Vivimos tiempos complejos. En un contexto global marcado por la incertidumbre económica, el cambio climático y la amenaza al equilibrio territorial, nuestras decisiones cotidianas adquieren una dimensión estratégica. En este escenario, mirar al producto local, al producto de aquí, no es un gesto romántico ni un ejercicio de nostalgia: es un acto de responsabilidad. Así se reivindicó en el foro Km 0 Kontsumo Arduratsua, organizado por NOTICIAS DE GIPUZKOA con la colaboración de HAZI-Gobierno Vasco, Eroski, San Martin Merkatua, Kofradia-Itsas Etxea, Euskal Sagardoa, Getariako Txakolina, Cervezas Gross, Lácteos Goenaga, Baserria KM0, Euskaber, Basatxerri y Artzai Gazta.
La jornada, que tuvo lugar en Donostia, puso sobre la mesa las múltiples razones que hacen del consumo de producto local una decisión cada vez más necesaria. Moderada por la periodista de NOTICIAS DE GIPUZKOA, Oihana Prado, la primera mesa de debate se centró en las certificaciones de calidad y origen como herramientas clave para garantizar la autenticidad de los alimentos que consumimos y proteger el trabajo de quienes los producen.
Una decisión inteligente
“Consumir alimentos de calidad y de cercanía no es solo bueno, sino una decisión inteligente. No solo apuestas por una economía cercana, sino que estos productos ayudan a gestionar el territorio y el paisaje. Son los productores quienes dedican su tiempo a mantenerlo”, introdujo Josu Garaialde, director de Promoción Sectorial de HAZI.
“Todo el mundo dice que consume local y ecológico, pero las encuestas no reflejan esa realidad”
En una línea similar, Mikel Garaizabal, sumiller y enólogo y representante de Euskal Sagardoa, insistió en que “si queremos seguir sintiéndonos orgullosos de nuestros paisajes, es elemental mimar al primer sector. Tenemos que creérnoslo más: si tenemos un producto de quitarse el sombrero, que es la base de una gastronomía referente, tenemos que sacar pecho y darle valor”.
El relato importa
Todos los ponentes coincidieron en la importancia de la pedagogía. Informar y emocionar al consumidor es clave para que tome decisiones más conscientes. “Todo el mundo dice que consume local y ecológico, pero las encuestas no reflejan esa realidad”, apuntó Garaialde. “Hay que hacer más pedagogía: alimentarse no es solo comer, es salud, y es cultura”, abundó.
Garaizabal apostó por comunicar más y mejor: “El relato es fundamental. Tenemos que contar a los cuatro vientos que Euskal Sagardoa es una denominación de origen creada para poner en valor el manzanal de Euskadi. Contar lo que hay detrás de esa botella con capuchón rojo, y que al consumidor se le pongan los pelos de punta. Esa es la clave. No solo hablar de calidad, que está muy manido. Son las historias lo que pone en valor el producto”.
“Estamos viviendo una revolución en la sidra y esto está permitiendo posicionar la sagardoa en el mercado”
Iñigo Azkoitia, de Basatxerri, añadió que “es posible que no estemos comunicando debidamente el relato de todo lo que hay detrás de ese producto”. Y Jose Pablo Larrea, responsable de comunicación de Baserria KM0, alertó de que hay mucho marketing que confunde: “Cuidado con comprar un producto que lleva una ikurriña pensando que es de aquí, porque eso a día de hoy no garantiza nada”.
La importancia del sello
Garaialde explicó que “Eusko Label lleva 37 años y abarca 18 familias de producto. Cada uno tiene sus características, pero todos tienen en común que están producidos aquí y cumplen estándares de calidad superior, bienestar animal, y están acreditados por HAZI”.
En el caso de Euskal Sagardoa, la apuesta por la manzana local ha permitido crear una nueva narrativa y un nuevo valor. “Teníamos el txotx, pero no la manzana. Ahora tenemos una DO que certifica que está elaborada a base de 100% manzana local. Estamos viviendo una revolución en la sidra, al igual que lo hizo el txakoli en su momento, y esto está permitiendo posicionar la sagardoa en el mercado”, explicó Garaizabal, que anunció además que será la primera sidra transfronteriza, “extendiéndose a los sagardogiles de Iparralde y después a Navarra”.
Modelo digno y rentable
Azkoitia reivindicó la apuesta de Basatxerri desde hace más de 20 años: “Nos comprometimos con el entorno, con recuperar el cerdo de caserío y producir con calidad. Criamos cerdos Duroc en libertad, con más esperanza de vida, más ejercicio, alimentación basada en piensos sin transgénicos y productos del propio baserri. Esto posibilita una carne más sabrosa, jugosa, y con una buena infiltración de grasa. Es el sabor del cerdo de caserío de siempre”.
“Nuestra carne sabe al cerdo de caserío de toda la vida: libre, sano, con sabor y producido con dignidad”
Larrea explicó que Baserria KM0, con más de 35 años de trayectoria, agrupa a 300 ganaderos de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, que trabajan bajo la IGP Euskal Okela: “Esto implica someterse a estrictos estándares de calidad. Hay que valorarlo, porque detrás hay mucho esfuerzo. El consumidor debe saber que se lleva un producto óptimo”.
El consumidor, protagonista
Todos los participantes señalaron el papel protagonista del consumidor. “La fuerza del consumidor es enorme”, subrayó Larrea. “Cuando elijo qué carne, huevos o sidra compro, estoy haciendo que un ganadero, agricultor o pescador pueda seguir trabajando”.
“Cuidado con comprar un producto que lleva una ikurriña pensando que es de aquí, porque eso a día de hoy no garantiza nada”
La mesa redonda dejó claro que el producto local va mucho más allá de la alimentación. Es economía, es paisaje, es cultura. Pero sobre todo, es una forma de ejercer un consumo consciente, informado y transformador. Como resumió Garaizabal: “Cada día es un examen con el consumidor. Si fallas, no vuelve a comprar.
Por eso necesitamos criterios claros y estándares comunes. Y, sobre todo, educación desde pequeños. Nos gastamos mucho en tecnología, pero no nos duele el bolsillo en eso. Tenemos que priorizar lo que comemos”.