Lando Norris aprovechó la oportunidad de consolidarse como líder del Campeonato del Mundo de Fórmula 1. El británico firmó una victoria inapelable en el Gran Premio de Sao Paulo. Un triunfo que puede valer su primer título. Aterrizó en Brasil con solo un punto de ventaja sobre Oscar Piastri y abandona el territorio paulista con 24 de margen a falta de tres carreras (Las Vegas, Catar y Abu Dhabi) y el esprint de Catar para la conclusión, es decir cuando quedan todavía 83 puntos en juego.
Norris lideró el Mundial en las cuatro primeras carreras. Luego Piastri se elevó a la azotea y permaneció en lo más alto las siguientes quince pruebas. El australiano alcanzó en Países Bajos –cita 15 de 24– una ventaja máxima de 34 puntos. Se enfilaba hacia el trono de la Fórmula 1. Sin embargo, Norris logró dar un giro a una situación complicada. “He ignorado a todos los que hablan mal de mí”, confesó. En la cita previa de México, el piloto de Bristol recuperó la cima por solo un punto de ventaja. Ahora, con la séptima conquista del curso –las mismas que Piastri– y la victoria en el esprint, todo ello conjugado con el abandono de Piastri el sábado y la quinta plaza del australiano en domingo, la diferencia aumenta. Max Verstappen, tercero tras remontar dieciséis posiciones, se descuelga a 49 puntos de Norris, que encadenó su segundo fin de semana perfecto.
La carrera arrancó colmada de emoción. Norris protegió su condición de poleman. Pero tendría que volver a defenderse debido a la aparición de un coche de seguridad por un accidente de Gabriel Bortoleto en la primera vuelta.
En el sexto giro se relanzó la prueba. Norris defendió de nuevo su liderazgo, pero detrás Kimi Antonelli se durmió en los laureles. Piastri, cuarto, aprovechó para lanzar el coche por el interior en la curva 1. Sin temor. Arriesgándolo todo. Pero sin medida. Desbocado. Bloqueó los neumáticos, patinó, chocó con Antonelli y éste golpeó a Charles Leclerc, que rodaba por el exterior. Carambola. El monegasco de Ferrari quedó fuera de combate. Poco antes Lewis Hamilton había sufrido un toque con Carlos Sainz y su coche quedó dañado. El drama asistía a Ferrari. El británico terminó retirando el coche de la pista.
Piastri, desde la cuarta pintura, ya ocupaba la segunda posición, a rebufo de Norris. Las aspirantes a la corona tenían la ocasión de luchar de tú a tú, sin interferencias. Pero en el decimosexto giro, Dirección de Carrera impuso una sanción de 10 segundos para el australiano por provocar el accidente con Antonelli y la reacción encadenada del abandono de Leclerc. La pena era lógica. El reglamento dicta que para que un adelantamiento sea legal se debe tener el eje delantero al menos a la altura de los retrovisores del coche rival al llegar al vértice de la curva, además de tener el control total del coche. No cumplió lo primero ni lo segundo. Esto era aliento para Norris, que estaba ante la gran oportunidad.
Del pesimismo a la euforia de Verstappen
“Os podéis olvidar del Campeonato”, expresó Max Verstappen el sábado, plagado de pesimismo tras la tanda de calificación. Había minimizado daños con un cuarto puesto en el esprint, pero luego cayó en la Q1. Clasificó decimosexto en parrilla y decidió modificar por completo el monoplaza para perseguir la remontada, lo que le obligó a salir desde el pit lane. Llegó a auparse hasta el decimotercer puesto tras el relanzamiento de carrera, en la vuelta 7. Pero tuvo que visitar el garaje por un pinchazo. Tocaba remontar de nuevo desde las catacumbas.
Verstappen inició de nuevo la progresión desde la decimoctava posición. En la vuelta 22 ya rodaba cuarto. Como su carrera iba a contrapié en la sustitución de gomas, tras cada visita al box tenía por delante un camino empedrado, lleno de coches. “Ha habido acción”, dijo. Se pasó toda la prueba realizando adelantamientos. A la desesperada, para reducir el impacto de su posición de salida y quién sabe si con alguna de esperanza de recuperar opciones de título. Su actuación fue épica. Salió desde el pit lane, sufrió un pinchazo y ganó dieciséis posiciones para terminar tercero, detrás de Antonelli, quien tuvo que levantar una trinchera ante el neerlandés para lograr su mejor resultado en la Fórmula 1.
“No sé de dónde ha venido este tío”, dijo Antonelli, sorprendido con Max. “Las últimas vueltas han sido muy estresantes”, confirmó el italiano. “Nuestro ritmo era bastante fuerte. Este podio no me lo esperaba. Terminar a 10 segundos del líder es increíble. Estoy contento y orgulloso, porque ayer fue muy duro y no nos hemos rendido”, añadió Verstappen.
Norris se muestra cauto
Norris rodaba holgado. Alcanzó más de cinco segundos de renta sobre Piastri, que estaba pendiente de cumplir su sanción. La elevada degradación de neumáticos en Interlagos impuso estrategias de dos paradas en lugar de una. Pero nada parecía intimidar a Norris. Además, Piastri descendió hasta la quinta posición virtual al cumplir la penalización en la vuelta 35. Y ahí terminaría el australiano. El camino se despeja para Norris. Aunque ciertamente se muestra cauto. “No creo que hayamos sido los más rápidos en pista hoy. Es algo que debemos analizar”, alertó. En consecuencia, apuntó que “no pienso en el título, para nada, porque las cosas pueden cambiar muy rápido”. Norris fue otro sorprendido por el rendimiento de Verstappen, que se vio condenado el sábado.
Por otro lado, Carlos Sainz y Fernando Alonso finalizaron en la decimotercera y la decimocuarta posición, respectivamente. Sin opciones de sumar puntos en Sao Paulo.