cachitos de hierro y cromo de La 2 volvió a ser lo mejor de la Nochevieja. Sí, los rótulos (con divertidas alusiones a Pedroche y Albert Rivera) volvieron a estar muy ingeniosos, pero aún mejor fue el especial Cachitos Remake que TVE montó justo antes de las campanadas con actuaciones originales rememorando otras clásicas bajo el pretexto de que el archivo de TVE se había borrado por culpa de "la vox" (chiste apto para los que vieron el programa el año pasado). Y ahí tuvimos a Amaral cantando por Cecilia, a la Bien Querida por Rocío Jurado o a Rodrigo Cuevas por Tino Casal. La reunión de crisis, con Jordi Hurtado y otros presentadores de la cadena, fue el guiño catódico más divertido de toda la noche, donde no faltó el engreído espectador medio de La 2, ni el que ve los documentales, siempre sobando, que se llevó su mantita y todo a la reunión.

Una autocrítica muy divertida (se habló incluso de la falta de presupuesto del canal), de donde hasta el espectador medio de La 2 (en realidad el único espectador de la cadena, como él mismo decía) salía pitando para ver a Pedroche. Fue lo más divertido e ingenioso que se vio esta Nochevieja entre todos los canales, pero también en esta cadena en los últimos 50 años o más. Estuvieron sembrados. Pura magia vestida de pasado televisivo con homenaje y crítica catódica a partes iguales, donde el humor absurdo ("Te quiero") funcionó mucho que en el especial de José Mota en La 1, que firmó uno de sus peores trabajos. El especial del exintegrante de Cruz y Raya pareció un anuncio largo de Campofrío con un montón de humoristas que demostraron que cualquier tiempo pasado en televisión, si no fue mejor sí al menos fue más divertido, y sobre todo más libre y políticamente incorrecto, y donde no faltó el enésimo reencuentro de Martes y 13 (los originales) tras obligarnos a aguantar la pésima sobreactuación de Florentino Fernández empeñado en encarnar a un amanerado Millán Salcedo.

Golpe de gracia, que así se llamó la cosa, ni dio el golpe ni tuvo demasiada gracia y se quedó en un amago de homenaje bienintencionado con regusto nostálgico a humoristas del pasado, al que llegó tarde, y donde sobraron las readaptaciones de algunos clásicos incorrectos como el "Maricón de España" de Martes y 13. O te atreves a ponerlo o no te atreves, pero déjalo como está.

En el lado serio de la noche, el monólogo de José Sacristán en el Telediario personificando al año 2019 fue también el mejor y más original resumen del año en una noche en la que el lado informativo también anda aquejada de falta de medios y creatividad desde hace décadas.

repeticiones a destajo Los que arrojaron la toalla un año más fueron los de Antena 3, que se les llena la boca hablando de la buena tele familiar que hacen, pero precisamente las noche de cenas familiares nos atiborraron con refritos de programas y canciones también troceados como en La 2, pero sin rótulos graciosos, mientras que La Sexta hizo un corta-pega de monólogos de Leo Harlem, como en Nochebuena había hecho con Broncano, y todavía les queda por poner los de Joaquín Reyes para la noche de ídem.

Telecinco también se apuntó a la moda del ahorro con una versión con presentadores de ¡Toma Salami!, apellidada ¡A pasarlo bien! (en esta cadena les fascinan las exclamaciones) en el que Paz Padilla y Pablo Chiapella (haciendo de Rockefeller cada vez que decía el nombre del programa) daban paso a los mismos vídeos de archivo del programa habitual locutados por Javier Capitán como si estuvieran en una gala musical sin actuaciones musicales. Al menos, eso sí, trataron a los espectadores con menos condescendencia que en TVE al explicarnos cómo era posible que Paz Padilla estuviera en Madrid y en Cáceres con un minuto de diferencia: "Adivina cuál de los dos programas está grabado", soltaba Padilla entre carcajadas desde el plató reciclado de Gran Hermano.

los último de aramendi en etb Y llegados al terreno patrio, mientras ETB1 se volvió a convertir en un canal musical, ahora con Go!azen 2020 como excusa, ETB-2 abrió el segundo sobre con la herencia que había dejado Ion Aramendi antes de pirarse a TVE. Se acabó 2019 fue lo mismo que Se acabó 2018 pero quitando las partes más sonrojantes y cambiando la parodia de Queen por la de Abba. El resto fue más de lo mismo, un Furor a dos equipos montado con los presentadores de ETB, a los que volvieron a sorprender con mensajes familiares mezclándolo con cameos estrambóticos como el de Leticia Sabater (que también se asomó el año pasado), mientras les concedían sus deseos más oscuros como que Xabier Lapitz haga un programa en el que todos los colaboradores sean Xabier Lapitz. Aunque lo mejor del programa fueron las divertidas parodias de Félix Linares y Karlos Arguiñano. Las eternas ganas de travesura de Ion Aramendi, que ha rociado estos años ETB de cierta locura más propia de la tele madrileña, se han acabado sin que nadie haya cogido su testigo y sin que quede claro si volverá a la tele del pajarito. Se le va a echar de menos.