Los conservadores alemanes confirmaron ayer su rechazo absoluto a colaborar con la ultraderecha tras unas polémicas declaraciones del líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Friedrich Merz, que sugería como posible una cooperación a nivel regional y local con Alternativa para Alemania (AfD), en ascenso en los sondeos de opinión. “Para dejarlo claro una vez más. Nunca he dicho otra cosa: no habrá cooperación con la AfD a nivel municipal”, dijo Merz en su cuenta de twitter saliendo al paso de críticas dentro de su propio partido a sus declaraciones a la televisión alemana.

Merz había descartado toda cooperación en órganos legislativos pero había dicho que si la AfD ganaba elecciones en ayuntamientos había que aceptar el resultado democrático y buscar formas cooperación.

“El tema de la cooperación con la AfD (prohibida por una resolución de un congreso de la CDU) afecta a los órganos legislativos. Es decir, el Bundestag, los parlamentos regionales y el Parlamento Europeo”, había dicho Merz.

En el caso de victorias de la AfD a nivel municipal, agregó, “se trata de resultados democráticos que hay que aceptar y naturalmente hay que buscar caminos para las decisiones municipales en los organismos competentes”. Esas declaraciones suscitaron resistencia dentro de la propia CDU y de parte de su partido hermano, la Unión Socialcristiana (CSU) de Baviera.