Los jóvenes, el grupo con el recuerdo más nítido de la declaración del estado de alarma
Así lo revela un estudio de la EHU que describe el momento de la noticia como una memoria flash
Ya hace casi cinco años y medio desde que se declaró el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria por el COVID-19. Muchos, los niños y los ilusos, recibieron la noticia con emoción: dos semanas de vacaciones que, si había suerte, empalmarían con las fiestas de Semana Santa y se alargaría el descanso. Sin embargo, ese 14 de marzo del 2020 vino seguido de meses de aplausos y Resistiréen los balcones de todo el Estado, de la posibilidad de moverse solo a un kilómetro de tu vivienda, de buscar a la mascota más original para tener una excusa por la que pisar la calle, de baldas vacías en el supermercado por la histeria y de malas noticias de verdad. Y, después, meses y meses de mascarilla, de gel hidroalcohólico y de saludos con el codo. Y el ser humano, que resulta el más veloz para adaptarse a las circunstancias, tan rápido se acostumbró a esos meses como tan rápido parece haberlos olvidado. Y aunque cinco años y medio después parece recordarse como una pesadilla vivida hace mucho tiempo, meses después del suceso muchos siguen teniendo un recuerdo nítido de ello en su memoria.
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Así lo aclara un estudio de la EHU que concluye que sí hay un recuerdo y que son los jóvenes quienes más claro lo tienen y con mayor detalle. Las encargadas del estudio han sido las investigadoras del grupo HAEZI (investigadores del área de Psicología Evolutiva y de la Educación y al área de Psicología Básica) que han analizado el impacto que generó la declaración del estado de alarma por COVID en la memoria. El estudio se ha realizado a partir del análisis de 112 respuestas de personas que contestaron a un cuestionario realizado un mes después de la orden de confinamiento con preguntas como la fecha del anuncio, el tiempo que hacía, la ropa que llevaban o qué estaban haciendo. También era importante el nivel de certeza con el que lo recuerdan.
Un recuerdo flash
Alaitz Aizpurua y Malen Miguelen han explicado que no todas las experiencias generan el mismo impacto en nuestra memoria y solo guardamos algunas de ellas con gran precisión: “Este tipo de eventos de gran carga emocional que retenemos con mucho detalle y seguridad se conocen como flash, destello o relámpago”. Las investigadoras ponen a este nivel acontecimientos como el atentado del 11M o el asesinato de John F. Kennedy. Aizpurua y Migueles aseguran que el anuncio del estado alarma por COVID también entra dentro de este tipo. Además, han declarado que los jóvenes “recordaron muchos detalles del acontecimiento y mostraron mucha seguridad en lo que habían retenido”. Sin embargo, ambas puntualizan: “Que respondieran con certeza no significa que los recuerdos se ajustasen a la realidad”. Las investigadoras no pueden comprobar la veracidad, pero tampoco lo ven un factor esencial para valorar el impacto del suceso en la mente. “Lo que caracteriza a las memorias flash es que los niveles de especificidad y de confianza que otorga el participante sean altos. En este caso, así lo eran. Por lo tanto, se puede considerar que la declaración del estado de alarma por COVID es una memoria flash”, concluyen.
Otras de las dudas que surgía durante el estudio era respecto a cómo de inesperado sea el acontecimiento. El 52% de los participantes consideraron que la declaración había sido lógica y predecible, por lo que, según la investigación, el factor sorpresa no es indispensable para generar una memoria relámpago con recuerdos muy precisos acompañados de gran seguridad.
La edad, otro indicativo
Otro de los factores a investigar durante el estudio fue la diferencia de edades y su relación con la especificidad y confianza de los recuerdos. Las respuestas se agruparon en tres rangos: adultos jóvenes (19-29), de mediana edad (30-54) y mayores (55-78). Los jóvenes fueron los que más detalles aportaron y los que más información habían retenido del momento, aspecto que no ha sorprendido a las investigadoras: “Esto era algo esperable porque así lo indican trabajos previos. Las personas mayores suelen ser menos específicas que las jóvenes”. Según Aizpurua y Migueles, la novedad se encuentra en le rango de mediana edad, normalmente olvidado. “Nuestro estudio revela que, en ese rango de edad, el nivel de detalle de los recuerdos se asemeja más al de las personas mayores que al de los jóvenes”, han explicado. Respecto a la confianza de los participantes hacia sus recuerdos, el patrón es el mismo en todos los rangos de edad y los tres manifiestan mucha seguridad en sus respuestas.
Casi un 40% de las personas en ERTE durante la pandemia no volvió a su puesto de trabajo
La última conclusión del estudio gira en torno a la positividad del asunto. Las personas mayores fueron las más positivas a la hora de enterarse de la noticia. “Diversos estudios señalan que el ser humano tiende a ser más positivo a medida que envejece. Nosotras hemos comprobado que esa tendencia se mantuvo incluso en época de COVID. Confirma la idea de que las personas mayores tienen más mecanismo de control cognitivo para suprimir estímulos negativos y así mejorar su regulación emocional. Y, en eso, tenemos mucho que aprender”, terminan Alaitz Aizpurua y Malen Miguelen.
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