Pese a la crisis del caserío como unidad productiva y social compleja, estas construcciones siguen siendo un elemento cotizado y valorado. Sólo en Gipuzkoa, en portales inmobiliarios, se hallan en venta más de un centenar de caseríos. Algunos pendientes de reforma integral; otros, caserones de ensueño con grandes posibilidades que aún atraen a personas que buscan salir de las urbes para hacer vida en el medio rural; y también auténticas viviendas de lujo que llegan a alcanzar hasta más de un millón de euros en el mercado.
Viviendas de hasta 400 y 500 metros cuadrados, con diez habitaciones y cuatro cuartos de baño en algún caso. “Con posibilidad de segregar”, para permitir la viabilidad de las operaciones.
En portales inmobiliarios como Idealista o incluso en Milanuncios podemos encontrar numerosos ejemplos de caseríos casi en cualquier municipio que se nos ocurra: Ataun, Garin (Beasain), Ibarra, Altzo, Amezketa, Ikaztegieta, Elgeta, Elduain, Oiartzun, Andoain, Elgoibar, Itsasondo, Berastegi, Zizurkil, Albiztur, Gabiria, Ezkio-Itsaso. Y más.
Un abanico de opciones
Los hay hasta de 600 metros cuadrados y alguno que sale a la venta por 1,2 millones de euros en Donostia. También por 900.000 en Hernani, 750.000 en Lezo, de 630.000 euros en Bergara, 595.000 en Azkoitia, Altzo y Anoeta.
Desde los 100.000 euros hasta los 500.000, y muchos de ellos entre los 200.000 y los 300.000. Por 280.000 euros en Alkiza, por ejemplo, que podría ser un caso medio. Y en muchos casos con fincas rústicas de hasta 16.000 metros cuadrados, como se puede leer en una oferta de venta en Beizama, uno de los más baratos (90.000 euros), a reformar por completo y a unos 45 km de la ciudad de Donostia y más de un cuarto de hora a las vecinas Azpeitia y Beasain.
Recientemente, impulsado por la asociación Ametsak Sortzen, se ha presentado un proyecto para rehabilitar caseríos colectivamente. Se venden como formas “cooperativas de acceso a la vivienda, sostenibles y arraigadas en el territorio”.