La casa está llena de pequeños y grandes electrodomésticos que debemos enchufar a la red eléctrica para que funcionen. Teléfonos, tablets, ordenadores, televisores, frigoríficos, lavadoras, cafeteras, robots de limpieza, hornos o lavaplatos son solo algunos de los dispositivos que necesitan estar conectados a la luz

Unos deben estar enchufados para que funcionen y otros para recargar su batería y poder emplearlos después sin estar conectados a ninguna fuente de alimentación.

No es raro ir a conectar un aparato y comprobar que todos los enchufes de la casa están ocupados. Es en ese momento cuando las regletas eléctricas se presentan como una buena opción, ya que enchufadas a la toma de corriente a través de un único punto nos permiten conectar en ella varios aparatos. Es una forma económica y muy sencilla de multiplicar el número de enchufes en casa.

Sin embargo, estas regletas están diseñadas para conectar solo dispositivos electrónicos que consumen muy poca energía. Enchufar en ellas electrodomésticos que necesitan mucha energía podrían sobrecargarla y provocar un cortocircuito o un incendio eléctrico. 

El gasto energético de lo que conectamos no debe superar nunca al que es capaz de soportar la regleta y por ello debemos vigilar qué enchufamos. El consumo de energía a veces no tiene que ver con el tamaño del electrodoméstico, de forma que hay pequeños dispositivos que son unos auténticos devoradores de energía y no deben enchufarse en una regleta. 

No debemos conectar nunca una regleta a otra, lo que se conoce como conexión en cadena, ni esta a una alargadera (ni viceversa). Tampoco podemos colocarlas en cualquier sitio: hay que evitar ponerlas en espacios húmedos, al aire libre, cerca de cortinas o alfombras o al alcance de los niños. 

Aunque su capacidad sea mayor, no deben conectarse más de cinco aparatos a la vez. Hacerlo podría sobrecargar la regleta y provocar que los cables y los componentes se calienten y el material aislante de seguridad se derrita con un mayor riesgo de cortocircuito.

Electrodomésticos dispuestos en la cocina de una vivienda.

Entre los electrodomésticos y dispositivos que deberíamos enchufar directamente a la pared y nunca a una regleta están:

- Aparatos de peluquería. Secadores, planchas o rizadores utilizan resistencias, por lo que su consumo energético es muy grande y podrían sobrecargar fácilmente cualquier regleta.

- Grandes electrodomésticos. El frigorífico, el congelador, el lavavajillas, la lavadora o la caldera son dispositivos con mucha potencia que pueden causar una sobrecarga y terminar saltando los diferenciales en el cuadro eléctrico.

- Pequeños electrodomésticos. Microondas, cafeteras, hornos de sobremesa, tostadoras... pese a su menor tamaño algunos consumen tanta energía como los grandes electrodomésticos y pueden registrar fuertes picos de luz.

- Radiadores, calentadores o aire acondicionado. Para ponerse en marcha, estos aparatos exigen más cantidad de electricidad de la que una regleta puede dar, lo que provocaría una peligrosa sobrecarga del sistema.

Para garantizar la mayor seguridad posible en el hogar es importante comprar regletas de calidad que cumplan con todas las garantías y utilizarlas de la forma correcta, sin sobrecargarlas y colocándolas en el lugar adecuado.