La acusada entró en una espiral enfermiza en la que acosaba a través del teléfono y del seguimiento en redes sociales a su exnovio, e incluso a una amiga de este, y terminó llamándoles hasta un centenar de veces al día e insultándoles por Instagram hasta que terminó siendo denunciada. Ni siquiera el hecho de acudir a la Policía y de que fuera investigada frenó sus intenciones, ya que la mujer siguió intentando contactar con ambos, realizándoles varias llamadas. Estos y otros hechos han supuesto que la procesada fuera condenada esta mañana de lunes de conformidad en el Juzgado de lo Penal número 4 de Pamplona a una pena de multa de 1.440 euros por dos delitos de acoso, además de a 18 meses de orden de alejamiento y de prohibición de establecer cualquier contacto con las víctimas.

La procesada ha reconocido los hechos y ha aceptado la condena, en la que se le ha estimado la atenuante muy cualificada de trastorno mental, puesto que se encuentra diagnosticada de varios trastornos de personalidad, ansiedad y depresivo.

Insultos por redes sociales

Los hechos se originaron después de que la acusada, que mantuvo una relación sentimental con un joven durante 9 años, pusiera fin a su relación sentimental en 2019 porque ella había iniciado una relación con otra persona. En verano de 2022, cuando la acusada había finalizado su nueva relación, ella y el joven retomaron el contacto. Si bien, la intención del hombre era únicamente reanudar una amistad, según el escrito de acusación de la Fiscalía, no fue así para la acusada, que desde octubre de 2022 empezó a llamarle hasta 100 veces al día, enviándole mensajes constantemente. Además de ello, controlaba con quien salía y sus publicaciones en redes sociales, llegando a manifestarle que si no le hacía caso se iba a suicidar.

Poco más tarde, en la creencia de que mantenía una relación sentimental con otra chica, con la que compartía trabajo, la acusada utilizó la red social Instagram para contactar con dicha amiga y compañera de trabajo de su exnovio, a la que insultó, le decía que le causaba ansiedad y a través del servicio de telefonía de la red social, le llegó a hacer entre 20 y 30 llamadas diarias. Además, en febrero de 2023, colgó una fotografía de ella en su perfil con un texto en el que la llamaba puta, decía que habían hecho un viaje juntos e identificaba su puesto de trabajo.