Los malos olores en el baño son un problema frecuente en muchos hogares.

La combinación de humedad, poca ventilación, restos de jabón, toallas mojadas y tuberías saturadas puede generar un ambiente incómodo que, además de ser molesto, da una sensación de falta de higiene.

Aunque existen productos específicos para combatir estos olores, no siempre son necesarios: con rutinas sencillas y materiales accesibles y naturales se puede mantener el baño fresco y libre de aromas desagradables.

La experta en limpieza Patricia Fernández (@patriwhitehouse) explica cinco trucos prácticos para lograrlo sin grandes esfuerzos.

Limpieza de tuberías

Uno de los focos principales de olor suelen ser las tuberías. Con el uso continuo, la acumulación de residuos crea un ambiente propicio para el mal olor.

Para desodorizar, Fernández recomienda verter bicarbonato y vinagre por los desagües, una mezcla que ayuda a neutralizar los aromas y a limpiar las paredes internas de las tuberías.

Añade que el agua hirviendo es otra opción eficaz, porque contribuye a arrastrar la suciedad incrustada y, en algunos casos, puede ayudar a desatascar pequeños atascos. Realizar este proceso de forma periódica previene que el olor se forme de nuevo.

Un cuenco de bicarbonato de sodio. Freepik

Absorbente natural

Otro truco sencillo consiste en colocar un pequeño recipiente con granos de arroz y diez gotas de aceite esencial del aroma que más nos guste, como limón o lavanda.

El arroz actúa como absorbente natural de la humedad y de los olores, mientras que el aceite aporta un perfume suave y constante. Es una solución económica que se puede colocar en estanterías, junto al lavabo o en cualquier rincón del baño.

Ambientador casero

Para quienes prefieran un ambientador más intenso, 'patriwhitehouse' propone elaborar un micado casero. La preparación es simple: se mezclan veinte mililitros de agua en un recipiente, medio vaso de alcohol y cuarenta gotas de aceite esencial.

Después, solo hay que introducir unas varillas para que absorban la mezcla y liberen el aroma poco a poco. Este tipo de ambientadores funciona de manera continua y puede durar varias semanas.

Rollo de papel

Otra idea práctica es aprovechar el propio rollo de papel higiénico como difusor. Basta con poner unas gotas de aceite esencial en el cartón del interior. Cada vez que el rollo gire, el olor se liberará de forma sutil en el ambiente. Es un truco especialmente útil en baños pequeños, donde los ambientadores tradicionales pueden resultar demasiado intensos.

Limpieza de toallas

El mal olor también puede proceder de los textiles. Las toallas húmedas acumuladas varios días generan un aroma desagradable que se impregna en el baño.

Para evitarlo, Fernández recomienda echarlas a lavar cada dos días. Renovarlas con frecuencia reduce la proliferación de bacterias y evita la aparición de ese olor a humedad tan característico. Además, conviene colgarlas en lugares donde se puedan secar completamente.

Con estos cinco métodos, el baño mantiene un ambiente fresco sin recurrir a químicos agresivos. La prevención, la ventilación y el cuidado regular de las superficies y textiles son claves para que los malos olores no se conviertan en un problema recurrente.