La búsqueda de la felicidad es algo prioritario para cualquier persona. Aunque parezca un propósito abstracto, cada vez más expertos coinciden en que la felicidad no es tanto una meta, sino una práctica cotidiana.

La psicóloga Cristina Martínez, popular por su contenido en redes sociales, lo ilustra con claridad a través de un vídeo que ha publicado recientemente, donde comparte herramientas sencillas pero profundamente eficaces para cultivar el bienestar emocional.

A pesar de nuestros deseos de ser felices, hay obstáculos que, con frecuencia, interfieren en nuestro bienestar:

  • Rumiación mental: muchas personas repasan una y otra vez lo negativo del día, lo cual refuerza sentimientos de frustración, ansiedad o tristeza.
  • Falta de atención plena: el ritmo acelerado y la distracción digital constante dificultan el reconocimiento de los pequeños placeres cotidianos.
  • Expectativas irreales: compararnos con modelos de éxito o felicidad ajenos puede llevar a la insatisfacción crónica.
  • Falta de gratitud: lo bueno, por repetido o “pequeño”, suele pasar desapercibido, y sin apreciación, no se convierte en fuente de alegría.

Estos factores no son insuperables, y justamente por eso la psicóloga Cristina Martínez propone una técnica específica para contrarrestarlos.

El ejercicio de las tres cosas bonitas

Según Cristina Martínez, un ejercicio tan simple como efectivo consiste en escribir cada noche las tres cosas más bonitas que hayan ocurrido durante el día, junto con una breve explicación de por qué han sucedido.

La clave está en la repetición: siete noches seguidas bastan para comenzar a notar cambios positivos.

Este ejercicio no es una ocurrencia motivacional sin base. Está validado científicamente por estudios en el campo de la psicología positiva. Al obligarnos a identificar y describir cosas positivas, se activan mecanismos de gratitud, atención plena y reestructuración cognitiva, todos ellos asociados con un aumento de la felicidad.

Además, al explicar por qué han sucedido estas cosas, se fortalece la percepción de control y agencia personal, lo que refuerza la autoestima y la motivación.

Un grupo de mujeres expresa su felicidad al saltar Pixabay

Ejemplo práctico

Imaginemos una noche cualquiera:

  1. He recibido un mensaje inesperado de un amigo / Porque me ha escrito para saber cómo estaba después de semanas sin hablarnos.
  2. He comido mi plato favorito / Porque decidí darme un pequeño gusto después de cumplir mis tareas.
  3. He visto un atardecer precioso con mis amigos / Porque tengo la suerte de estar rodeado de la gente que quiero.

Al realizar este tipo de registro diario, la mente comienza a entrenarse para detectar lo positivo, incluso en días complicados. No se trata de ignorar los problemas, sino de darle protagonismo a lo que sí funciona, por pequeño que sea.

En resumen, la felicidad no es necesariamente el resultado de grandes logros o momentos extraordinarios, sino la suma de pequeñas experiencias positivas reconocidas y valoradas conscientemente. La propuesta de Cristina Martínez es un recordatorio de que cambiar nuestra forma de mirar el día a día puede transformar, de manera gradual pero poderosa, nuestra vida interior.