La jornada de este jueves ha sido inusual para Luis Miguel García, director general de Lurauto. Tocaba hacer gestiones para tratar de minimizar los daños causados por el robo sufrido en la noche del miércoles, cuando tres jóvenes lograron acceder al céntrico concesionario de BMW en Donostia tras romper el cristal.

"Ocurrió a las 23.53 horas. Llama la atención la impunidad con la que se actúa en un sitio tan visible", reflexiona García en referencia al establecimiento cuyo escaparate forma parte de una de las imágenes más conocidas de la Avenida Zurriola, frente al Kursaal. Tal y como pudo comprobar en el vídeo de seguridad, "fueron tres chicos que empezaron a empujar con fuerza el cristal". Un escaparate de seguridad compuesto por dos vidrios con una lámina de butiral de polivinilo entremedio, un material plástico de gran elasticidad, transparencia y resistencia. "Es un cristal que no se llega a romper nunca. Lo que hacen es empujar, se va formando un pandero y el escaparate se va deformando", explica García.

Al final, los jóvenes, "que sabían lo que hacían", lograron que se produjeran roturas en algunas zonas, lo que les permitió acceder al establecimiento y hacerse con tres bicicletas eléctricas valoradas cada una en 1.700 euros, además de "algún ordenador". A esto hay que añadir los daños en el mobiliario, y en el marco y el propio vidrio del escaparate.

La alarma, que se disparó inmediatamente, puso en alerta al propio García y a la Policía. "Fue una actuación excelente, en menos de una hora ya habían detenido a dos de ellos", afirma el director general de Lurauto, quien asegura que se trata de delincuentes "conocidos" por las fuerzas de seguridad.

Mientras, en el concesionario el trajín es incesante para tratar de colocar una protección en el agujero abierto por los ladrones, con la confianza puesta también en recuperar los objetos sustraídos: "Sé seguro que han recuperado una de las bicicletas y creo, aunque está por confirmar, que también una segunda".