Fumar en la playa de Zarautz podría acarrear una multa de hasta 500 euros. Así lo contempla una nueva normativa municipal que ha sido aprobada por unanimidad y que actualmente se encuentra en fase de alegaciones, la cual estará abierta hasta el 5 de agosto.

Esta medida convierte a Zarautz en el primer municipio de Euskadi en penalizar el consumo de tabaco en su playa.

Pero las restricciones no se limitan al tabaco. La nueva ordenanza, que tiene como objetivo proteger el medio ambiente y fomentar una convivencia respetuosa entre los usuarios de la playa, recoge un total de 32 conductas consideradas infracciones leves. Entre ellas se incluyen acciones como utilizar altavoces para reproducir música, cocinar con hornillos de camping, acampar o dormir en la arena, instalar tiendas de campaña o causar la muerte de animales que habitan entre las rocas de la orilla.

Playa de Zarautz Ruben Plaza

Los peligros medioambientales de fumar en la playa

Fumar en la playa no solo representa un riesgo para la salud de las personas, sino también para el equilibrio ecológico del entorno costero. Aunque a simple vista pueda parecer un hábito inofensivo en espacios abiertos, sus consecuencias sobre el medio ambiente son profundas y duraderas.

El residuo más común del tabaco, la colilla, está compuesto en gran parte por acetato de celulosa, un tipo de plástico que puede tardar hasta diez años en degradarse.

Sustancias tóxicas

Cada colilla puede liberar hasta 7.000 sustancias químicas, muchas de ellas tóxicas y persistentes, que al contacto con la arena o al ser arrastradas por las olas contaminan suelos y aguas marinas. Este tipo de contaminación afecta a la fauna costera, especialmente a aves marinas, peces y moluscos, que confunden las colillas con alimento y pueden sufrir obstrucciones, intoxicaciones o incluso la muerte.

Además, la presencia de colillas deteriora la calidad del paisaje natural, convirtiendo playas en zonas sucias. La limpieza de estos residuos supone un coste económico considerable para los ayuntamientos y dificulta la sostenibilidad de los ecosistemas litorales.

Fumar en zonas de playa también aumenta el riesgo de incendios, especialmente en épocas de sequía, cuando una colilla mal apagada puede provocar graves daños en dunas, vegetación autóctona o espacios protegidos cercanos.

Por todo ello, cada vez más municipios costeros están implementando normativas que prohíben fumar en sus playas, siendo Zarautz la primera de Euskadi. Estas medidas no solo buscan promover hábitos más saludables, sino también proteger el frágil equilibrio natural del litoral.