Aunque puede parecer práctico combinar toallas y ropa en un solo ciclo de lavado, hacerlo no siempre da buenos resultados. De hecho, es una práctica que podría acortar la vida útil de tus prendas e incluso afectar la eficacia del lavado.

Esto se debe, principalmente, a las diferencias en textura, peso y composición entre las toallas y la ropa común, factores que hacen que no sean compatibles dentro del mismo ciclo.

Las toallas están diseñadas para ser absorbentes y resistentes, por lo que suelen fabricarse con tejidos gruesos y pesados como el algodón de rizo. Esta textura más rugosa y densa hace que, durante el lavado, ejerzan más fricción sobre el resto de las prendas que giran junto a ellas en el tambor de la lavadora. Ese roce constante puede desgastar tejidos más delicados, como camisetas de algodón fino, blusas de telas ligeras o ropa interior, dañando las fibras y afectando su apariencia y resistencia.

Sueltan pelusa

Además, las toallas tienden a soltar pelusa, sobre todo cuando son nuevas o han sido lavadas muchas veces. Esta pelusa, aunque puede parecer inofensiva, se adhiere fácilmente a otras prendas, sobre todo a las de colores oscuros.

El resultado es una ropa negra cubierta de pequeñas fibras blancas o grises, dándole un aspecto descuidado y sucio. Incluso si usas suavizante o realizas un segundo lavado, estas pelusas pueden ser difíciles de eliminar por completo.

Otra razón por la cual es poco recomendable mezclar toallas y ropa es el tema del secado. Las toallas, por su grosor, retienen más agua y requieren más tiempo para secarse.

Un hombre coge una toalla para secarse al salir de la ducha. Freepik

Secado desigual

Si se lavan junto con prendas más ligeras, el secado será desigual: la ropa puede secarse antes y quedar demasiado tiempo en la secadora o colgada, lo que podría afectar su forma o hacer que huela a humedad. Por otro lado, si decides secar todo junto en secadora, las toallas húmedas aumentarán el tiempo total de secado y consumirán más energía.

Mayor eficiencia

Para cuidar tanto tus toallas como tu ropa, lo mejor es lavarlas por separado. Las toallas pueden lavarse con agua caliente, lo que ayuda a eliminar bacterias y malos olores, mientras que muchas prendas requieren temperaturas más bajas para conservar sus colores y forma.

Separar las cargas según el tipo de tejido también te permitirá usar el detergente y ciclo de lavado más adecuado para cada caso.

En conclusión, aunque lavar todo junto puede parecer una manera de ahorrar tiempo y energía, los efectos negativos sobre la ropa y las toallas hacen que no valga la pena. Lavar por separado ayuda a conservar la calidad de tus prendas, reduce la presencia de pelusas y asegura un secado más eficiente.