Conformado por los municipios de Deba, Mutriku y Zumaia, el Geoparque de la Costa Vasca (desde el año 2010 forma parte de la Red Europea y la Red Mundial de Geoparques y en noviembre de 2015 fue declarado Geoparque Mundial de la UNESCO) destaca por la armonía de las diferentes tonalidades de verde de los pastos y bosques que se suceden desde la línea de costa hasta tierra adentro.

Tanto es así que, debido a la espectacularidad de su paisaje, el Geoparque de la Costa Vasca se ha convertido en uno de los principales reclamos turísticos de Euskadi.

Sin embargo, el verdadero interés de este lugar se encuentra en sus entrañas. La geología es la indiscutible protagonista de un enclave que guarda la información necesaria para descifrar y comprender algunos de los episodios más impresionantes de la historia reciente de la tierra.

De hecho, el excepcional valor geológico del Geoparque de la Costa Vasca acaba de ponerse nuevamente de manifiesto; toda vez que un estudio realizado íntegramente en los acantilados de Zumaia por tres investigadores de la Universidad de Zaragoza (Vicente Gilabert, Ignacio Arenillas y José Antonio Arz) y otro de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Barcelona (Sietske Batenburg) ha deparado varias conclusiones del máximo interés.

No en vano, dicha investigación, que ha sido publicada (con acceso abierto) en la prestigiosa revista Geology (la más relevante del mundo dentro del campo de la Geología), ha permitido reafirmar la hipótesis que señala al impacto de un gran asteroide en Chicxulub, en la península del Yucatán (México), como la causa de la gran crisis biológica que hace 66 millones de años acabó con la estirpe de los dinosaurios no avianos y otros organismos marinos y terrestres.

Y no solo eso. Un muestreo de alto detalle realizado en el marco del citado estudio "analizando sedimentos y rocas ricas en microfósiles" que se depositaron en el flysch zumaiarra "entre hace 66.4 y 65.4 millones de años" - un intervalo de tiempo que incluye el límite Cretácico Paleógeno - también ha mostrado "pruebas claras" que permiten calificar de "mínimo" el impacto que tuvo en la extinción de los dinosaurios el conocido como vulcanismo masivo del Decán (India); uno de los episodios volcánicos más violentos en la historia geológica del planeta que tuvo lugar a finales del Cretácico.

Cambios climáticos

Durante su estudio, los investigadores de las universidades de Zaragoza y Barcelona han analizado "los cambios climáticos justo antes y después de la extinción masiva" de los dinosarios, hace 66 millones de años. Todo ello, con la particularidad de que "por primera vez se ha analizado si dichos cambios climáticos coinciden en la escala temporal con sus posibles causas: el vulcanismo masivo del Decán (India) y las variaciones orbitales de la Tierra".

Según explica Vicente Gilabert, "gracias a las periodicidades identificadas en los sedimentos del Geoparque, hemos podido establecer la datación más precisa de los eventos climáticos que acontecieron en la época en la que vivieron los últimos dinosaurios".

Esta reconstrucción climática "de alta resolución" se ha realizado "analizando combinadamente el comportamiento isotópico del carbono y el estudio de los foraminíferos planctónicos", que son "unos microfósiles empleados como indicadores biocronológicos de alta precisión".

En cualquier caso, las conclusiones del trabajo realizado revelan la existencia de tres eventos de intenso calentamiento climático que "no están relacionados con el impacto de Chicxulub". El primero ha sido fechado entre 66.25 y 66.10 millones de años (Ma) y los otros dos "posteriores a la extinción masiva" entre 65.8 y 65.7 Ma y entre 65.48 y 65.41 Ma.

El equipo de expertos responsable de la investigación explica que "en la última década existe un intenso debate sobre si los eventos hipertermales mencionados fueron o no provocados por el incremento en la actividad volcánica del Decán, que emitió grandes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera".

En este sentido, los investigadores subrayan que los resultados de su estudio en el Geoparque "indican que todos esos eventos hipertermales están en sincronía con unas configuraciones orbitales extremas de la Tierra conocidas como máximos de excentricidad" y que solo el LMWE (el primero de los tres citados eventos de intenso calentamiento climático), que produjo un calentamiento global estimado de entre 2 a 5 grados centígrados, "parece tener una relación temporal con un episodio eruptivo del Decán".

Estos datos confirmarían que la extinción fue causada por algo completamente externo al sistema terrestre: "el impacto de un asteroide que ocurrió 100.000 años después de este calentamiento global de finales del Cretácico", apunta el equipo investigador que, añade, "el detalle del muestreo también ha podido demostrar que estos últimos 100.000 años previos al límite del Cretácico se caracterizan por una gran estabilidad ambiental sin perturbaciones evidentes y que la gran extinción masiva de especies ocurrió de manera instantánea en la escala de tiempo geológico".