El corazón de la estadística vasca: 186 profesionales para bucear un mar de datos
Visitamos el Eustat, un área de acceso restringido que analiza y publica “información de calidad” a la que no tiene acceso preferente ni el lehendakari
El acceso está limitado única y exclusivamente a personal del Eustat. Nadie sin autorización puede acceder al otro lado de las puertas rojas. Tienen su propia ala en la sede central del Gobierno Vasco en Lakua (Gasteiz), tres plantas llenas de personal, además de otras tres sedes en Donostia, Bilbao y el centro de Gasteiz. Un total de 186 personas repartidas bajo dos direcciones: las de Mariví (María Victoria García Olea) y Jota (Jose Jabier Zurikarai Marcilla), que hacen de sherpas en la visita de NOTICIAS DE GIPUZKOA a la sede central del Instituto Vasco de Estadística. La expedición la dirige la directora general, Belén Muñiz.
Para cuando entramos a la zona restringida ya se ha producido uno de los momentos cumbres de cada jornada. La publicación de las estadísticas programadas para el día. Hay un calendario que hace las veces de bote para guardar bolígrafos en cada mesa. Mariví, la directora de producción, explica que, “a las 10 de la mañana del día que hayamos fijado en el calendario, ni antes ni después, se lanza la información. Esa puntualidad es un elemento esencial de calidad y de independencia”, señala.
Al contrario que en otras organizaciones, donde la cúpula se sitúa en la planta alta, en el Eustat el equipo director que forman Belén, Mariví y Jota está en la planta cero, a ras de suelo. La misma que comparten con el departamento de difusión y el equipo de Administración, “que tiene cuatro funciones prioritarias: contratación, desarrollo normativo, personal y temas contables presupuestarios. Todos ellos rodean a un pequeño reducto de personas “que son las que ayudan en la obtención y en la depuración de los datos que luego se utilizan para realizar estadísticas”.
13 informáticos específicos
Mariví, la subdirectora de producción, tiene cuatro áreas bajo su responsabilidad: “estadísticas sociodemográficas, estadísticas a empresas, infraestructura estadística y cuentas económicas, que ahí es donde está la gente que hace el PIB”, explica la directora general. Y “por la parte de Jota, que es el subdirector de la parte de difusión informática, están todos los servicios soporte que se utilizan para el desarrollo de la producción: informática, metodología y difusión”, añade Muñiz. Jose Jabier presume de tener 13 informáticos específicos para el Eustat, algo que les diferencia del resto de áreas de la Administración.
Empezamos la visita por la última planta. Subimos a pie: “Aquí tenemos meteorología, informática y parte de producción y de infraestructuras también”, explica la directora. Se respira calma y silencio.
En la planta intermedia el espacio es parecido. “Aquí está todo producción. “Está separada por temática: sociodemográficas, empresas, estadísticas empresas y luego el tema de las cuentas económicas y el PIB (Producto Interior Bruto), que es una cosa muy especializada, y tiene un área propia. Y también tenemos infraestructura estadística, que sirve para todos también un poco”, explica Mariví.
Tres décadas sin fallar ni un día
El calendario es inamovible y en diciembre se define en qué fecha se van a publicar todas las estadísticas de coyuntura (las periódicas). Eso lo hemos cumplido al 100% desde que se fundó el Eustat en 1986. “El 1 de enero tendremos todo el año 2026”.
Las encuestas son solo una forma de trabajar en el Eustat, y ya representa menos de la mitad de las fuentes de información. En su día superaban el 80% y se espera que vayan a menos. Ese trabajo de campo la realizan sobre todo las 74 personas que trabajan en las otras sedes repartidas en Bilbao, Donostia (calle Okendo) y la calle Samaniego de Gasteiz. Son “los que llaman, los que persiguen para que les contesten a la respuesta, etc. Y dentro de la sede central estamos otros 114: los servicios de producción y los transversales”, explica Belén.
La forma de trabajar también ha cambiado con los años, explica Muñiz. “Cada vez más se va buscando complementar la información que se recibe de las encuestas con otro tipo de información que nos llega por otras fuentes: utilizamos muchos ficheros administrativos, información de las haciendas, y de los distintos departamentos de Gobierno Vasco; y tenemos acuerdos con el Instituto Nacional de Estadística (INE) para algunas operaciones, para no duplicarnos”.
Obligados a contestar
Otro aspecto importante, subrayan, es la “obligación de responder” a los requerimientos del Eustat. Llegan “por carta oficial”, y en la misma se “explican los objetivos de la cuestación, la normativa, la obligatoriedad y los derechos”. Las posibilidades de quedar exento son mínimas. Solo por “cuestiones incapacitantes”, como el alzhéimer, por ejemplo. Todos entramos en el bombo. “No hay unas personas que sean útiles y otras que no”, explica Mariví: “Se eligen a todas las personas de manera aleatoria”.
Existen “protocolos especiales para ponerse en contacto con personas que tienen una incapacidad” o con “mayor dificultad para entender los cuestionarios”. De hecho, asegura Jose Jabier Zurikarai, “la gente mayor a veces se siente un poco intimidada porque la Administración les pide algo obligatorio y entonces ya se pone nerviosa”.
“También hay gente reacia”, añade la directora general. Gente que teme que esa información obtenida pueda ser compartida con otras áreas de la Administración, como Hacienda. Pero “no hay nada que temer: nosotros solo tenemos autorización de uso estadístico de esa información. Única y exclusivamente. Y tenemos que asegurarnos con mucho cuidado de que, en ningún caso, hay posibilidad de violación del dato privado”, aclara.
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