El Departamento de Movilidad Sostenible del Gobierno Vasco y el Ayuntamiento de Errenteria han firmado este lunes un protocolo de colaboración entre ambas instituciones para mejorar la integración urbana de la red ferroviaria de Euskal Trenbide Sarea (ETS) y Euskotren en la localidad guipuzcoana.
En el encuentro, la consejera de Movilidad Sostenible, Susana García Chueca, ha explicado a la alcaldesa, Aizpea Otaegi, los avances que se están dando tanto en la obra para poner en servicio en 2026 la pasante soterrada del tramo entre la estación donostiarra de Altza y la de Galtzaraborda, en Errenteria, como en el resto de proyectos que ETS desarrolla en el municipio.
El protocolo tiene por objetivo adecuar las infraestructuras presentes en la localidad ante el nuevo escenario que se abre con la puesta en marcha en 2026 de la pasante ferroviaria del Topo en Donostialdea. Esta actuación permitirá mejorar las frecuencias, que pasarán de 15 a 7,5 minutos en todo Errenteria en un futuro, lo que supondrá una mayor conectividad ferroviaria en la zona con la capital guipuzcoana y con el resto de la red.
Galtzaraborda
Errenteria cuenta con tres estaciones ferroviarias de ETS-Euskotren -Galtzaraborda, Errenteria centro y Fanderia- y un paso a nivel entre el centro y Gaztaño. En el acuerdo se especifica la cubrición de las vías del tren en el ámbito de la estación de Galtzaraborda, que posibilitará crear un espacio para el disfrute de la ciudadanía al tiempo que reducirá las afecciones acústicas del servicio ferroviario.
La redacción del proyecto constructivo de esta obra ha sido licitada en marzo por ETS. La mejora en la permeabilidad de la infraestructura ferroviaria y la mejora de la accesibilidad permitirán una mejor conexión de los barrios de Alaberga y Galzaraborda a través de un ascensor urbano. En el protocolo se incluye también la rehabilitación de la estación de este ámbito.
Gaztaño
En el entorno de la estación de Errenteria y de la avenida Pablo Iglesias, así como en su conexión con el barrio de Gaztaño, se prevé actuar también, con la eliminación del paso a nivel existente, cuyo proyecto constructivo ha sido adjudicado por ETS en el pasado mes de mayo.
"Se trata de un compromiso a dos bandas, ya que, aunque la de Errenteria es una actuación urbanística que no supone una ganancia en términos de personas viajeras para la red ferroviaria, vemos con buenos ojos realizar un esfuerzo desde el Gobierno Vasco para impulsar la regeneración de zonas tradicionalmente marcadas por las vías del tren", ha señalado García Chueca.
Por su parte, la alcaldesa ha señalado que la colaboración entre instituciones "va a ser fundamental para resolver las importantes afecciones acústicas y de impacto urbano que genera el Topo a su paso por el municipio".
"A la vista de las importantes intervenciones realizadas en otros municipios del entorno, es el momento de Errenteria, de implementar soluciones de calidad y de transformar el entorno del Topo ganando espacio público para las personas", ha apuntado.
Protocolo
Para ello, el protocolo de colaboración "va a suponer un hito y una herramienta importante, en la medida en que las soluciones se trabajarán conjuntamente entre el Ayuntamiento de Errenteria y el Gobierno Vasco, incorporando la opinión de la ciudadanía de las zonas afectadas", ha afirmado Otaegi.
Así, con este protocolo, ambas partes muestran su voluntad de promover el transporte público y la movilidad sostenible, la mejora de las conexiones urbanas y de la permeabilidad e integración urbana del ferrocarril en el entorno urbano de Errenteria, tanto entre las estaciones de Errenteria y Galtzaraborda, como también en el entorno del barrio de Fanderia.
Para conseguir estos objetivos se crearán equipos de trabajo multidisciplinares. En el marco de este protocolo, ETS diseñará y redactará los proyectos constructivos y analizará las propuestas municipales, mientras que el Ayuntamiento de Errenteria definirá con ETS las actuaciones de urbanización necesarias, facilitará los terrenos precisos para su consecución y estudiará los planteamientos que realice.
El protocolo tendrá una vigencia de cuatro años que podrá ser prorrogado por periodos de un año y abre la puerta a desarrollar convenios específicos en los distintos puntos de intervención para trabajar de forma conjunta en aras a lograr los propósitos que se marquen.