El acusado por la muerte de Santi Coca que se encontraba en paradero desconocido desde octubre de 2022 ha sido detenido en Francia. Al joven, conocido como El argelino, se le atribuye haber propinado una “última y brutal patada en la cabeza” del menor fallecido y contaba con una orden de búsqueda y captura emitida por la Audiencia de Gipuzkoa en febrero del pasado año.

Según ha dado a conocer este jueves la policía gala, el arresto del acusado se produjo este pasado martes. Se trata del sexto implicado en el asesinato de Santi Coca y el único que no pudo ser juzgado por estos hechos en el juicio realizado a finales del pasado año. El joven, de origen argelino, se encontraba desaparecido tras dejar de cumplir la obligación de presentarse periódicamente ante la justicia antes de la celebración del juicio.

Tal y como se le atribuye en una de las acusaciones, este sexto inculpado habría propiciado la muerte del joven de 17 años al haberle infringido una patada en la cabeza durante la agresión que tuvo lugar en el exterior de la discoteca donostiarra Gu el 26 de abril de 2019. 

Como consecuencia de su huida, en un primer momento el juicio tuvo que ser aplazado, aunque finalmente este se llevó a cabo entre noviembre y diciembre del pasado año. La sentencia del caso, emitida el pasado mes, condenó únicamente a un único joven, de nacionalidad española, a tres años y medio de cárcel por un homicidio imprudente.

Esta misma semana, además, se ha dado a conocer que este único condenado, que ya cumplió en su momento nueve meses en situación de prisión provisional, ha recurrido la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) para solicitar una rebaja de la pena de prisión. 

Tres de los acusados, por su parte, fueron declarados no culpables por el jurado, mientras que un cuarto quedó absuelto antes de que la vista llegara a finalizar después de que la Fiscalía, la acusación particular que ejercía la familia Coca y el Ayuntamiento de Donostia retirasen los cargos en su contra.

Juicio individual

Esta sentencia fue en su momento calificada por Fátima Hacine, madre de Santi Coca, para este periódico como insuficiente al señalar que la muerte de su hijo “no era un homicidio, sino un asesinato”. “Se han estado acusando entre ellos y que se hayan librado no significa que sean inocentes”, agregó, al tiempo que indicó que se habían producido una serie de “negligencias desde el primer día” del juicio.

Sobre la huida del acusado ahora capturado, Fátima señaló que su ausencia en el juicio había tenido su influencia en su desarrollo. “El Juzgado de Irun no hizo bien su labor y ha faltado uno de los acusados principales, que es el que iba a acusar a los rumanos (los tres acusados que quedaron libres)”, señaló, en referencia a la firma que debía hacer periódicamente el acusado huido en la judicatura irundarra.

Con su detención, este sexto acusado deberá pasar a disposición de la Justicia española de cara a que se convoque un nuevo tribunal jurado para que sea juzgado de manera individual.