El término municipal de Andoain no solo está dividido por el trazado de la N-1. El debate sobre cuál es la mejor solución para mitigar el impacto que causa el tráfico de esta carretera, por la que circulan a diario más de 70.000 vehículos (20% camiones), también divide a los vecinos de ambas márgenes. A la izquierda, el barrio de Sorabilla, un núcleo rural que se extiende desde las faldas del monte Belkoain hasta el mismo quitamiedos de la carretera, y a la derecha, el río Oria y el resto del municipio.
Esta división ha quedado patente en la comisión de Infraestructuras Viarias de las Juntas Generales. En ella, han comparecido los representantes vecinales que defienden soluciones distintas. Por una parte, los miembros de Sorabillako Auzokide Elkartea, que ven con buenos ojos la propuesta del ‘lazo’ de Bazkardo proyectada por la Diputación. Y por la otra, Errespetatu Andoain, que aboga por la construcción de una variante que atraviese el barrio de Sorabilla desde Bazkardo hasta la zona del enlace de la N-1 con la A-15.
Para los vecinos de Sorabilla, esta segunda alternativa es una solución que causa un “enorme impacto ambiental”, que sacrifica “el pulmón de Andoain” y que provoca perjuicios añadidos al territorio cuando lo más apropiado sería actuar sobre el terreno ya artificializado, realizando mejoras que reduzcan los efectos más perniciosos; es decir, como propone el proyecto foral, actuar sobre el actual trazado de la N-1.
La visión de Errespetatu Andoain es justo la contraria. En su opinión, el proyecto de la Diputación no sirve para reducir el impacto acústico y los efectos contaminantes de la N-1 a su paso por Andoain. Según han explicado, Andoain es el “punto más negro” en cuanto a densidad de tráfico de Gipuzkoa y el “punto más rojo” de contaminación acústica y atmosférica de Euskadi como consecuencia de la circulación vial.
Proyecto encarrilado
Pese a que ayer colisionaron dos posturas, la Diputación ya tiene encarrilada su solución, cuyo proyecto se redactará en los próximos seis meses para que las obras puedan iniciarse a lo largo del año que viene, con un plazo de ejecución de entre 15 y 18 meses y un coste de 43 millones de euros. Para la Diputación, se trata de un proyecto que tiene la virtud de que apenas afectará al tráfico durante el año y medio que podrían durar las obras. Además, defiende que es compatible con actuaciones para mejorar la calidad de vida de los vecinos, actuciones que se están pensando en colaboración con el Ayuntamiento de Andoain.
La obra se empezaría a desviar desde el túnel de Atorrasagasti, cruzaría por encima del río Oria con una forma lazo y conectaría con la N-1. Esta solución parcial pondría fin a los atascos que se producen casi a diario en la zona de Bazkardo y permitiría, además, poder cubrir en el futuro la N-1 a su paso por Mimendi, el barrio de la margen derecha más expuesto al tráfico.
Pero esta alternativa no convence al Ayuntamiento ni, por supuesto a los vecinos agrupados en la plataforma Errespatatu Andoain. El consistorio ha abierto un proceso de participación social en el que se han analizado las tres soluciones estudiadas por la ingeniería Sestra. La primera de las tres es la de la variante de Sorabilla, que ya recogía el plan general de Andoain, de 2011, aunque el proyecto de entonces fue desechado porque ahora no cumpliría con las normativas medioambientales.
Contaminación y ruido
En su intervención, Errespetatu Andoain ha explicado que la solución de variante que reformula Sestra sí cumpliría con las exigencias en materia medioambiental, no como la de 2011 a la que, en su opinión, alude el diputado foral de Infraestructuras, Félix Urkola, de forma “maliciosa”.
“Nosotros apoyamos una solución que ofrezca una infraestructura de alta capacidad que cumpla con todas las normas de seguridad europeas y que reduzca significativamente los efectos del ruido y la contaminación atmosférica que sufre Andoain”. A su juicio, el proyecto de la Diputación, la denominada solución del ‘lazo’, está pensada para resolver el problema del tráfico y “no la calidad de vida del municipio. No responde a las necesidades de Andoain”. Además, consideran que se trata de una alternativa que “hipoteca” cualquier intervención a futuro.
Los vecinos de esta plataforma se sienten maltratados por la Diputación, que no aplicaría en Andoain los criterios medioambientales y de salud pública que sí tiene en cuenta en el resto del territorio a la hora planificar la conocida como ‘rotonda de Gipuzkoa’, que es el ´circulo' que conforman las cuatro carreteras de alta capacidad. “¿Por qué la idea de la ‘rotonda de Gipuzkoa’ se paraliza en Andoain? Estamos en 2025 y seguiremos mirando con envidia a otros centros urbanos, donde viven separados de los grandes tráficos. Sólo pedimos un trato similar”.
Errespetatu Andoain pide a la Diputación que dé tiempo al debate social que ha abierto el Ayuntamiento con las tres alternativas analizadas por Sestra sobre la mesa. “Pedimos tiempo para que se respete el desarrollo del proceso de análisis y debate”. En su opinión, debería culminar “con una consulta popular” para elegir alternativa con más apoyos.
Creen que el proyecto de la Diputación “no resuelve la división del pueblo y perpetua las afecciones de salud pública. Es una decisión temeraria”. Además, recuerdan que el Plan General de Andoain y el Plan Territorial de Donostialdea se diseñaron teniendo en cuenta la solución de la variante. “No hay que inventar nada, la solución está aprobada y vigente. Favorece el desarrollo del Plan General, cumple con las normas de carreteras de alta capacidad y reduce las afecciones medioambientales”.
“Un plan general agotado”
Seguidamente ha llegado el turno de los vecinos de Sorabilla. En su opinión, la solución a “este grave problema” de Andoain tiene que tener en cuenta los siguientes criterios: justicia social, prudencia ecológica, eficacia económica, viabilidad técnica, aceptabilidad cultural y ordenación equilibrada del espacio, lo que conlleva primar “lo socialmente legítimo, lo ecológicamente sostenible, lo económicamente razonable, lo técnicamente factible, lo estéticamente perdurable y lo espacialmente asumible”.
Han recordado que el objetivo de desviar el tráfico de la N-1 y la A-15 a una variante exterior, que atravesaría Sorabilla, fue un planteamiento recogido en el plan general acorde con la ambición desarrollista de la época “para posibilitar y satisfacer un afán urbanístico expansionista”.
En su opinión, la variante exterior sería una enorme “zanja y desmonte en Sorabilla que pasaría por toda su columna vertebral y destrozaría toda trama espacial-vivencial del territorio del barrio, convirtiendo en residual lo que es esencial para todo Andoain, uno de sus paisajes identitarios”.
Se han mostrado muy críticos con la mesa de debate social promovida por el Ayuntamiento. “El Ayuntamiento impuso como condición indispensable que se estudiara y desarrollara una alternativa que mejorase la variante del plan general, aun sabiendo que aquel proyecto de 2011 no era viable y sin considerar tampoco que desde 2017 la Diputación tenía ya descartada la solución de cualquier variante”.
Los vecinos de Sorabilla han concluido reivindicando que su barrio no quiere convertirse en “desecho” de Andoain. “Nuestro barrio no es ‘el otro lado’ del río, no somos ‘la zona del monte’, somos Andoain. La periferia territorial no puede ser por más tiempo maltratada como un lugar residual de recogida y escondite de los déficits en su núcleo. Ese es el mal urbanismo que pretende establecer el PGOU vigente y agotado”.