Un estudio de la Universidad del País Vasco (EHU) ha confirmado la presencia de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) en la sangre de menores de las comarcas de Urola y Goierri y, aunque "no suponen riesgo grave para la salud", se advierte de la "necesidad de reforzar su vigilancia".

Los compuestos químicos se pueden encontrar en "artículos de uso cotidiano, como sartenes antiadherentes, ropa impermeable, envases para alimentos o espumas contra incendios".

Comunicado conjunto

En un comunicado, fuentes de EHU han informado de que, en colaboración con Biogipuzkoa y el Departamento de Salud Pública, ha detectado la presencia de PFAS en el plasma de menores de las citadas comarcas guipuzcoanas y ha recomendado "mayor seguimiento para controlar la exposición y sus efectos".

Además, desde la universidad pública vasca han señalado que "los niveles varían según la edad" y han reclamado "una actualización de la normativa vigente".   

Las mismas fuentes han explicado que los PFAS son "compuestos químicos altamente estables y persistentes en el medio ambiente". Además, han añadido que "su uso generalizado conlleva efectos perjudiciales, y pueden entrar al organismo humano durante el embarazo, a través de la placenta, y seguir acumulándose mediante la lactancia, la alimentación, el agua potable, el aire contaminado o el contacto con productos que los contienen".

Efectos

Asimismo, en el estudio se recoge que estos compuestos químicos "se han asociado a alteraciones endocrinas, aumento del colesterol y efectos hepáticos y del desarrollo" y "tienen la capacidad de acumularse tanto en el cuerpo, como en el medio ambiente". Por lo tanto, se puede considerar que la exposición a los PFAS "es crónica" y, además, "tardan años en degradarse".

En este sentido, la coautora del estudio Anne San Román ha apuntado a "la necesidad de realizar estudios de biomonitorización" como éste, que se ha centrado en la población infantil, ya que es "un grupo especialmente vulnerable".

Más riesgo para los más jóvenes

La experta ha incidido en que "la exposición desde edades tempranas puede provocar efectos perjudiciales con dosis más bajas que en adultos y aumentar el riesgo de enfermedades futuras". El análisis, realizado sobre el plasma de 315 menores, detectó 18 compuestos diferentes entre los 42 estudiados, con tasas de detección de entre el 70% y el 97% en los más comunes.

"Es difícil saber si los niveles de los PFAS encontrados en los organismos de los menores son altos o bajos porque es un tema que no se ha estudiado lo suficiente como para poder definir los límites seguros para los humanos, pero que estén presentes de esta manera ya es inquietante y es importante que este tipo de investigaciones para conocer mejor sus efectos y buscar la manera de minimizarlos", ha explicado, por su parte, el catedrático Nestor Etxebarria.