El vasco es una comedia vasco-argentina que sigue los pasos de Mikel (Joseba Usabiaga), un bermeano que abandona Euskal Herria escapando de sus problemas y que acaba en Argentina... en una comunidad de descendientes de la diáspora. La cinta de Jabi Elortegi será la encargada de inaugurar la sección Zinemira del Zinemaldia el próximo viernes. Las entradas se han puesto este domingo a la venta.
¿Es ‘El vasco’ una historia universal?
Es una historia universal contada desde el punto de vista de un vasco que emigra a Argentina, pero bien podrían ser un gallego o un italiano que cruzan el charco.
¿Se trata de una historia de un protagonsita que huyendo de lo propio lo acaba encontrando?
Sí. Parece que cuando tienes problemas huyes del lugar espacial pero con el tiempo te das cuenta que los problemas viajan contigo. La solución no es huir de un sitio
Por lo tanto, Mikel, el protagonista de ‘El vasco’ al que da vida Joseba Usabiaga, lo que hace es huir de sí mismo.
Mikel huye de sí mismo y de todo lo que le rodeaba. Quiere olvidarse de todo lo que ha vivido para olvidar sus problemas y agarrarse a un clavo ardiendo.
Se agarra a un clavo ardiendo, a un familiar que le invita a ir a argentina. Ese familiar es el reconocido actor Eduardo Blanco.
Trabajar con Eduardo Blanco es increíble. Es un actorazo, que te exige mucho como director pero todo es por el bien común de la película. Me ha exigido hablar mucho con él de su personaje, cuestionaba diálogos, proponía alternativas... Ha sido una maravilla. Él tiene doble nacionalidad y cuando le contacté estaba con una obra de teatro en Madrid, yo iba allí, ensayábamos, debatíamos sobre el personaje y cuando llegó la pandemia seguimos trabajando online. En el set, además, es una maravilla, tiene una gran experiencia y una gran comedia.
De cualquier modo, hablamos de una comedia.
Sí, El vasco es una comedia pero a partir de determinado momento adquiere un poso más dramático.
‘El vasco’ inaugurará la sección Zinemira el viernes. Usted vuelve al Zinemaldia después de haber participado en 2009 en Nuevos Directores con ‘Zorion perfektua’.
Cuando vas a presentar tu trabajo sientes los nervios del momento y si es en un marco como el Zinemaldia, en una semana que está representado el cine de todo el mundo, además de los nervios, sientes felicidad y orgullo de poder hacerlo ahí. Es una historia que surgió del Zinemaldia, allí conocimos a los productores argentinos y se cierra el ciclo presentándola en Zinemira.
El Zinemaldia siempre es una muy buena ventana.
Cuando eres una película pequeñita, con un presupuesto pequeño como el nuestro, el Zinemaldia te hace de altavoz y te sirve de publicidad. Al poco de estrenar en el Zinemaldia iremos al circuito comercial.
¿Cuándo?
Se estrenará el 7 de octubre.
¿Cómo fue el rodaje en Argentina?
Estuvimos cinco semanas rodando allí. Los coproductores son de la provincia de Mendoza y de la de Córdoba. La base estaba en una localidad de esta última provincia que se llama Villa María, una ciudad en la que hay un sector bastante importante de la diáspora vasca. Es un lugar en el que mantienen el espíritu, la cultura y las tradiciones vascas de una manera muy actualizada. Luego, además, rodamos en una localidad pequeñita que se llama Morrison.
¿Qué fue lo que les interesó a los productores argentinos?
El personaje que interpreta Eduardo Blanco es un personaje que consideraron que refleja bien a algunos argentinos, se vieron reconocidos. Por otro lado, la historia de la comunidad vasca en Argentina la entendieron también muy bien. Por último, el tono en la que estaba escrita también les hacía mucha gracia.
¿Y cómo fue trabajar con ellos?
Económicamente es un país difícil por los vaivenes del precio de la moneda. Pero una vez que nos pusimos a rodar todos hablamos el mismo idioma y fue todo muy bien. La relación con ellos fue estupenda y, de hecho, alguno de los productores estará en el Zinemaldia.
¿Cómo fue la relación con la comunidad de la diáspora?
Muy fácil. Me sentí como en casa, todo lo que necesitábamos como decoración, atrezzo y figuración, echamos mano de ellos. Se volcaron con la película. Ellos dicen que, al igual que ocurre en la película, sintieron una comunión y se volcaron con el rodaje.
La película también ha servido para unir ambas comunidades.
La diáspora en Argentina tiene un sentimiento euskaldun muy muy fuerte a pesar que los vascos originarios que emigraron allí fueran sus bisabuelos. Los bisnietos siguen manteniendo esa tradición y siguen sintiéndose orgullosos de lo que es ser vasco. Muchas veces te sientes unido pero te hace falta actos o cosas puntuales para reforzar esa unión y ellos decían que la película les ha servido para salir fortalecidos como comunidad.