Casi la mitad del alumnado vasco pasa al menos cuatro horas diarias delante de la pantalla
Altxa Burua presenta este sábado una propuesta "basada en la evidencia científica" para hacer uso saludable de la tecnología digital
Un 46% del alumnado vasco pasa como mínimo cuatro horas diarias delante de la pantalla en la escuela, cuando la media estatal se sitúa en torno al 17%. ¿Es necesaria tanta exposición, también en el cole? Un dato que invita a la reflexión en el seno de la comunidad educativa teniendo en cuenta que, a pesar de sus bondades, la tecnología digital muestra en realidad una capacidad “limitada” a la hora de facilitar el aprendizaje y “tiende a empeorar” el rendimiento académico si se utiliza de manera intensa.
No es el único aspecto que indica que “hay margen de mejora”. La digitalización del sistema educativo vasco también encuentra un motivo de reflexión en el convenio que hoy por hoy tiene con Google, cuyo producto principal es el motor de búsqueda de contenido en internet del mismo nombre.
La ley de educación vasca indica que la digitalización tiene que ser “ética y responsable”, algo que sólo es posible haciendo un uso de la tecnología que sea “auditable, reutilizable, libre y transparente”, requisitos que hoy por hoy no cumple el ecosistema Google por lo que, sobre el papel, se estarían violando “ciertos artículos” de la propia ley educativa.
En ese sentido, la Agencia Vasca de Protección de Datos ya apercibió el año pasado al Departamento de Educación por incumplir la normativa de protección de datos a menores al no haber evaluado el impacto que tendría su acuerdo con Google para usar el servicio Workspace for Education en los centros docentes. “En realidad, hay alternativas más interesantes que estas grandes compañías, como puede ser el software libre y la soberanía digital”, indica a este periódico Telmo Lazkano.
La expansión de Altxa Burua
Este profesor y experto en Educación y Salud Digital es uno de los participantes del grupo motor de Altxa Burua, un movimiento social de padres y madres que no deja de crecer en todo el País Vasco -sólo en Gipuzkoa aglutina a 80 de los 150 grupos que hay en la CAV, una veintena de ellos en Donostia- y que busca retrasar la edad de entrada de los niños y adolescentes a los smartphones, promoviendo un uso más consciente de la tecnología.
Suyas son las reflexiones con las que arranca esta información, fruto de un trabajo intenso. Se trata de familias que se vienen reuniendo habitualmente, movidas por la preocupación que suscita el uso desmesurado del móvil, y que desde diferentes puntos de la geografía vasca se darán cita este sábado por primera vez en Eibar, donde darán a conocer las líneas principales de un extenso informe de 400 páginas sobre el proceso de digitalización del sistema educativo vasco.
Hablamos de todo ello con Lazkano. “A tenor de todas evidencias que tenemos, es necesario plantear un posible punto de partida”, sugiere el experto, que entiende que el sistema educativo tiene un importante papel que cumplir a la hora de hacer un uso más saludable de la tecnología digital. En ese sentido, Altxa Burua ha decidido dar soporte teórico a todo ello, para lo cual ha convocado a un grupo de expertos independiente.
Así, durante el último año psiquiatras, psicólogos, investigadores, informáticos, docentes y directores de colegio han realizado un análisis profundo de la digitalización del sistema educativo vasco, aportando diferentes miradas, desde una perspectiva de salud, de privacidad y pedagógica. “En base a la evidencia científica que existe hoy en día, se ha elaborado un marco con unas propuestas concretas. El objetivo es crear una base sólida basada en esas evidencias para que cada comunidad educativa pueda trabajar sobre ella”, explica el docente. A tal fin se han impreso más de 10.000 guías para que se distribuyan por toda la geografía vasca.
Uno de los grandes méritos de Altxa Burua es haber conseguido unir a centros de Kristau Eskola, colegios públicos e ikastolas, miles de personas que no se conocen de nada, que presentan realidades bien diferentes pero que trabajan conjuntamente tras un mismo afán: mejorar el bienestar de los menores.
La digitalización social y la del sistema educativo
En ese sentido, respecto al uso desmesurado de pantallas, el grupo motor de Altxa Burua subraya que es importante diferenciar la digitalización social y la del sistema educativo, dos realidades muy diferentes pero con un mismo nexo común: la necesidad de realizar un abordaje “necesario”.
Si el uso de pantallas en centros educativos preocupa, fuera de ellos todavía más. De hecho, hasta ahora Altxa Burua se había centrado más en los problemas que trae consigo la “digitalización social”, es decir, el uso que hacen los menores de la tecnología más allá de las aulas. "Seguimos estando ante una situación muy preocupante. Es una batalla de David contra Goliat. Es increíble el poder que tienen estas empresas”.
