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Sanitarios vascos piden que se prohíba fumar y vapear en todas las playas de Euskadi

Una sola colilla contiene más de 400 sustancias nocivas y tarda en degradarse entre doce y quince años

Sanitarios vascos piden que se prohíba fumar y vapear en todas las playas de EuskadiRedaccion NdG

Lucha sin cuartel contra un enemigo ambiental invisible. La Sociedad Vasconavarra para la Prevención del Tabaquismo, Aireberri, solicita al Departamento de Salud del Gobierno Vasco que modifique la actual normativa, de manera que se prohíba fumar en todas las playas de Euskadi, un paso adelante que hasta ahora sólo ha dado Zarautz, con una ordenanza que entró en vigor la semana pasada, tras su publicación en el Boletín Oficial de Gipuzkoa.

La sociedad vasconavarra, que valora “enormemente” la medida adoptada por el municipio guipuzcoano, pide incluso ir más allá, de manera que la localidad costera haga extensiva la prohibición a los vapeadores, ya que, una vez sancionado el tabaco, "puede darse la circunstancia de que aumente el consumo de este tipo de productos, y estamos hablando de una huella de carbono aún mayor que la de las colillas”, según advierte Joseba Zabala, médico de salud pública e integrante de Aireberri.

Lo cierto es que hoy por hoy el tabaco, más allá de sus nocivos efectos en la salud, supone una amenaza ambiental en toda regla. Los filtros de los cigarros están hechos principalmente de acetato de celulosa, un plástico de un solo uso que tarda en degradarse entre doce y quince años. “Si la gente comienza a tirar a partir de ahora en las playas vapeadores y todos los productos relacionados, vamos a tener un problema aún mayor del que ya tenemos”, advierte Zabala, quien recalca que en el País Vasco se tiran cada día cuatro millones de colillas al suelo.

“Si la gente comienza a tirar a partir de ahora en las playas vapeadores y todos los productos relacionados vamos a tener un problema aún mayor del que ya tenemos”

Joseba Zabala . Médico de salud pública

Según datos del Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), en el Estado se comercializan cada año unos 7.500 millones de filtros. Se trata de residuos que suelen acabar en playas, calles, parques o en el sistema de alcantarillado, donde liberan sustancias tóxicas -una sola colilla tiene más de 400- como nicotina, arsénico, plomo o cadmio.

Contaminación de suelos y agua

La consiguiente contaminación de los suelos y el agua llega a afectar a la fauna y flora marina y terrestre. “Estamos hablando de nitrocelulosa, un producto plástico de un solo uso que la directiva europea de plásticos no lo ha considerado como tal”, asegura el experto. Así, las colillas representan el 40% de los residuos recogidos en la calle por los servicios de limpieza, pero a pesar de su toxicidad, se siguen tratando como basura común, algo que varias ONG consideran un grave error, ya que cada filtro puede llegar a contener entre 12.000 y 15.000 microfibras plásticas.

Además, se calcula que una colilla puede contaminar hasta 50 litros de agua dulce entre siete y 24 años. Algunas estimaciones llegan hasta los 500 litros en el caso del agua de mar, ya que el filtro de acetato de celulosa no es biodegradable y libera lentamente sustancias peligrosas. Son, sobre el papel, argumentos de peso para limitar su uso en los arenales.

Una colilla puede contaminar 50 litros de agua dulce entre siete y 24 años; algunas estimaciones llegan hasta los 500 litros en el caso del agua de mar, ya que el filtro de acetato de celulosa no es biodegradable y libera lentamente sustancias peligrosas

A este respecto, aunque la ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular permite a los municipios prohibir fumar en su costa, lo cierto es que en el Estado, según la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), existen menos de 800 playas en las que encenderse un cigarrillo no esté permitido, frente a las más de 3.550 registradas en la base de datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Se trata de una situación extrapolable a Euskadi. De hecho, Zarautz ha sido el primer municipio vasco en prohibir encender un cigarrillo “en toda la playa”, según figura en la ordenanza municipal reguladora de los usos y actividades en estos espacios naturales, que castiga con multas de hasta 500 euros a quien lo haga. En el resto de arenales, el veto al tabaco es sólo una recomendación.

Red de espacios libres de humo

El Gobierno Vasco creó en 2022 la red de espacios libres de humo, de la que forma parte Zarautz desde el inicio y engloba espacios públicos (centros escolares y de salud, terrazas, playas, parques y plazas, paradas de autobús y tren, además de residencias y centros cívicos). En la actualidad hay un total de 674 áreas donde está restringido fumar.

Zarautz ha querido dar un paso más y a partir de ahora castigará económicamente a quienes enciendan un cigarrillo y tiren la colilla en la arena. En ese sentido, para la sociedad Aireberri el hecho de que no exista una normativa en los arenales que se aplique con carácter general “está generando cierta confusión”, por lo que piden al Departamento de Salud del Gobierno Vasco que se modifique la Ley vasca 1/2016 de 7 de abril de Atención Integral de Adicciones y Drogodependencias para que las playas sin humo en Euskadi “sean una realidad y dejen de ser tan sólo una recomendación". Que lo sea "no significa un cambio normativo. No conlleva sanción, ni se prioriza el medio ambiente y las personas no fumadoras respecto a las fumadoras. Pese a ser playas sin humo, las personas fumadoras siguen teniendo prioridad y potestad para fumar”, remarca Zabala.

Un debate que va calando

Se trata de un debate que va calando en otros municipios del Estado. De hecho, durante este pasado verano 20 localidades catalanas han decidido prohibir que se fume en un total de 80 playas y sancionar con multas de hasta 600 euros a quienes se salten esta norma.

Iparralde también prohíbe desde el pasado 1 de julio fumar en espacios al aire libre, incluidos jardines, parques o en las paradas de autobús, con multas de 135 euros para quienes infrinjan el veto.

La medida, que no incluye terrazas de bares ni dispositivos como vapeadores, tiene como objetivo "avanzar hacia una generación sin humo y conseguir que el tabaco realmente desaparezca de manera progresiva de nuestra sociedad”, según señala Marion Catellin, directora de la Alianza contra el Tabaco.

Esta prohibición, que busca proteger a la infancia, cuenta con el apoyo del 70% de la población. El Estado francés ya ha tomado otras medidas contra el tabaco, como el empaquetado neutro y el aumento de impuestos, lo que ha reducido las ventas legales un 12% en 2024. Sin embargo, uno de cada cuatro adultos sigue fumando regularmente, y el país lidera el consumo de cigarrillos ilegales en Europa.