El que fuera hasta noviembre pasado guitarrista del grupo de punk rock Lendakaris Muertos, el navarro I.C.B., se ha sentado hoy en el banquillo de los acusados en el Juzgado de lo Penal número 4 de Pamplona por una agresión sexual en forma de tocamientos sobre una joven, que le acusa de haberle pellizcado el pecho en el interior de un bar del Casco Viejo de la capital navarra. El grupo musical prescindió de sus servicios hace cinco meses y él ha dicho que este procedimiento le ha causado "un daño irreparable, porque ha habido un juicio paralelo y social bárbaro. Me han despedido y me he quitado todas las redes para que no me insulten". La Fiscalía, que pedía inicialmente 15 meses de prisión, ha rebajado su solicitud a una pena de multa de 18 meses a 8 euros diarios, en total una multa de 4.320 euros. El fiscal no ha realizado informe al final de la vista y se ha remitido a su escrito de acusación.

La víctima, que ejerce la acusación particular y reclama la misma pena que la Fiscalía, ha renunciado a cualquier tipo de indemnización que pudiera corresponderle porque, según ha declarado, "lo único que quería era decir basta y poner límites" al comportamiento del músico, del que era conocido por frecuentar la misma zona de bares.

El acusado: "Le pellizqué en el brazo. Flipé cuando me dijeron que me había denunciado"

El procedimiento trató de llevarse por Justicia restaurativa y no terminó con éxito el trámite. Por ello, este jueves se ha celebrado el juicio penal contra el guitarrista por una agresión sexual calificada de menor entidad. El acusado ha negado los hechos que se le imputan. Después de algún pequeño incidente en días anteriores, afirmó que en noviembre de 2023 coincidió en la barra de un bar con la denunciante. Llegó allí sobre las 20.00 horas, ella estaba en la terraza y le saludó tocándole varias veces una visera que portaba. Ella pareció molesta por esa acción. A continuación entró al bar y después de unas horas ella se acercó a pedir una consumición. La pidió junto a él en la barra. Y este le volvió a tocar la visera por lo que ella reaccionó de manera enfurruñada. Él le dijo que no se enfadara porque saludaba así a sus amigos, que era un vacile, y que entonces le pellizcó en un brazo a la denunciante, donde tenía el pliegue del jersey, a imitación de cómo saludaba a sus amistades. A posteriori, aseguró que él siguió un rato en el bar y que la denunciante permanecía en el local cuando él se marchó "con total normalidad y sin ninguna movida". No volvieron a interactuar. Sin embargo, dos días después, se cruzó con un amigo en la calle y le dijo que la joven le había denunciado: "Estaba flipando. Me enseñó una foto por whatsapp de la denuncia, con todos mis datos. Me quedé flipado porque fueron 40 segundos y le toqué el brazo, nada más. No había nada ni de sexual ni de ligoteo, no se si estaba molesta por los toques en la gorra, si estaba picada".

Y la Fiscalía le cuestionó entonces sobre los motivos por los que cree que fue denunciado. "Una semana antes tuvimos un incidente. Yo entraba a otro bar que estaba repleto y ella se giró, estaba parada en la barra, y me llevó la mano al paquete. Al día siguiente me encuentro que me manda un audio porque estaba arrepentida de haberlo hecho y me pedía perdón. No le respondí. Y el día anterior a la denuncia también coincidí en el bar con ella y me dijo que le estaba molestando un gilipollas y si se podía quedar conmigo y mis amigos. Yo le dije que me iba a casa, que iban a cerrar el bar".

El camarero y testigo: "No le pellizcó en el pecho, lo hizo a la altura media del brazo"

El camarero del establecimiento, que afirmó que conocía a ambos como clientes, ha testificado que sí que le dijo al acusado que dejara de darle toquecitos en la visera a la joven porque le enfadaba. Y sobre el incidente en cuestión, ha declarado en la vista oral que él solo observó un pellizco a la altura media del brazo izquierdo y que no fue consciente de ningún otro tocamiento. Después, una hora después, vio llorando a la chica al fondo del bar, le preguntó qué le ocurría y ella le dijo que si no se había dado cuenta de lo ocurrido. Que la había tocado. Yo le respondí que no había visto que pasara nada y ella empezó a gritar y a decir que como yo era su amigo le estaba defendiendo".

La denunciante: "Me quedé helada. Fue a buscarme el pezón porque así se saludaba con sus amigos"

La denunciante, sin embargo, ha asegurado que ese pellizco no fue en el brazo, sino le tocó en el pecho y que le fue a buscar la zona del pezón. "Él me vino a decir que era una exagerada por quejarme de la gorra. El propio camarero le había dicho que parara de hacerlo porque me molestaba. Y entonces me dice que entre sus amigos se saludan pellizcándose los pezones. Y me toca. Me busca la zona. Me quedé helada, en shock, llorando,y para él era como un juego. Le dije al camarero si no había visto lo que había pasado, porque estaba justo enfrente, sirviéndome una caña. Y le dije que no podía ser que eso ocurriera en su bar, pensaba que iba a estar a salvo. Y me respondió que sí, pero que era rockero. Lo que quiero es estar segura en un espacio público. Me sentí mal, mi reacción fue que había que ponerle límites y que me dejara en paz. Parecía como que él podía tocarme porque quería, y lo hizo delante de otro hombre (el camarero)".

La mujer declaró que se quedó en el bar con un ataque de ansiedad, que se lo contó a un amigo con el que estaba, pero no ha ido a declarar al juicio, y que esa noche presentó una denuncia en la Policía Foral. En el bar, también ha recordado que el propietario tiene cartelería condenando las agresiones machistas y que recuerda que, tras el incidente, dicho dueño le dijo al guitarrista. "Cuidado que por menos te denuncian". Sobre el incidente de la semana anterior en otro establecimiento, la denunciante ofreció otra versión: "Él estaba en el bar, yo pasé y me tocó el culo y reaccioné llevando la mano al paquete. No fue otra persona la que me tocó. Fue un acto en defensa. Me sentí incómoda por hacerlo y por eso le mandó un mensaje al día siguiente".

La letrada de la acusación ha manifestado que el tocamiento en el pecho fue "un acto que traspasó los límites. Se sintió humillada y eso no lo puede permitir mi clienta. Es cierto que será de menor entidad pero es algo que sucedió y debe tener una consecuencia, y aquí no hay ningún otro interés".

La defensa ha recordado que la denunciante podía tener algún resentimiento con el músico a la hora de presentar la denuncia, porque según dijo "hacía chistes machistas, me molestaba y me hacía tocamientos. No era una persona que no le importara, sino que le caía mal como declaró ante la Policía Foral". Ha asegurado que la denunciante "distorsiona los hechos y la realidad y los confunde. Su motivo podía ser que mi cliente no le hiciera caso o también podía ser que su intención fue cargarse al guitarrista de Lendakaris. Y lo ha conseguido con un juicio paralelo. Espero que no se condene a nadie por la sola declaración de una joven mujer".