Nueve motoristas en siete meses. Más de uno por mes. Esta es la trágica estadística de los accidentes mortales en las carreteras guipuzcoanas con motoristas implicados. Este miércoles, día festivo en el territorio con motivo de la festividad del patrón San Ignacio, ha vuelto a ocurrir. Un hombre de 53 años ha perdido la vida tras chocar la moto en la que viajaba contra un coche, cuando ambos circulaban por la carretera de la Costa, la N-634, a su paso por Usurbil. El siniestro ha ocurrido a las 12.30 horas y, como consecuencia del golpe, el motorista quedó tendido en la calzada.
Hasta el lugar se desplazaron distintos servicios de emergencias, así como patrullas de la Ertzaintza. Desgraciadamente, solo se pudo confirmar el fallecimiento del accidentado. Durante unas dos horas la vía estuvo cortada, hasta que se pudo proceder a la retirada de los vehículos accidentados y del cuerpo de fallecido. Finalmente, sobre las 14.30 horas se reanudó el tráfico en la zona.
Casi tantos como el año pasado
Otro aficionado a las dos ruedas que pierde la vida en unas carreteras que atraen a este tipo de vehículos por la belleza del entorno pero que también se están convirtiendo en escenario habitual de accidentes que acaban de la peor manera posible.
Nueve motoristas fallecidos es una cifra muy alta si se tiene en cuenta que durante todo el año pasado fueron diez las personas a bordo de una motocicleta que fallecieron en la red viaria del territorio. Nueve personas, siete hombres y dos mujeres, que engrosan una lista demasiado larga y que no responde a un lugar concreto.
Los accidentes de este año se han producido tanto en vías de alta capacidad como la Variante de Donostia, donde en abril murió una mujer de 52 años, o la N-I a su paso por Villabona, donde a finales de junio falleció una joven zarauztarra de 21 años, y también en la Autovía del Urumea (A-15), donde un hombre falleció en febrero tras caer al río en Hernani; ; como en carreteras secundarias, como ocurrió en enero en la GI-631 entre Azpeitia y Zestoa, donde murió un motorista vizcaíno de 44 años; o el accidente en el que falleció un irundarra de 57 años que tuvo lugar en mayo en la GI-636 a su paso por Errenteria. Incluso, un motorista eibartarra de 67 años falleció en mayo en las calles del polígono Ibur Erreka atropellado.
Como se ve este tipo de accidentes ocurren en distintos puntos de la red viaria. El penúltimo, de hecho, tuvo lugar a principios de julio en Hondarribia en la carretera N-638; pero es la N-634, la carretera que se acaba de cobrar la vida de otro motorista, donde se registró el primer accidente mortal del año, cuando un conductor de motocicleta de 58 años falleció el 21 de enero al ser arrollado por un coche cuando trataba de rebasar a un grupo de ciclistas en Getaria. De nuevo, la última muerte es una colisión en la misma carretera entre una moto y un coche cuyas causas está investigando la Ertzaintza.