Era el pasado 8 de octubre cuando París se levantaba con la noticia: el fundador de la firma Kenzo, perteneciente a LVMH, fallecía a los 81 años. La causa de fallecimiento también era revelada: el diseñador se había infectado de covid-19. El suceso ocurrió durante la Semana de la Moda de París, como si fuera una señal de la pasión que este diseñador sentía por la moda, a la que hizo una aportación incalculable en forma de vibrantes colores e impredecibles estampados, que surgían de su cabeza desde 1970.

Otra de sus grandísimas aportaciones fue al mundo de la belleza, con unos perfumes de popularidad mundial que catapultaron aún más a su marca, sobre todo por su fragancia Kenzo Flower. Todo esto permitió que su firma, Kenzo, fuera adquirida por el grupo LVMH, el conglomerado de lujo más grande del mundo, en 1993.

El bushido

La milenaria cultura japonesa, siempre rica en su tradición y sus costumbres, reúne entre sus tesoros el Código del Samurái, conocido como el Bushido. Es un término que se traduce como El camino del guerrero. Los guerreros samuráis, fuertes combatientes, regían sus vidas por este código ético, que exigía de ellos lealtad y honor hasta la muerte.

Cuando Kenzo Takada llegó a París, allá por los años 70, era toda una rara avis. Por su manera de actuar, de trabajar en el sector y de tratar a las personas que le rodeaban, pronto le identificaron con el universo samurái, y su código de vida con el Bushido, en el que son de vital importancia conceptos como Gi (justicia), Yu (coraje), Jin (compasión), Rei (respeto y cortesía), Makoto (honestidad y sinceridad absoluta), Meiyo (honor) y Chuugi (lealtad).

Lo cierto es que Kenzo Takada abrazó en gran medida estos principios del Bushido desde que en un gesto de sinceridad consigo mismo dejó la universidad de Kobe para estudiar moda en la Tokyo's Bunka Fashion College, en unos años en los que lo de dedicarse al diseño no era algo ni habitual ni sencillo. Al acabar sus estudios, y sin más dilación, con esa valentía samurái que pocos tenían allá por 1965, se mudó a la capital francesa para probar suerte en el cerrado sector de la moda parisina.

Él mismo reconoció que fueron años de dificultades, caídas, fracasos y decepciones, pero con un esfuerzo, un tesón y una valentía dignos del mejor samurái, comenzó a dibujar para Louis Féraud y consiguió unas prácticas de estilista en la desaparecida casa Renoma.

El precioso pasaje parisino de Vivianne fue el escenario perfecto para abrir su primera boutique en 1970, y lo hizo con un desfile memorable en un espacio comercial cubierto y cercano al Palais Royal. Jap fue el nombre elegido para su tienda, un vocablo que hacía referencia a sus orígenes, aquellos que siempre llevó por bandera y de los que se sentía especialmente orgulloso. Aquel local solo fue el principio de sus cinco tiendas parisinas, que llevaron hasta la capital francesa diseños frescos e inesperados apoyados en la silueta del kimono y en los estampados japoneses.

La casa Kenzo fue creciendo poco a poco, modelada por aquel hombre elegante, callado, amable y risueño. En 1993, LVMH, ávido de agrupar marcas y de diversificar su portafolio, compró la empresa a Kenzo Takada. Desde entonces, y echando una vez más mano del Bushido, respetó el acuerdo pactado y se mantuvo al margen de la empresa.

1993, la era post kenzo

La moda tiene estas cosas€ que una firma sigue adelante con el nombre de un diseñador que, aunque esté vivo, ya no diseña para la marca. Así que tras la venta en 1993 de la firma que llevaba su nombre, fue el diseñador italiano Antonio Marras quien se encargó del diseño de Kenzo, y lo hizo durante casi diez temporadas, hasta que los creadores de la marca Opening Ceremony, Carol Lim y Humberto Leon, fueron designados por LVMH para intentar revitalizar Kenzo. ¿Qué es lo más curioso?, que ellos continuaban siendo los dueños de una tienda multimarca que también contaba con diseños propios y que estaba recién inaugurada en Nueva York (en 2002).

