En 'El secreto de Puente Viejo' dio vida a una cupletista, un personaje muy importante dentro del mundo coral de la longeva serie de Antena 3. Combina su profesión de actriz con la de escritora y acaba publicar 'El último verano de Silvia Blanch'.

Siempre le ha gustado contar historias, bien sea como actriz, bien como escritora (también es modelo). A los 11 años, y después de ver Desayuno con diamantes, decidió que quería ser actriz. Lo consiguió, pero sin renunciar a plasmar en libro sus anhelos de viajar en el tiempo o de presentar thrillers que hagan que el lector se inquiete y busque dónde está la clave del misterio que envuelve a cualquiera de sus obras.

Es usted madre de cuatro hijos, escritora, actriz? ¿Cómo se las arregla en un día de 24 horas?

Durmiendo muy poco o sin dormir, pero por lo general me organizo muy bien el tiempo, y como disfruto tanto de lo que hago, aún lo organizo mejor. Da gusto disponer el tiempo así. Conciliar no es fácil, pero también es cierto que formo un buen equipo con mi pareja.

El último verano de Silvia Blanch, su último libro, es muy inquietante. ¿Cómo lo define?

Ella es una abogada, es brillante, está en el mejor momento de su carrera, tiene una pareja estable y una vida envidiable, pero de repente se volatiliza. No hay pistas.

Y en vez de la policía o un detective privado aparece una periodista que se pone a investigar. ¿Por qué?

Porque los periodistas también hacen investigación cuando buscan datos para un tema. Alex, la periodista y protagonista de esta novela, está muy alejada del tema central del thriller, no tiene un pasado turbio, ni secretos, ni adicciones, ni nada, pero se obsesiona con la desaparición de Silvia. Es un tema oscuro, no hay ninguna pista, no hay ni un solo dato.

¿Está basada esta historia en algún hecho real? ¿Cómo surgió la trama?

Estaba viendo en la televisión un programa de misterios y conocí el caso de Lea Roberts, una chica que desapareció hace 20 años, cuando tenía 23 y era estudiante de enfermería. Su coche apareció en una carretera forestal de un pueblo de Estados Unidos, pero de ella nunca se volvió a saber nada. No sé cómo lo relacioné con un cortometraje, La chica de la curva, que hice en Montseny, volví a ver la carretera llena de curvas, la niebla, y entonces hilé la historia y salió El último verano de Silvia Blanch.

Pues se ha salido de su formato original escribiendo: los viajes en el tiempo.

Sí. Es que me fascinan esos viajes y me gustaría que hubiera una posibilidad real de hacer una inmersión en el tiempo. A través de Amazon he llegado a todo el mundo con La viajera en el tiempo, Perdida en el tiempo, La memoria del tiempo, El club de medianoche, Lo que el tiempo olvidó... ¿A quién no le gustaría viajar a una época determinada?

¿Para luego volver?

Quién sabe, pero me gustaría que fueran de ida y vuelta, sí.

Y sin embargo, ahora le ha dado por el thriller.

Sí, pero un viaje en el tiempo también puede ser un thriller, porque el pasado siempre esconde misterios. Me gustan las tramas inquietantes.

¿No ha recibido ninguna oferta para convertir El último verano de Silvia Blanch en un producto audiovisual?

De momento no, pero cruzo los dedos para que este libro se pueda ver en imágenes. Me han dicho que la historia es muy cinematográfica. Es que a la hora de escribir visualizo mucho el entorno, el momento, los personajes... Quiero que mis protagonistas tengan vida propia y duermo con ellos.

¿Qué se siente, más actriz que escritora o al revés?

Empecé siendo más actriz que escritora, porque lo de escribir era un hobby, pero ahora, y de momento, soy más escritora que actriz.

¿Por qué este impás en su vida de actriz?

Voy a volver a la tele, al cine y a la publicidad, lo que ocurre es que ahora prefiero estar más en casa con mis niños y eso me lo permite la escritura. Mis hijos son muy pequeñines, porque el mayor tiene seis años, el segundo va a cumplir muy pronto cinco y los mellizos tienen nueve meses. Tenía dos chicos, quería la niña, vinieron dos, y uno de ellos era la chica. Creo que ya no voy a tener más.

Si hablamos de interpretación, además de su amplio currículo televisivo ha hecho películas en India para Bollywood.

