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Adolfo Morais

“En el ejercicio de la política, debería ser obligado arriesgar; si no, el futuro es predecible”

“En el ejercicio de la política, debería ser obligado arriesgar; si no, el futuro es predecible”José Mari Martínez

Hoy cumple diez años como viceconsejero de Ciencia e Innovación, matemático alavés instalado en Donostia. Ha visto cómo con la misma formación que hace décadas, sus colegas han pasado de acabar el 95% en la docencia a pasar en la proporción al mundo de la empresa, con la consabida escasez de profesores de matemáticas, los CEO favoritos de grandes empresas. Vuelve satisfecho del viaje a EEUU. Es la tercera vez que lo visita.

¿Cómo se va de esta última visita a las instalaciones de IBM en EEUU, donde se está haciendo nuestro superordenador cuántico, ante su inminente llegada a Euskadi?

Tranquilo, satisfecho.

Quiero que me hable el Adolfo del aeropuerto, el de la camiseta y la mochila, no el de la corbata.

No, yo me voy muy satisfecho. Además, este viaje me sigue reforzando en la idea de que todavía hay mucho camino por hacer. Y que hay muchas cuestiones positivas que se generan de este proyecto, que algunas de ellas pensábamos que ocurrirían y otras han sido una grata sorpresa por el camino.

¿A qué grata sorpresa se refiere?

Por ejemplo, el anuncio que hizo IBM el martes del nuevo roadmap de su proyecto IBM Quantum, señalando que se han cumplido todos los hitos marcados y que se están adelantando los plazos previstos.

¿Y eso en qué se traduce para Euskadi?

En mucho menos riesgo, porque significa básicamente que lo que pensábamos que iba a ocurrir se va a producir. Y es que vamos a tener tecnología que en pocos años va a inducir un gran cambio, no en el ámbito de la cuántica, sino un gran cambio en el ámbito de la investigación. O sea, los problemas que se van a poder abordar previsiblemente con estos computadores cuánticos hoy en día no se pueden abordar con los de computación convencional.

¿Y qué nos va a aportar eso?

Se abre un abanico enorme de posibilidades. En investigación sobre materiales, investigación sobre moléculas, todo el tema farmacéutico, medicina personalizada... Muchas cosas que seguramente ahora tampoco conocemos en su integridad, pero ya vamos viendo que se van abriendo y que van a ser posibles, además de una forma notable en muy poco espacio de tiempo. Entonces, me voy satisfecho: primero por constatar que en su caso esta inversión es adecuada. Y porque también veo que, en su caso, una empresa líder a nivel mundial, como es IBM, está viendo que con nuestro ecosistema científico, con los centros de investigación, las universidades y muchísimas empresas que están viniendo, efectivamente van a tener capacidad de hacer cosas.

¿Siente que se ha reconocido la labor científica vasca?

Ese reconocimiento desde fuera es muy valioso en este caso para reforzar la apuesta que tengamos que hacer también a futuro, porque hemos abierto un camino y en ese camino vendrán otros momentos en los que tendremos que tomar decisiones de hacia dónde queremos ir.

¿Le ha desaparecido el vértigo lógico que puede suponer una apuesta como ésta tras esta última visita?

Yo, sinceramente, siempre he creído en el proyecto. Entonces, ¿he tenido vértigo? La respuesta es que no, porque he tenido informes y asesorías de personas expertas. que me han reforzado en esa vía.

¿Se puede decir que la apuesta vasca por la cuántica cotiza al alza, que vale más ahora que cuando, en términos bursátiles, compramos esta acción?

Yo creo que nosotros hemos ganado en valor. Porque hemos conseguido también que se entiendan la otras apuestas que ha hecho Euskadi en el pasado, como es la generación del DIPC (Donostia International Physics Center), el CFM (Centro de Física de Materiales), los centros de investigación, etcetera. La acción que ha ganado o subido de valor no sé si es tanto la del proyecto, sino la del ecosistema científico vasco en su conjunto. Yo creo que ahora seguramente no hace falta entender computación cuántica para que una persona entienda que todo el ecosistema que se ha generado tenía sentido.

Antes le he mencionado el vértigo. Cuando se coge altura y se es más visible al mundo, como puede pasarle a Euskadi ahora en este ámbito, a veces sí entra vértigo. ¿A usted no, seguro?.

La vista desde lo alto de este edificio de Nueva York, viendo todo lo que hay, es bonita y en ese escenario el vértigo es un elemento que pierde valor.

¿Qué es lo que más le ha gustado de esta visita? Elija una cosa.

Pues mira, te diría que nunca habíamos hecho una visita tan complete, en la que vas viendo desde un ecosistema que ya está funcionando y un ordenador que está en marcha y físicamente está emplazado en un lugar como es la Universidad RPI (Rensselaer Polythecnic Institute), hasta entender potenciales aplicaciones, como las que hemos visto aquí, en el IBM Innovation Studio de Madison Avenue. El ver el recorrido del roadmap y finalmente ver el System 2, el ordenador que llegará que llegará a Euskadi, ya funcionando. Nunca hemos hecho este recorrido tan claro. Y aquí, yo creo que todos tomamos conciencia de lo que es el recorrido de un proyecto de esta magnitude Y de la del potencial de un producto de esta magnitud. No me quedo con algo en particular, sino con ese recorrido complete que me ha servido a mí también para pone ren context cada uno de los pasos dados en este proyecto. ¿Dónde estaríamos si nos hubiéramos quedado con un System One? Ya lo tenemos claro.

¿Qué significa que venga el System Two, el ordenador más avanzado de IBM en la actualidad?

Pues con el roadmap que ha presentado IBM, además tiene muchísima relevancia, porque lo que tú estás viendo es básicamente que cada una de las decisiones tomadas hasta ahora, que todas han sido complejas, han ido bien enlazadas, y nos han llevado a una situación en la que ahora nuestra aspiración es mucho más grande de la que era inicialmente. Inicialmente nos conformábamos con tener el System One.

Si el viceconsejero no fuese doctor en Matemáticas y científico, como es usted, ¿habría tenido el Gobierno Vasco tanta determinación en esta apuesta?

Pues no lo sé, porque considero que, si vemos una buena oportunidad, la formación que tenemos no nos tiene que condicionar. Y en mi caso, se da la circunstancia de que soy matemático y también estudié informática, pero hay otras apuestas que tienen que ver con la biomedicina o la bioingeniería.

En todo caso, los matemáticos están de moda y ahora se los rifan como CEO de grandes compañías.

Antes no. Pero bueno, es cierto. Ahora hay hasta presidentes de países que son matemáticos (el de Rumania). Pero al margen de eso, tengo claro que en el ejercicio de la política, debería ser obligado arriesgar también. No siempre, pero sí se debería arriesgar. Si no, el futuro es predecible. Y aquí, creo que hay que hacerlo; es el contexto en el que debería ser natural tener proyectos, tener que decidir y arriesgar.