Los dos responsables de una empresa de galvanizados que se enfrentaban a una petición de un año y medio de cárcel por parte de la Fiscalía de Gipuzkoa, por un vertido de cianuro al paso del río Deba por Bergara que causó la muerte miles de pequeños peces, han sido absueltos de un delito contra el medio ambiente.

Acusación particular

La Diputación foral de Gipuzkoa, que ejercía la acusación particular en este caso reclamaba un año de prisión para cada uno de los acusados.

El vertido fue detectado por la Guardería Forestal de la Diputación el 12 de febrero de 2018, tras la aparición de una gran cantidad de peces muertos en un tramo del río Deba localizado a la altura del barrio Oxintxo de Bergara.

Una mujer observa el río Deba a su paso por Bergara. Foto: efe

Posteriormente, el Servicio Foral de Flora y Fauna realizó distintos muestreos en la parte del río afectada, entre las localidades de Bergara y Soraluze, para realizar un cálculo de mortandad de peces, que se estimó en más de 23.000 loinas y cerca de 46.500 chipas.

Cantidad "terrible" de peces muertos

Peces muertos

Durante el juicio por estos hechos, celebrado el pasado enero en Donostia, un guarda forestal recordó que el día de los hechos recibió el aviso de que había una "cantidad terrible" de peces muertos y de que otros estaban saltando fuera del cauce por lo que, tras descartar que fuera un vertido de purines, pensó que debía de tratarse de algo "muy potente" para que sucediera eso.

Asimismo, uno de los agentes de la Ertzaintza encargados de la investigación detalló que cuando la empresa sospechosa fue inspeccionada se constató la presencia de cianuro en diversos puntos de sus instalaciones.

Por su parte, los dos acusados afirmaron que no utilizaban cianuro en el proceso productivo de su empresa, si bien no descartaron que este elemento hubiera llegado accidentalmente a las instalaciones desde el exterior.

Cantidades muy pequeñas

La sentencia del caso, a la que ha tenido acceso Efe, acoge ahora la versión de los imputados, al constatar que los "restos" de cianuro encontrados en la empresa lo fueron en "cantidades muy pequeñas", en un contexto que revela que "más que salir cianuro" de esta compañía "ésta fue receptora de aguas" que ya traían esta sustancia.

La resolución desvela además que las muestras que se tomaron en este lugar "no cumplían con la normativa ISO que recomienda el tipo de material necesario para la recogida de muestras en términos tales que den garantía de fidelidad a la hora de extraer los datos".

El texto judicial mantiene además que la presencia de cianuro en la empresa "no implica que sea la responsable del vertido", ya que si el Deba ya llevaba cianuro a su paso por la compañía ello explicaría su presencia en las instalaciones dado que la firma tenía "autorización" para la captación de agua del río.

Agencia especial

Además de absolver a los dos responsables de la empresa, la sentencia llama la "atención" sobre el hecho de que, "existiendo una gran cantidad de industrias en las cuencas de los principales ríos de Gipuzkoa (Deba, Oria, Urola, Urumea, Bidasoa y Oiartzun), no haya una agencia especial dedicada al control, a la prevención y a la investigación especializada de desastres naturales como éste, para evitar catástrofes futuras o al menos para asegurar las responsabilidades de los verdaderos infractores".

La resolución aún no es firme ya que aún es posible presentar un recurso de apelación en su contra ante la Audiencia Provincial de Gipuzkoa.