Vecinos del barrio de Martutene de Donostia han denunciado “la inseguridad” que sufren por la presencia de un grupo de unos 60 o 70 okupas en un viejo edificio abandonado. “Nos tienen a todo el barrio en un sin vivir, nos atracan a pie de calle y nos roban”, alertaron.

En declaraciones, Unai, uno de los vecinos del barrio, relató ayer que estos okupas “problemáticos” acceden a las viviendas del barrio “usando los tendederos de los balcones” y también “persiguen” a sus hijos a la salida del colegio. Además, explicó que estas personas viven en “unas condiciones inhumanas” e incluso “se duchan dentro de la fuente” de un parque de la zona. Por ello, aseguró que viven “atemorizados” y que a él le llegaron a “poner un cuchillo en el cuello” y le amenazaron para quitarle el móvil y la cartera.

“El edificio prácticamente quedó en ruinas hará ya unos 20 años y nunca hemos tenido una compañía aquí tan problemática como esta”, apuntó, al tiempo que señaló que han pedido a la Administración pública responsable que “desalojen inmediatamente, o lo terminen por tapiar, o derribar, o construir algo que sea productivo para la sociedad” como podría ser “un centro de acogida, un centro de ocio y cultura para los jóvenes, o un centro de mayores”.

Este vecino de Martutene detalló que el joven que le atracó “tiene 19 causas pendientes” y se preguntó cómo una persona con estos antecedentes “puede estar en la calle”. “Sabemos que son personas, pero nosotros también, y estamos asustados, solo pedimos que se nos escuche”, recalcó.

Así, explicó que los vecinos de este barrio han creado “un grupo de WhatsApp para hacer patrullas ciudadanas de vigilancia” y que “vean que estamos pendientes de qué movimientos siguen para poder defendernos de posibles ataques”.

Asimismo, apuntó que la Ertzaintza “hace su trabajo, entra, inspecciona el lugar, detiene a tres, cuatro, a los que puedan, pero al día siguiente están otra vez aquí porque la ley les protege”. Tras insistir en que los vecinos se sienten “desprotegidos”, aseguró que también comienzan a sentirse “insultados”. “Cuando tenemos que movilizarnos tanto, y que a la media hora de poner pancartas reclamando seguridad hay una orden de quitarlas, te sientes insultado”, aseveró.

Otra vecina, por su parte, alertó de la “delincuencia que hay en el apeadero del tren”, así como frente al colegio porque, pese a que se ha tapiado ya varias veces, “vuelven a entrar los delincuentes, que viven en malas condiciones, salen a los balcones de cara al patio de ese colegio desnudos, con los cuchillos en mano, amenazando a todos los que salen”.