Uno de los casos más paradigmáticos es el de Apple, que en 2022 se convirtió en la primera empresa en generar más riqueza que el Producto Interior Bruto de Reino Unido. "No es nada fácil luchar contra estas tecnológicas. No lo es a nivel estatal, de ahí que se plantee la lucha a nivel europeo, y cabe imaginar por todo ello la situación de indefensión de las familias. Se les está pidiendo hacer un uso responsable de la tecnología, y lo dicen empresas tecnológicas que son unas irresponsables”, asegura.
Desde Altxa Burua entienden que es el momento de cambiar el enfoque. En la última década, según la reflexión que han llevado a cabo, la mirada se ha centrado exclusivamente en la educación. La responsabilidad principal recaía en las familias, de manera que si nuestros hijos e hijas hacían un uso irresponsable del móvil es porque no nos implicamos lo suficiente. "No nos hemos centrado en lo esencial: tenemos unas tecnológicas que están diseñadas precisamente para no hacer un uso responsable. Es un punto importante a tener en cuenta, porque si planteamos el dilema en un empleo adecuado o no, estamos blanqueando la identidad real de todas estos productos digitales".
Tecnología altamente adictiva
No se trata una tecnología neutra. "Estamos pidiendo que nuestros hijos e hijas desarrollen capacidades para que puedan entablar una relación adecuada con una tecnología que ha sido diseñada precisamente por las mentes más brillantes del mundo para ser altamente adictiva". Las consecuencias de ello son bien conocidas: problemas conductuales y psicológicos, ciberbullyng, déficit de atención..."Claro que hay que educar, pero educar desde la honestidad, y teniendo muy en cuenta que lo que no es legal en el mundo of-line tampoco debe serlo en el mundo online", advierte Lazkano.
Al menos desde el marco normativo, cada día parecen darse pasos más firmes en esa dirección. Gracias al movimiento social en Europa se han dado "pasos importantes" de la mano de la Ley de Servicios Digitales (DSA) y la Ley de Mercados Digitales (DMA), dos reglamentos de la Unión Europea para regular el entorno digital. Como señalan desde Altxa Burua, la preocupación por esta cuestión no se limita al viejo continente.
"En Australia se ha aprobado la primera ley que prohibe a menores de 16 años el acceso a ciertas tecnológicas. Es un enfoque interesante porque, en sí, no se le prohibe nada al menor". Utilizando el paralelismo, es como si quisiera entrar a una discoteca. En caso de acceder, el responsable sería la empresa, no el menor o su familia. "Eso mismo se traslada al mundo online. La responsabilidad de que no entre ningún menor de edad en la plataforma reside en la propia tecnológica. En caso de que suceda, la multa recae en la empresa. Es lo que se ha aplicado en Australia y lo que la Unión Europea -a través de una iniciativa entre el Estado, Francia y Grecia se está planteando seriamente. Es probable que en 2026-2027 estemos hablando de cosas más concretas, con un límite de edad para acceder a ciertos productos digitales, entre las que figuran las redes sociales más utilizadas entre los menores", detalla Lazkano.
Tratamiento de datos en redes sociales
Sin ir tan lejos, a nivel estatal ya se ha aprobado el proyecto de ley de protección de menores en entornos digitales, que incluye medidas como elevar a 16 años la edad de consentimiento para el tratamiento de datos en redes sociales, obligar a que los dispositivos vengan con control parental por defecto y prohibir las "cajas de botín" en videojuegos. Telmo participó en el comité de expertos del Ministerio. "La ley está a punto de aprobarse, y es previsible que antes de final de año o en 2026 salga adelante. Aunque Madrid esté muy polarizado, es de los pocos temás en los que están de acuerdo la mayor parte de partidos", asegura.
Incide el experto en que uno de los principales cambios "es que se propone subir la edad de 14 a 16 años para conceder datos personales. Eso quiere decir que ningún menor de 16 años podría, libremente, hacer uso de una red social. La diferencia aquí es que si el tutor legal lo autoriza, entonces sí podría hacerlo", precisa.
Para llevar adelante este proyecto se ha creado un nuevo sistema de verificación legal que implica a las propias tecnológicas. Según explican desde Altxa Burua, el nuevo sistema lo ha creado la Agencia Española de Protección de Datos, aunque todavía no se ha puesto en marcha a la espera de que se apruebe la ley. "Los lectores deberían saber que, en caso de que se apruebe, el sistema de verificación dejará de ser el chiste que tenemos actualmente, que te preguntan si tienes 18 años, y si dices que sí entras sin mayores problemas. A partir de ahora -según revela- se vericará la edad fehacientemente con un sistema de doble verificación".
Temas
Más en Sociedad
-
Euskadi estudia cobrar la asistencia médica que presta a Cantabria, Nafarroa, La Rioja y Castilla León
-
Aprende a detectar fake news con Juan de la Herrán
-
Alertan por la presencia de alcaloides tropánicos en maíz para palomitas importado de Argentina
-
Cierran temporalmente el ascensor de Bentaberri por obras de mantenimiento
