Las cuatro grandes danas vividas en Valencia en los últimos 70 años
Las lluvias de 1957, 1982, 1987 y 2024 muestran un patrón atmosférico similar y se concentran en octubre
Valencia ha registrado en los últimos 70 años cuatro grandes danas que han dejado huella por su virulencia. A pesar de los años que los separan, estos episodios ocurrieron ocurrieron en un plazo de tiempo muy concreto, en torno a la segunda quincena de octubre, y tuvieron un patrón atmosférico similar. Sin embargo, solo dos de ellos, los de 1987 y 2024 conservan récords nacionales de precipitación.
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La 'gran riada'
La primera dana tuvo lugar el 14 de octubre de 1957 y fue conocida como ‘la gran riada’. Este episodio atmosférico anegó el noroeste de la capital por el desbordamiento del Turia, causando al menos 81 muertes y enormes daños materiales. En respuesta, se implementó el Plan Sur, que desvió el cauce del río Turia hacia el sur de la ciudad para evitar futuras inundaciones.
Dos décadas después, la denominada ‘pantanada de Tous’ del 20 de octubre de 1982 azotó el centro y suroeste de la provincia, provocando la rotura de la presa. La dana de 1987, el 3 de noviembre, se centró en Safor y Ribera Alta, acumulando 817 mm en 24 horas, aún récord nacional. Por último, la más reciente, del 29 de octubre de 2024, afectó al interior norte y al litoral sur noroccidental, alcanzando 771,8 mm en un día, con registros de intensidad inéditos en una, seis y doce horas.
Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), estos episodios se producen por depresiones frías aisladas en altura que interactúan con el aire cálido mediterráneo. Cuando los vientos de levante soplan intensamente, la humedad se descarga en forma de tormentas extremadamente violentas, que penetran tierra adentro, causando inundaciones en barrancos y ramblas.
Datos históricos
El dato máximo horario de 2024 alcanzó los 185 mm, superando en 26 mm el récord histórico de Vinaròs en 2018. En seis y doce horas, los acumulados duplicaron los de Alpandeire (Málaga), también en 2018. “La fachada mediterránea queda situada en la vertical de la zona de los ascensos de aire más pronunciados debidos a la circulación en torno a la dana”, explica Rubén del Campo, portavoz de AEMET.
Diversos estudios sugieren quela intensidad de las danas podría aumentar en el futuro. El calentamiento atmosférico permite que el aire almacene más humedad, incrementando la probabilidad de lluvias extremas. Se estima que por cada grado adicional la precipitación podría aumentar un 7%, aunque algunos análisis prevén incrementos aún mayores.
“Uno de los principales factores asociados a este incremento”, explica AEMET, “obedece a una ley física fundamental que relaciona la mayor capacidad que tiene una atmósfera más cálida para almacenar un mayor contenido de humedad, la cual le otorga mayor potencialidad de condensar mayores concentraciones de vapor de agua y, por tanto, provocar acumulados de precipitación mayores”.
Del Campo insiste en la necesidad de mejorar la predicción y los avisos, reforzar la coordinación con Protección Civil y mantener informada a la población. “Las inundaciones no son nuevas, pero el cambio climático puede hacerlas más intensas”, subraya.
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