El caso de la mujer a la que supuestamente los dos acusados del asesinato de Aintzane Pujana intentaron obligar a prostituirse en un agroturismo de Errenteria un mes antes de la muerte de esta joven ha vuelto a irrumpir este viernes en el juicio por este crimen cometido en enero de 2021.
La existencia de este episodio fue desvelada el pasado lunes por el responsable de investigación criminal de la Ertzaintza, quien afirmó que la pareja acusada de prostituir y matar a Pujana en un agroturismo de Aizarnazabal había protagonizado una situación "muy parecida" en el barrio de Zamalbide de Errenteria con otra víctima en proceso de "desintoxicación" a la que también "intentaron prostituir" y que "libró por poco".
Este asunto ocurrido en Errenteria ha centrado completamente la sesión celebrada este viernes en la Audiencia de Gipuzkoa donde ha declarado el responsable de una pensión de Astigarraga que a finales de 2020 remitió a la mujer al citado agroturismo de Zamalbide porque él no tenía sitio en aquel momento en su negocio.
"Le habían dado de ostias"
De una forma desordenada y en ocasiones caótica, este hombre ha recordado que fechas después la mujer le llamó "histérica" con un "ataque de ansiedad" porque "le habían pegado, la obligaban a prostituirse y, al negarse, le habían dado de hostias", tras lo que recibió una foto en la que aparecía con "la cara y el labio reventados".
Este hombre ha explicado que, tras alertar al dueño del agroturismo, él mismo acudió a Errenteria, donde contactó con la víctima en una habitación en la que también apareció la acusada hasta en tres ocasiones, momento en el que la agredida le reveló que había sido aquella mujer quien le había dado una "patada" en la cara.
El testigo ha asegurado que no vio en aquel momento a la acusada "temerosa o amenazada" sino más bien "desenvuelta y dicharachera" ya que, incluso llegó a presentarle como "su novio" al otro procesado, que estaba en un pasillo.
En este contexto, la hermana de la víctima decidió llevarla a la pensión que él regenta en Astigarraga, donde finalmente se quedó alojada y a la que, paradójicamente, también acudió la acusada el 18 de diciembre de 2020 para hospedarse unos días, sin que él llegara a reconocerla porque se identificó con el nombre falso de Rosa y no le presentó el DNI.
Nombre falso
En un relato en ocasiones poco coherente, este hombre ha detallado que Rosa, quien le "sonaba" pero sin llegar a "caer" en quien era en aquel momento, le dijo que procedía de Asturias, de donde se había marchado porque su novio "había metido a otra" en su casa.
Sin embargo, la chica que había sido agredida en Errenteria sí la reconoció y cuando se lo reveló a él, pidió a la falsa Rosa que se registrara en la pensión con su nombre real, mientras la víctima "se escondió" en su habitación durante el tiempo que la otra mujer se quedó en la pensión.
El testigo ha afirmado además que, a pesar de ser consciente de lo que había pasado en el agroturismo de Zamalbide, no echó de su pensión a Rosa porque "tenía pagada" la habitación, aunque luego ha admitido que la cuenta de la estancia esta mujer en su negocio la abonó luego "otra persona".