Qué triste es pagar un pico todos los meses por ver el fútbol en la tele y que cuando un equipo, el Athletic de Bilbao y su afición, brinda un clamoroso homenaje al pueblo palestino en San Mamés para condenar el genocidio de Israel, las cámaras miren hacia otro lado para que no se vea ni se sepa nada.

Allí dentro, segundos antes de que arrancara el partido de La Liga contra el Mallorca, Honey Thaljieh, excapitana y cofundadora de la selección de fútbol de Palestina, junto a once refugiados palestinos en Euskal Herria y representantes de la UNRWA (la agencia de la ONU que ayuda a la comunidad refugiada palestina) pisaron el césped de San Mamés. Uno a uno, fueron saludados por el equipo de la mano de su capitán, Iñaki Williams, arropados por una larga ovación de la grada, que ondeaba cientos de banderas y pedía a gritos paz y libertad mientras en los marcadores se podía leer Athletic Palestinaren alde. Stop genozidioa.

Palestinos homenajeados en San Mamés Borja Guerrero

Mientras todo esto ocurría, la televisión se recreaba con unas cansinas imágenes del exterior del estadio en un lamentable ejercicio de censura, algo que causa entre indignación y perplejidad en una época en la que todo el mundo lleva un móvil en el bolsillo con acceso a Internet para mostrar lo que otros se empeñan en censurar.

Resulta absurdo pagar por ver el fútbol por la tele y que te escaqueen algo así de una forma tan burda. Por eso, no debemos pasar página ni reducirlo a anécdota: hay que pedir cuentas a Movistar y a La Liga de Javier Tebas, para que expliquen el porqué de no emitir el breve homenaje para denunciar el genocidio de Israel y que cada uno aclare su responsabilidad.

Ya quedó claro en La Vuelta que la ciudadanía exige que el deporte también se implique en denunciar el genocidio y aislar a quien lo practique, pero parece que los dueños del fútbol prefieren una afición ignorante que pague por ver rodar el balón en la tele pero no se entere de que también este deporte empieza a despertar conciencias.