La Policía Municipal y la Ertzaintza han identificado este viernes a trece personas pernoctando en el antiguo instituto de Martutene, un edificio abandonado desde hace dos décadas y que es foco de preocupación entre los vecinos del barrio.
El operativo se ha desarrollado en el marco el Control Dinámico de Asentamientos que asiduamente llevan a cabo en colaboración los dos cuerpos policiales. De hecho, según explican fuentes del Ayuntamiento de Donostia, el pasado fin de semana, en un operativo idéntico al de hoy, se identificó a 17 personas en el mismo lugar.
Los agentes se han desplegado en el patio trasero del edificio y, tras los avisos oportunos, han procedido a entrar en el edificio, donde se han encontrado a las citadas personas. Tras requerirles su documentación y comprobar que ninguno tenía requerimientos judiciales pendientes, han abandonado el lugar. En el exterior, también han registrado algunas chabolas.
Aunque el Control Dinámico de Asentamientos es un operativo que se remonta mucho tiempo atrás, es cierto que, tras las denuncias de inseguridad que los vecinos del barrio vienen reportando en los últimos meses, el Ayuntamiento de Donostia se ha comprometido a "intensificar la vigilancia en la zona".
Vecinos "atemorizados"
Según han denunciado esta semana los vecinos, en los últimos meses la inseguridad se ha multiplicado a consecuencia de un grupo de okupas que viven en condiciones “inhumanas” en el antiguo instituto. El edificio, que quedó en ruinas hace dos décadas, ya fue okupado hace diez años. Sin embargo, entonces la situación fue reconducida y ahora advierten con una mezcla de miedo y pena que la situación vuelve a repetirse, dando lugar a desagradables escenas cotidianas en las calles del barrio.
Aseguran vivir “atemorizados” por este grupo de personas “problemáticas” que han llegado a amenazar “con un cuchillo en el cuello” a algún vecino para robarle. Denuncian que se cuelan en las casas por los tenderetes, que amenazan e insultan a todo el que se encuentran por la calle y que incluso la salida del colegio de los niños es objeto de tensión por sus constantes amenazas.
Las llamadas a la policía son constantes y aunque los agentes llevan a cabo detenciones, estas personas vuelven a estar en la calle a las pocas horas. De hecho, los vecinos han comenzado a organizarse en brigadas ciudadanas para vigilar las calles.
El Ayuntamiento ha recogido el guante de estas denuncias e insiste en que existe "un compromiso claro con los vecinos de aumentar la presión policial de manera preventiva para evitar que estas personas alteren el orden".
Una solución para el edificio
Ante la sensación de inseguridad que denuncian los vecinos, la Guardia Municipal envió en primavera un requerimiento al Gobierno Vasco para que “tome las medidas necesarias para revertir esa situación y eviten que el edificio vuelva a ser ocupado”.
Ahora, el Ayuntamiento de Donostia insiste. Tras las inspecciones de las últimas semanas, se ha constatado que el edificio se encuentra en un estado "deplorable", no solo por la cantidad de basura acumulada en su interior. "Hay zonas de escalera en la que faltan peldaños, techos que están bastante deteriorados e incluso la bajocubierta se ha desprendido en alguna zona", insisten fuentes municipales.
Por ello, urgen al Gobierno Vasco, propietario del edificio, a que actúe. Piden que se proceda a su desalojo para evitar que se pueda volver a entrar en él y que ponga en valor el edificio, un descomunal inmueble de 7.000 metros cuadrados, asentado sobre un solar de 11.000.
Por su emplazamiento y sus enormes dimensiones, recuerdan que es un espacio ideal para albergar proyectos para el disfrute de los vecinos, como una casa de cultura, un centro cívico o un hogar para personas mayores. De hecho, también los propios residentes de la zona se han mostrado partidarios de no demoler el inmueble y llegaron a recoger 3.000 firmas para salvarlo. El gran handicap se encuentra en su costosa rehabilitación, cifrada en alrededor de seis millones de euros.
Actualmente, el inmueble está adscrito a Eusko Trenbide Sarea (ETS) y se está tramitando el traspaso a Patrimonio del Gobierno Vasco.