodado en Corea del Sur y protagonizado por Song Kang-so, intérprete conocido por Parásitos, que obtuvo en el último festival de Cannes el Premio al mejor actor. Una vez más, Kore-eda vuelve a retorcer los límites de la idea de la familia y otra vez vuelve a basarse en un hecho real para configurar su argumento: Song Kang-so interpreta a un traficante de bebés, que obtiene a los niños sustrayéndolos de un baby box, es decir, un buzón en el que las madres pueden abandonar a sus hijos de forma anónima, sistema extendido en Corea del Sur y con presencia en Japón y EEUU.

Durante la primera década de este siglo pugnó varias veces por la Concha de Oro, pero desde ‘Kiseki’ (2011) solo ha participado en la sección Perlak del Zinemaldia. ¿No le gustaría volver a estar en la Sección Oficial?

No soy yo quien elige a qué festival se envían las películas, sino que son los productoras o los agentes de ventas internacionales. Si ellos deciden darle la prioridad a otro festival, yo no puedo decir nada. De cualquier modo, estoy muy contento de que me llamen para venir a Donostia, no importa la sección que sea, y siempre reservo unos días en septiembre por si José Luis Rebordinos me invita. Siempre que me llamen, vendré; este es uno de mis festivales favoritos.

Siempre ha reconocido que las obras del cineasta vizcaino Víctor Erice le fascinan.

Cuando era estudiante me gustaron mucho El espíritu de la colmena y El sur. Son películas que fueron un gran descubrimiento. He oído, aunque no sé si el proyecto va a salir adelante o no, que está preparando una nueva película y me interesaría mucho verla. Cuando las películas de Erice salieron en Japón en VHS me las compré; de nuevo cuando salieron en DVD y, ahora, que han sacado un pack en Bluray, me las he vuelto a comprar. Solo con películas de Victor Erice tengo una parte de mi estantería completa (ríe).

Su última película se inicia con una madre que deja a su bebé recién nacido en un ‘baby box’. Aunque la película se ambienta en Corea del Sur, recientemente, en EEUU han habilitado este tipo de receptáculos para abandonar niños.

Me gustaría que tuviésemos una sociedad en la que este tipo de cosas no fuesen necesarias, pero lo cierto es que hay mujeres que tienen niños que no pueden cuidar y los dejan abandonados o, incluso, los matan. Desde ese punto de vista, por desgracia, es un sistema necesario en nuestra sociedad actual. En Japón, en este momento solo hay un punto de este tipo.

¿Cuándo escuchó hablar, por primera vez, de los ‘baby boxes’?

Hace unos diez años, cuando rodaba mi película Like father, like son. Por aquel entonces fue noticia que en Japón, en Kumamoto, se había habilitado este sistema de buzón de bebés. En aquella época la opinión pública fue muy combativa con este sistema y me quedó ese recuerdo porque tuvo mucho eco. Años después, en el festival de Busan, en Corea, me preguntaron qué temas relacionados con la familia estaban de actualidad en Japón y yo les hablé de esto; y me respondieron que en Corea había muchos de estos y, a partir de ahí surgió la idea de hacer esta película. En la actualidad en Japón la opinión está dividida al 50% sobre si este sistema es adecuado o no.

Dice que el sistema es “necesario”, pero en el primer diálogo de la película la actriz Bae Donna, que interpreta a una inspectora de policía, afirma lo siguiente: ‘Si vas a abandonar un bebé, es mejor no tenerlo’.

La película no quiere dar un mensaje sobre si esa afirmación es correcta o no. Lo que me interesaba reflejar es que el personaje de la inspectora cambiase de pensamiento a medida que avanzaba la trama y conociendo al resto de personajes. De una forma paralela, el público que pueda no tener una opinión al respecto puede ver el problema desde otra perspectiva a través de esta historia.

Muchas veces aborda la cuestión del parentesco, pero en ‘Broker’, al igual que ocurría en ‘Un asunto de familia’, vuelve a reflexionar sobre la familia que uno elige, no sobre la sanguínea.

Es cierto. Tanto en Japón como en Corea del Sur aún hay mucho arraigo por la familia tradicional. Pero en la sociedad actual este tipo de familia está cada vez más separado de la realidad: en el día a día vemos personas que conviven sin estar casadas, vemos familias monoparentales... Se me va la mirada hacia estos temas de forma natural.

¿Cómo se consigue que un personaje como el de Song Kang-so, que interpreta a un traficante de niños, caiga bien al público?

Song Kang-so tiene una manera muy curiosa de interpretar, combina al mismo tiempo lo positivo con lo negativo, el bien con el mal. Visto desde la distancia este personaje es un delincuente que vende bebés, pero una vez que te subes en el coche con él y hablas con él, te parece que ya no es tan malo; ese contraste me interesaba desde un principio y solo un actor como él podía interpretar algo así.

¿Es necesario que historias tan crudas como ‘Broker’ se tiñan con un toque de comedia para que lleguen más fácil al público?

Como Song Kang-so tiene esa vis que puede ser cómica, le he dejado hacer. Esta es una historia que se desarrolla a través de dos vehículos: la furgoneta en la que viajan los traficantes, la madre y el bebé, y el vehículo en el que viajan las dos mujeres policías. Lo que he intentado es profundizar en la relación de las personas que están dentro de esos coches hasta que al final ambas tramas convergen. Y, claro, como el tema de la película es un poco triste, de vez en cuando, incluyo toques de humor.

‘Broker’ mezcla denuncia social, comedia, thriller, road movie... ¿Cómo se consigue un equilibrio?

Es algo que sucede en todas mis películas, no están planteadas desde un único género. En esta ocasión, es más bien la historia de un viaje y, en ese sentido, sí que se acerca a la road movie. Pero simplemente trataba de reflejar las relaciones entre una serie de personas.

Rodó ‘La verité’ en Francia; ‘Broker’ en Corea del Sur, ¿le interesa seguir retratando otros países?

Como director han sido experiencias muy interesantes, he aprendido muchísimo. No tengo ningún inconveniente de volver a rodar fuera de Japón si me ofrecen un proyecto.