Topper de colchón: qué es y cómo elegir el más adecuado
Los sobrecolchones, más conocidos en la actualidad como ‘topper’ se han convertido en una de las tendencias del momento para conseguir una capa extra de confort a la hora de dormir. Analizamos sus ventajas y desventajas
Cada vez es más habitual encontrar accesorios que ayudan a crear entornos más agradables y confortables en el dormitorio. Un buen colchón, unos textiles bien escogidos, una lámpara con luz cálida o una alfombra a los pies de la cama ayudan a crear zonas de relax para asegurar un buen descanso. Pero para quien busque algo más, entre las últimas tendencias destacan los colchones topper, un imprescindible que promete convertir el descanso en una experiencia aún más placentera.
¿Qué es un topper?
Un topper es un colchón fino y acolchado que se coloca sobre el colchón principal para mejorar la comodidad y protegerlo. Es importante escoger uno con las mismas medidas que el colchón principal, y para colocarlo basta con ajustarlo con unas gomas en las cuatro esquinas. Su objetivo es mejorar el confort de la cama para mejorar la calidad del sueño. Generalmente tienen una altura de entre 5 y 10 centímetros, y están disponibles en diferentes materiales y precios.
Tanto las camas nuevas como las viejas pueden beneficiarse de un topper. Además de mejorar el confort, un protector de colchón, como su nombre indica, también ayuda a proteger el colchón subyacente y a prolongar su vida útil.
Ventajas
La principal es que aporta una mayor comodidad. Un sobrecolchón puede dar nueva vida a un colchón viejo que ha desarrollado hendiduras o ha perdido elasticidad. Y en caso de estrenar colchón, se puede ajustar su firmeza añadiéndole un sobrecolchón.
En cuanto a la durabilidad, un topper protege el colchón subyacente de la humedad, el sudor y las manchas, y evita que se formen hendiduras. Incluso para aquellas personas a las que les molesta especialmente los crujidos del colchón, puede amortiguarlos, así como los movimientos de la persona que duerme a su lado.
También alivia la presión del cuerpo, y es que cuando nos tumbamos, ejercemos presión sobre diferentes partes del cuerpo dependiendo de la posición en la que durmamos. Esto sucede noche tras noche. Y si el colchón no alivia la presión en las zonas donde se necesita que lo haga, puede causar dolor y un mal descanso, de modo que un sobrecolchón puede aliviar mejor las partes del cuerpo afectadas.
¿Qué material escoger?
A la hora de escoger materiales hay que tener en cuenta las necesidades de cada persona. Un sobrecolchón de espuma viscoelástica, también conocida como memory foam, o látex, por ejemplo, puede proporcionar una superficie más estable y con más apoyo para dormir. Esto puede ser beneficioso para las personas que sufren dolores lumbares o en los hombros. Por su parte, un topper de plumas o plumón puede aportar una dosis extra de confort y suavidad, y esa sensación de ingravidez. Para ello, es importante elegir un relleno 100% natural y transpirable.
En cualquier caso, los materiales han de ser de buena calidad para asegurar que el colchón mantenga la frescura. Si por ejemplo se pasa mucho calor y se suda en exceso, un colchón de látex o un sobrecolchón con gel refrigerante incorporado pueden ayudar a solucionar el problema.
Desventajas
A pesar de las ventajas en cuanto a comodidad que ofrecen los topper de colchón, también tienen algo en contra, y es que aumentan el grosor de la cama, lo que puede afectar al ajuste de las sábanas llegando incluso a necesitar unas bajeras nuevas adaptadas a las nuevas medidas.
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