Euskadi implementa nuevas medidas con el fin de impulsar la conciliación
92 empresas han solicitado ya las ayudas puestas en marcha por el Gobierno vasco para mejorar la vida de sus empleados
La conciliación de la vida familiar, laboral y personal se ha convertido en una preocupación creciente entre los vascos. Según datos del Eustat, en 2024 un 35,8% de las personas ocupadas con familiares dependientes reconoció haber tenido serias dificultades para atenderlos, lo que supone un aumento de casi tres puntos respecto al año anterior. También uno de cada cuatro trabajadores asegura que le resulta muy complicado compatibilizar empleo y crianza, mientras que un 26,9% admite problemas para mantener un equilibrio con sus actividades personales.
Relacionadas
Ayudas del Gobierno vasco
Para dar respuesta a esta realidad, el Gobierno vasco ha puesto en marcha distintas medidas. Una de ellas es la convocatoria anual de ayudas a empresas y cooperativas para elaborar diagnósticos y planes de conciliación adaptados a las necesidades de cada plantilla.
El pasado 7 de julio se aprobaron las ayudas para diagnósticos y planes de conciliación en Euskadi. El plazo de solicitud de estas ayudas comenzó el 8 de julio y finalizará el martes 30 de septiembre. El presupuesto es de 420.000 euros (210.000 euros a cargo de 2025 y 210.000 crédito de compromiso para el 2026). Las ayudas se dirigen a cualquier entidad del ámbito privado, independientemente de si es una microempresa, una PYME o una gran empresa. A su vez, la prestación económica se corresponde con el 70% del coste del proyecto propuesto por la consultora. Se trata de la cuarta edición. Desde su inicio, 92 organizaciones se han sumado a este programa.
La ayuda está destinada a proyectos según el tamaño de la plantilla de la empresa. Para equipos de hasta 20 personas, el coste máximo del proyecto es de 7.000 € y la ayuda cubre 4.900 € (70%). Para plantillas de entre 21 y 50 personas, el proyecto puede costar hasta 8.000 €, con una ayuda de 5.600 €. Para empresas de 51 a 100 empleados, el límite es de 10.000 € y la ayuda asciende a 7.000 €. Para más de 100 personas, el coste máximo permitido es de 15.000 € y la subvención alcanza 10.500 €.
Kontzilia
A ello se une la creación de Kontzilia, un espacio colaborativo de aprendizaje y acompañamiento en el que compañías de distintos sectores comparten experiencias y reciben formación y asesoramiento especializado.
Entre las empresas participantes se encuentra Prosertek, referente en diseño y mantenimiento de equipamientos portuarios con presencia en más de 50 países. Su directora de Sistemas de Gestión, Irene García, recuerda que su compromiso con la conciliación no es nuevo: “Fuimos una de las empresas pioneras en participar en el primer programa de ayudas a la conciliación del Gobierno vasco. Ese apoyo nos permitió dar un primer paso firme hacia una política corresponsable que luego hemos ido ampliando”.
García insiste en que la conciliación no puede entenderse como un listado cerrado de medidas, sino como una apuesta cultural que atraviesa toda la organización: "En Prosertek apostamos por un estilo de liderazgo humanista que sitúa a la persona en el centro. Creemos que el talento y el bienestar no son aspectos secundarios, sino estratégicos para la sostenibilidad del proyecto".
“Fomentar el equilibrio entre los distintos ámbitos de la vida refuerza el compromiso de los empleados, incrementa la productividad y consolida el sentido de pertenencia"
Y añade una idea que resume la filosofía de la compañía: “Fomentar el equilibrio entre los distintos ámbitos de la vida no solo contribuye al bienestar individual, sino que refuerza el compromiso de los equipos, incrementa la productividad y consolida el sentido de pertenencia, en plena coherencia con el crecimiento empresarial”.
La compañía ha puesto en marcha iniciativas diversas, desde la jornada intensiva hasta la flexibilidad horaria o el teletrabajo puntual. Una de las más valoradas por la plantilla es el día libre por su cumpleaños. “Entendemos que es un día especial y que no debería vivirse en un entorno laboral, sino disfrutarse con familia o amigos. Por eso lo hemos convertido en festivo”, explica.
Para García, la clave está en entender la conciliación como un proceso vivo: “Nuestro modelo no es estático, se revisa continuamente y se adapta a las necesidades de las personas. Lo importante es generar confianza, porque cuando alguien se siente respaldado, da lo mejor de sí”.
En ese camino, el acompañamiento de Kontzilia ha sido crucial: “No solo compartimos experiencias con otras empresas, también recibimos asesoramiento e información sobre novedades legislativas, que nos ayudan a seguir avanzando”.
El papel de las consultoras
Las consultoras especializadas se han vuelto esenciales. Ana Artetxe, responsable de igualdad en Bultz-Lan Consulting, explica que trabajan con muchas empresas gracias a planes de igualdad. “Pronto descubren que pueden convertirlos en una herramienta estratégica para mejorar el clima laboral y la competitividad”, afirma.
El principal reto, asegura, es combatir malentendidos: “Conciliar no significa solo teletrabajo o reducción de jornada. Es un concepto mucho más amplio que incluye corresponsabilidad, flexibilidad, autonomía y confianza. Nuestro trabajo es pedagógico, porque aún se tiende a ver la conciliación como un coste cuando en realidad es una inversión”.
"Conciliar tiene grandes beneficios: mayor calidad de vida, menor estrés y una vinculación emocional más fuerte con la empresa, atraer y retener talento, reducir el absentismo laboral y mejoras en su reputación"
Los beneficios son claros: “Para las personas, supone mayor calidad de vida, menor estrés y una vinculación emocional más fuerte con la empresa. Para las organizaciones, significa atraer y retener talento, reducir el absentismo laboral y mejorar su reputación. Y para la sociedad, implica avanzar hacia un modelo más igualitario y sostenible”.
Artetxe advierte de que las empresas que no den pasos en esta dirección pueden quedar rezagadas: “Las nuevas generaciones no conciben trabajar en lugares donde no se respete su vida personal. Hoy el salario emocional pesa tanto como el económico. Ignorarlo es perder competitividad”.
Más allá de las instituciones
Tanto Irene como Ana coinciden en que las ayudas institucionales han sido fundamentales para impulsar el cambio, pero señalan que el verdadero salto se produce cuando las políticas de conciliación se integran en la estrategia corporativa. “La conciliación, más allá de un derecho, es una condición necesaria para construir entornos laborales sostenibles, equitativos y motivadores”, afirma García.
En este sentido Ana Artetxe es bastante clara: “Para que el proceso tenga éxito, es necesario avanzar en una cultura de corresponsabilidad, elaborar un plan de conciliación adaptado a la realidad de cada empresa, con métricas de impacto y acompañamiento formativo”.
El reto de la conciliación sigue siendo complejo, pero cada vez más compañías vascas asumen que no se trata de un lujo, sino de una inversión estratégica con retorno directo.