Los ocho detenidos el pasado jueves en un edificio okupado de Donostia por arrojar objetos contundentes contra agentes de la Policía Municipal han sido condenados en un juicio rápido a penas que oscilan entre los cuatro y los catorce meses y dos días de prisión.

Desórdenes públicos y un delito leve de lesiones

La sentencia del caso, a la que ha tenido acceso Efe, condena a siete de los procesados a cuatro meses de prisión y a abonar una multa de 60 euros como autores de un delito de desórdenes públicos y de un delito leve de lesiones.

La resolución impone al octavo catorce meses y dos días de cárcel por un delito de desórdenes públicos en concurso ideal con un delito de atentado a agentes de la autoridad, así como por dos delitos leves de lesiones, por los que también le impone una multa de 120 euros.

No ingresarán en prisión

No obstante ninguno de ellos ingresará en prisión, ya que la pena de cárcel les ha sido suspendida con la condición de que no vuelvan a delinquir en los dos próximos años y de que compensen con 230 y con 75 euros respectivamente a los dos agentes de la Guardia Municipal que sufrieron lesiones leves durante los incidentes.

Además, dos de ellos deberán realizar respectivamente 36 y 50 jornadas de trabajos en beneficio de la comunidad.

Según recoge el texto judicial, los hechos comenzaron sobre las 9.40 horas del pasado jueves, cuando unos policías municipales que realizaban labores de seguridad ciudadana en la calle Marrutxipi descubrieron a un joven que intentaba esconderse detrás de un vehículo.

Arrojaron objetos de forma indiscriminada

Al intentar identificarlo, el sospechoso se introdujo en un inmueble cercano, por lo que los guardias lo "invitaron" a salir del edificio, momento en el que los ocho acusados se asomaron al exterior de la casa desde las ventas y un balcón y "comenzaron a arrojar de forma indiscriminada a la vía pública cuantos objetos se encontraban a su disposición dentro del inmueble".

"comenzaron a arrojar de forma indiscriminada a la vía pública"

De esta manera, actuando con el propósito de impedir la labor policial, "conscientes" de que alteraban "la normal convivencia del lugar" e "impidiendo el normal desarrollo de la vida ciudadana", los inculpados lanzaron a la calle una puerta de madera, un calefactor, un radiador, varias sartenes, la tulipa de una lámpara, platos, vasos, y diferentes objetos de plástico y de cristal.

En este contexto, uno de los implicados se dio cuenta además de que una agente policial "se encontraba junto al edificio" y decidió lanzarle "una nevera de plástico" que le alcanzó en la cabeza.

Inmuebles cercanos

Mientras tanto el resto de procesados prosiguió con el lanzamiento de objetos también hacia otros inmuebles cercanos, algunos de cuyos residentes se vieron obligados a abandonarlos "ante el temor de sufrir daños", detalla la sentencia.

En este contexto, llegaron al lugar varias "patrullas de refuerzo" de la Ertzaintza con el fin de "restablecer" la normalidad y que se vieron obligadas a cortar el tráfico de vehículos y el tránsito de peatones por la zona "hasta que finalmente pudo restablecerse la normalidad" con la identificación y detención de los acusados.

La resolución concreta que uno de los agentes de la Guardia Municipal intervinientes sufrió una contusión en la muñeca izquierda, mientras que la policía que recibió el impacto de la nevera resultó con una contusión en el cuero cabelludo y un esguince leve en un dedo.

Tras ser puestos los procesados a disposición judicial, todos ellos reconocieron el pasado sábado los hechos en un juicio rápido y se mostraron conformes con las penas a las que finalmente han sido condenados.