Con el tiempo se demostró que el dúo creativo, amigos desde la infancia, era una buena apuesta. De hecho, daban respuesta a uno de los grandes objetivos de la firma: integrar espíritu oriental y pragmatismo urbano. En solo dos temporadas habían obrado el milagro y se convertían en una de las firmas preferidas de prêt-à-porter para pisar las calles de las ciudades de medio mundo. Ellos fueron los encargados de devolver a la marca fundada por Takada su espíritu colorista, arriesgado y ensoñador.

Pese al éxito, en 2019 el dúo creativo salió de la casa dejando en el recuerdo algunos de los grandes éxitos que aún se recuerdan: la sudadera, todo un emblema generacional, una colección para H&M y recuperar a Britney Spears como imagen. El encargado de sustituir a Lim y Leon fue Felipe Oliveira Baptista. Su llegada trajo consigo un cambio de logo. El nuevo diseñador inauguró su etapa en Kenzo con una colección mixta que giraba en torno a la idea del nomadismo.

De esta manera, el 26 de febrero, 50 años después de su creación, Kenzo marcó el inicio de una nueva era con el primer show ready-to-wear del nuevo director creativo en la Semana de la Moda de París Otoño/Invierno 2020. Baptista marcó su llegada con una colección mixta impulsada por ideas en torno a túnicas, chaquetas acolchadas que recordaban a sleeping bags y gorros para el desierto, mientras hacía guiños al colorido archivo de Kenzo de cortes fluidos y estampados pictóricos. "Es realmente interesante tener un diálogo con una casa de moda como Kenzo, su legado, y luego combinarlo con mi visión del mundo y los tiempos en que vivimos", afirmó el diseñador portugués, que recibió dos premios ANDAM por su marca homónima que cerró para centrarse en Lacoste, donde sirvió como director creativo durante ocho años, hasta 2018.

Flower by kenzo, un icono

Nació en el año 2000 y ni sus creadores soñaron con el éxito que ha tenido este perfume. Sedujo rápidamente a las mujeres de medio planeta con su aroma empolvado, y no solo arrasó, sino que comenzaron a surgir las versiones. Tanto es así que hoy por hoy se venden 6.000 frascos al día de este perfume de mujer ya icónico. Es el Flower by Kenzo. El origen de este perfume se encuentra en una fotografía mítica, realizada por Marc Riboud el 21 de octubre de 1967 en Washington. En la imagen se ve como una joven norteamericana, Jan Rose Kasmir, que participaba en las protestas contra la guerra de Vietnam, se acercó a los soldados armados que custodiaban el Pentágono para ofrecerles una flor. De esa impactante imagen surgió el concepto La fuerza de una flor, que inspiró el nacimiento de este perfume.

2000, Flower by Kenzo. Creado por Alberto Morillas, este eau de parfum se basaba en un aroma floral empolvado que se sustentaba en la rosa búlgara y la violeta. Estas fragancias, a su vez, quedaban sublimadas por la vainilla y los almizcles blancos. Todo un éxito.

2015, Flower by Kenzo Legere. Flower by Kenzo celebró su decimoquinto cumpleaños€ y lo hizo a lo grande, con el lanzamiento de un nuevo y espectacular spot publicitario que seguramente recordarán muchos lectores: dirigido por Patrick Guedj, con la modelo Ming Xi como protagonista y con el célebre Child in time de Deep Purple como banda sonora.

2017, Flower by Kenzo Eau de Lumière. La amapola emblemática pretendía atrapar en esta eau de toilette el olor de la luz. Su estela, ultra femenina y radiante, era una oda a la sensualidad moderna. Las primeras notas liberaban el resplandor vivo de la bergamota y la frescura chispeante de la pera. La rosa búlgara se impregnaba de la sensualidad del jazmín sambac. Almizcles blancos y bálsamo de miel reforzaba la adicción.

2019, Flower by Kenzo Eau de Vie. Con motivo del vigésimo aniversario de este emblemático eau de parfum, Alberto Morillas combinó su saber hacer con la pasión de la joven perfumista Dora Baghriche. Juntos reinventaron la firma olfativa de flor de Kenzo. La última revisión€ por ahora.