Soy muy mala para los idiomas, aunque chapurreo inglés, pero mal, así que jamás pensé que iba a rodar una película en India. No soy de las actrices que sueñan con Hollywood, con Reino Unido o con Francia; yo, con trabajar aquí ya estoy bien, pero me surgió Paharganj, con un personaje que parecía hecho para mí, y me fui cinco semanas a Nueva Delhi. Llevo esa experiencia en mi mochila como una de las mejores de mi vida.

¿De dónde le vienen las vocaciones por ser actriz y por escribir?

Nadie de mi familia se dedica a ninguna de las cosas, pero a mí siempre me ha gustado ponerme delante de una cámara y plasmar mis estados de ánimo escribiendo, aunque nunca me haya dado por el teatro.

¿No le gusta?

Es una cuestión de paciencia. Me entusiasman la rapidez y la inmediatez del cine y la televisión, pero no tengo paciencia para hacer teatro, porque hay que ensayar mucho. Me gustan la comunicación y la imagen, pero soy impaciente: todo me gusta para ya.

Para escribir novelas tendrá más paciencia...

Es que es un tipo de trabajo distinto al del teatro.

En cualquier caso, tendrá problemas para sacar el tiempo suficiente.

Lo saco a ratitos. En la última novela los personajes fluyeron tan bien, tenía las ideas tan claras, que esos ratitos fueron muy fructíferos y cundieron tanto que el libro lo terminé pronto. Además, no habían nacido aún los mellizos. Con ellos sigo escribiendo, porque no me paran, pero ya digo que lo importante para mí es formar un buen equipo con mi pareja.

¿Su pareja es actor?

Es ajeno a mi mundo. Bueno, él me hace las fotos para los libros. Es que si hiciéramos lo mismo, creo que nos volveríamos locos.

Hay parejas de actores que dicen que tener la misma profesión es bueno.

No lo sé, porque nunca he estado con ningún actor ni con ningún escritor, pero no digo que a otros les tenga que ir mal. Seguro que se apoyan, pero, ¿no crees que puede haber un punto de competitividad? A lo mejor es fantástico, pero no ha coincidido que me haya enamorado de alguien que haga lo mismo que yo y creo que es lo mejor: él a lo suyo y yo a lo mío.

Después de su larga trayectoria, ¿le reconocen por la calle?

Hay gente que se me queda mirando como pensando de qué le suena mi cara, pero mucho como que no me ubica.

¿Cuáles son sus aficiones?

Me encanta leer, hacerme adicta a una serie?

Pues ahora lo tiene fácil para hacerse adicta a más de una, porque la oferta es casi inagotable.

Cierto. Amazon, Netflix o HBO te lo ponen al alcance de la mano. Me gustan las series, pero también soy de ir al cine y me encanta perderme en una librería. Viajar y escaparme en general son dos de mis principales aficiones.

¿Y se lo puede permitir con cuatro criaturas?

Ahora lo puedo hacer menos, eso está claro, pero aunque tengas tantos niños en casa siempre puedes hacer actividades que te gusten.

Siendo adicta como dice ser, ¿cómo consume las series, de golpe o de forma pausada?

A ratitos y cuando puedo. Mucho por la noche, una o dos horas, pero es que tampoco me da la vida para hacer una maratón de series. Me encanta This is us, que es una historia maravillosa, y también Outlander.

Viajar en el tiempo, vamos.

Sí. Pero cuando escribí La viajera del tiempo no conocía a Diana Gabaldón, la escritora de las novelas que se han adaptado para Outlander.

¿Qué le parece El ministerio del Tiempo?

Me encanta. Ahora están haciendo una nueva temporada. Creo que es una serie que no fue tratada como se merecía.

PERSONAL

Edad: 37 años.

Lugar de nacimiento: Barcelona.

Trayectoria: Es modelo, escritora y actriz que ha trabajado en cine y televisión. En la pequeña pantalla ha sido intérprete y presentadora. También ha hecho publicidad televisiva. Sus últimos trabajos los ha desarrollado en dos series diarias, El secreto de Puente viejo y Centro médico. Ha participado en ficciones dirigidas exclusivamente a internet, como Heartbreakers y Mis ex novias. En cine, entre otras películas, protagonizó Paharganj, una historia del cine de Bollywood. Ha publicado 15 novelas. El último verano de Silvia Blanch es la más reciente.