A finales de septiembre el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa dio a conocer que la mayor parte de la fracción resto de Gipuzkoa se llevará desde 2017 al vertedero Lurpe de Mutiloa, es decir, 102.000 toneladas por año durante tres años, hasta que se ponga en marcha la incineradora de Zubieta.
¿Cómo es que en un momento en que se están clausurando los basureros en Gipuzkoa se implante uno nuevo en Mutiloa? Nuevo, decimos, porque el vertedero de Mutiloa ha recogido hasta ahora solo residuos industriales inertes, y no residuos sólidos urbanos o basura.
Los responsables de la política de residuos dicen que Lurpe “cuenta con todos los permisos medioambientales”, pero no toman en cuenta que -como ha denunciado el Ayuntamiento de Mutiloa- no cumple con las normas subsidiarias de la planificación urbana, no se tiene en cuenta el acuerdo entre el Ayuntamiento y la empresa Cespa y, para la nueva actividad, tendría que tramitar el permiso correspondiente.
Ni el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa ni la Diputación se pusieron en contacto con los ayuntamientos de Mutiloa, Gabiria y Ormaiztegi para conocer su opinión, ni para informarles de ese plan antes de que se hiciera público mediante los medios de comunicación, y tampoco para consultar sobre los permisos que se han mencionado arriba. Y esto cuando la decisión, que concierne a toda la comarca del Goierri, va a afectar de manera muy perjudicial a los tres pueblos.
Está claro que Gipuzkoa tiene un grave problema con las basuras; en el territorio no hay instalaciones para tratar los residuos que no se reciclan. Cada año se generan en Gipuzkoa alrededor de 165.000 toneladas de fracción resto, lo cual supone 232 kilos por habitante y año, o 19 kilos por habitante al mes. Esa tasa media correspondiente a todo el territorio guipuzcoano baja sensiblemente en el caso de Mutiloa, Ormaiztegi y Gabiria: la media que se genera por habitante al mes es aquí de 5,8 kilos. Queda claro que los tres pueblos y todo el Goierri van a sufrir las consecuencias negativas de un problema provocado por las malas prácticas de otros.
Los responsables de la política de residuos han alegado la solidaridad que el Goierri debe a Gipuzkoa. Pero, ¿qué solidaridad es esta? ¿Por qué una comarca que va por el buen camino en el reciclaje tiene que cargar con la irresponsabilidad de otras zonas y soportar un nuevo basurero?
La moción impulsada por la plataforma Goierri BirZirik en los ayuntamientos de la zona les compromete a garantizar un sistema de recogida que reduzca la tasa de fracción resto a una cantidad no superior a 5,8 kilos por habitante al mes. Si esta medida se hiciera extensiva a toda Gipuzkoa, la fracción resto anual bajaría de 165.000 toneladas a 50.000. Y es un dato que todavía se puede mejorar. La moción señala que se intentará el acuerdo entre fuerzas políticas diversas para hacer llegar a los ciudadanos el siguiente mensaje: es preciso clasificar debidamente los residuos domésticos. Hay que reciclar más y mejor con el objeto de disminuir la fracción resto.
La plataforma Goierri BirZirik, haciéndose eco de la preocupación y el enfado que se han gestado no solo en Gabiria, Mutiloa y Ormaiztegi, sino en toda la zona del Goierri, quiere transmitir esta petición a las instituciones y a los partidos políticos: que se deje sin efecto la decisión tomada respecto al vertedero de Mutiloa y se busque urgentemente una solución consensuada y responsable.
Por todo esto, el próximo domingo, 18 de diciembre, a las 12.00 horas, realizaremos una manifestación desde la plaza de Ormaiztegi hasta la puerta del vertedero Lurpe. La invitación se hace extensiva a todos los goierritarras. Eso sí, se pide llevar prendas de color verde y un trapo del mismo color. Ese es el color de nuestro objetivo, que queda expresado en este lema: Por el reciclaje, no al nuevo basurero de Mutiloa.