En la lucha encarnizada por la victoria durante la Segunda Guerra Mundial, la carrera por desarrollar la primera bomba atómica fue decisiva para asegurar el dominio del mundo. Ahora, los expertos revelan nuevas pruebas del desarrollo secreto de armas nucleares de vanguardia de la Alemania nazi y de los planes que tenían para un grupo de 20.000 adolescentes entrenados para ser asesinos despiadados al servicio del ejército nazi.

La Segunda Guerra Mundial no solo fue el conflicto bélico más cruento del siglo XX, sino que supuso un punto de inflexión en la historia de la humanidad. Las grandes potencias se enfrentaron entre sí formando alianzas estratégicas que marcarían el devenir internacional a todos los niveles. Pero aún hay muchos secretos que siguen ocultos acerca de los planes del régimen nazi que podían haber cambiado el curso de la historia.

DMax ha preparado una programación especial para la noche de hoy sobre la Alemania nazi en la que la audiencia del canal conocerá nuevos secretos sobre los planes e intenciones de Hitler y sus adeptos. La noche comenzará con la emisión (22.00 horas) en el canal de Veo TV de La bomba secreta de Hitler, un especial que trata de revelar todas las curiosidades sobre uno de los proyectos de mayor escala de la Alemania nazi bautizado como el Proyecto Uranio. A continuación, a partir de las 23.30 horas DMax dará a conocer a las nuevas generaciones de soldados nazis con el estreno de Los jóvenes asesinos de Hitler.

‘PROYECTO URANIO’

Este es el nombre clave del proyecto de energía nuclear desarrollado por el Departamento de Desarrollo de Armamento de la Wehrmacht durante la Segunda Guerra Mundial para el empleo de esta en la fabricación de la bomba atómica y comenzó pocos meses después del descubrimiento de la fisión nuclear en el año 1938. Fueron los alemanes Otto Hahn y Fritz Strassmann los primeros en saber cómo se podía dividir un átomo, y que al hacerlo se liberaría una gran cantidad de energía.

Este proyecto fue una de las obsesiones que más atormentaron a Hitler y sus seguidores en la carrera por tomar ventaja en el desarrollo armamentístico, en la carrera que mantenían con Estados Unidos. En La bomba secreta de Hitler diferentes expertos revelan nuevas pruebas que explican los planes que idearon Hitler y sus seguidores para sembrar el terror a una escala mundial en el desarrollo de una bomba atómica que usar con los enemigos.

Muchos fueron los estudios y experimentos que llevó a cabo el Régimen en la investigación atómica, pero durante la guerra, los aliados destruyeron varias veces las plantas de agua pesada de los nazis, un elemento necesario para la fabricación de armas nucleares y que impidió que llegasen a culminar su obra. Los aliados, avisados del extremo peligro que representaba la investigación nuclear, llegaron a organizar misiones de comandos destinadas a hundir el último cargamento de agua pesada que había escapado a la destrucción de un bombardeo aliado.

JÓVENES FANÁTICOS

Crecieron bajo el régimen nazi. Prometieron dar su vida por Hitler. Eran fanáticos que no se dejarían detener. Eran los 20.000 adolescentes que formaban la 12ª División Panzer de las SS. Desatados en Francia para detener la invasión aliada, sembrarían el terror y la destrucción a su paso. Los archivos históricos coloreados y un puñado de supervivientes cuentan esta historia con el estreno de Los jóvenes asesinos de Hitler.

Acorralada y con la Segunda Guerra Mundial en su contra, Alemania entró en guerra total. Hitler necesitaba hombres para luchar. Aprovechando los recursos de las Juventudes Hitlerianas y lanzando un proceso de reclutamiento a gran escala, consiguió alistar a 20.000 adolescentes para crear la famosa 12ª División Panzer de las SS Hitlerjugend.

En menos de un año, todos fueron entrenados para así poder superar sus propios límites físicos y psicológicos y fueron enviados a Normandía para repeler el desembarco aliado que se decía inminente. La exaltación de la juventud y el valor del sacrificio en nombre de la victoria del Reich les convertiría en un enemigo feroz. Obedientes y ciegos a las órdenes hacia sus imparables líderes, siempre mostraron un increíble espíritu de lucha, pero también una crueldad pocas veces vista en la guerra.

Todos estos jóvenes se convirtieron en fanáticos criminales de guerra que durante su retirada por las carreteras de Francia llevaron a cabo numerosas represalias y todo tipo de barbaries. Uno de cada dos de los jóvenes alemanes liberados en el frente nunca volvería a casa.