Piden un año y medio para dos empresarios acusados de lanzar vertidos de cianuro al río Deba

Por su parte, la acusación particular, que ejerce la institución foral, reclama para ambos procesados un año de prisión, una multa y una compensación económica de más de 200.000 euros por el daño ecológico causado.

El vertido fue detectado por la Guardería Forestal de la Diputación el 12 de febrero de 2018, tras la aparición de una gran cantidad de peces muertos en un tramo del río Deba localizado a la altura del barrio Oxintxo de Bergara.

Mortandad de peces

Posteriormente, el Servicio Foral de Flora y Fauna realizó distintos muestreos en la parte del río afectada, entre las localidades de Bergara y Soraluze, para realizar un cálculo de mortandad de peces, que se estimó en más de 23.000 loinas y cerca de 46.500 chipas.

Durante el juicio por estos hechos, celebrado este jueves en San Sebastián, un guarda forestal ha recordado que el día de los hechos recibió el aviso de que había una "cantidad terrible" de peces muertos y de que otros estaban saltando fuera del cauce por lo que, tras descartar que fuera un vertido de purines, pensó que debía de tratarse de algo "muy potente" para que sucediera eso.

Ha detallado también que las sospechas se centraron en la empresa de los acusados tras constatar que la fauna muerta se concentraba aguas abajo de esta planta, mientras que aguas arriba los peces seguían con vida.

Cianuro en tres fosos y la terraza

Uno de los agentes de la Ertzaintza encargados de la investigación ha detallado que cuando la empresa sospechosa fue inspeccionada se constató la presencia de cianuro en diversos puntos de sus instalaciones, en concreto en tres fosos de agua, uno de los cuales estaba conectado con el río, y en las terrazas, en las que parte del agua que se utilizaba en el proceso industrial era almacenada para ser reutilizada después de haber pasado previamente por una depuradora.

Tras acudir varios días a la planta para realizar distintas pesquisas, este policía concluyó que la entrada de cianuro al río podría haberse producido a través del único foso conectado con el cauce fluvial, después de que la empresa hubiera sufrido una "pequeña inundación" que habría puesto en contacto el contenido de los tres fosos.

Esta tesis estaría avalada, a su entender, por la existencia de un producto absorbente que detectaron en el suelo de la compañía y que había sido utilizado para contener un derrame que se habría producido fechas atrás.

Asimismo, ha detallado que en una de las inspecciones que realizó junto a una compañera también pudo ver cómo parte del agua almacenada en las terrazas caía directamente a unas arquetas de aguas pluviales que también estaban conectadas con el río.

Gran impacto

Esta segunda agente, por su parte, ha recordado que la compañía no tenía autorización para usar cianuro, y ha recalcado que el vertido realizado al río debió de ser "importante" por el gran "impacto" causado. "No fue una filtración sin más", ha descrito.

En otro momento de la vista han declarado dos trabajadores de la compañía afectada, quienes han asegurado que la empresa no utilizaba cianuro para su actividad, porque ninguna de las dos líneas de producción que tenía usaba esta sustancia.

Asimismo, un responsable de la firma que realizaba el mantenimiento de la depuradora de aguas de la empresa de galvanizado ha comentado que tampoco le consta el empelo de este elemento en las instalaciones.

Por su parte, los dos acusados han afirmado que no utilizaban cianuro en el proceso productivo de su empresa, si bien no han descartado que este elemento hubiera llegado accidentalmente a las instalaciones desde el exterior, a través algunas filtraciones, y que posteriormente hubiera sido recirculado por el sistema de agua, lo que explicaría que haya sido detectado en los fosos y la terraza, según han detallado fuentes de las defensas. El juicio ha quedado hoy visto para sentencia.