El loro Berritxu aparece: "Ya está en casa"
Lo han encontrado en un árbol del barrio de El Antiguo tras permanecer desaparecido desde el domingo
Final feliz para el célebre loro Berritxu, que desapareció el domingo por la tarde. El animal ha reaparecido y ya está en su casa, tal y como ha informado su dueña, Josune Nosellas, a través de un post de Facebook.
La desaparición de este animal, que vive con su dueña en el barrio donostiarra de Loiola, causó una conmoción en la zona, pero también en la comunidad digital que sigue en las redes sociales las divertidas conversaciones de esta mascota, capaz de cantar tanto el himno de la Real como La Cucaracha.
Su dueña se movilizó a través de esas mismas redes sociales para lanzar un SOS a todos los seguidores de Berritxu Nosellas para que le ayudaran a encontrarlo.
Según ha explicado la propia Nosellas a este periódico, el loro ha aparecido en lacalle Aizkorri del barrio del Antiguo, tras varias noches sin saber nada de él, noches interminables en las que la dueña temía que el frío hiciera mella en esta mascota, un yaco gris de cola roja de 12 años de edad sensible a los cambios de temperatura.
Sin embargo, "ya está en casa", como ha compartido Nosellas, quien ha querido dar las gracias "a todos" porque ha sido mucha la gente que se ha movilizado para tratar de encontrar a Berritxu.
Una llamada muy esperada
Tras la tercera noche consecutiva "casi sin dormir ni comer" buscándolo por el barrio de Loiola, ha sido sobre "las ocho o nueve de la mañana" de este miércoles cuando se ha abierto una ventana a la esperanza. "Había estado a las 4 y a las 6 de la mañana llamándolo por varias calles del barrio (en Loiola) y cuando estaba dormida me han llamado diciendo que habían visto un loro gris con cola roja en un árbol de El Antiguo".
Al principio, ha pensado "que era una broma" porque a lo largo de estos días de angustia han sido varias las llamadas de poco gusto que Nosellas ha recibido respecto al posible paradero del loro. "Al principio no me lo creía", ha admitido, sin embargo, en esta ocasión era verdad.
El loro Berritxu ya lo avisó: "Me voy"
Sin pensárselo dos veces, se ha vestido, se ha cogido un taxi y ha llegado hasta la calle Aizkorri donde supuestamente se encontraba Berritxu, mientras un hombre, el que le había avisado del paradero de su mascota, lo vigilaba por si se movía.
"Cuando me ha visto se ha emocionado, lo he notado. Ha hecho un amago de venir hacía mí, pero había mucha altura y no domina el aterrizaje desde tanta altura", ha explicado Nosellas, quien durante estos años que ha compartido con Berritxu se ha documentado acerca de las costumbres, hábitos y otras características de este tipo de aves.
Del árbol al balcón
En ese momento, el yaco ha volado hasta un balcón del tercer piso cercano al árbol en el que se encontraba cuando lo ha visto su dueña, quien ha aprovechado el movimiento del pájaro para tratar de cogerlo. "Me han dejado subir hasta la casa y han hecho muy bien en no salir al balcón, porque si no, hubiera huido. Entonces he salido yo, le he puesto el brazo y se ha subido", ha relatado una también emocionada Josune que todavía no daba crédito a la suerte que ha supuesto encontrarlo con vida.
"La primera noche, en la que hizo menos de seis grados, pensé que no sobreviviría", confiesa. Pero nada más lejos de la realidad. "Está bien, le he puesto comida, pero no para de beber agua y de hablar como siempre", sostiene Nosellas, cuyas conversaciones "porque Berritxu no repite, sino que se expresa" son virales en las redes.
Las ventanas, cerradas
Berritxu ha vuelto a casa y su dueña y amiga ha tomado medidas. "He cerrado todas las ventanas", asegura. El miedo a que vuelva a escaparse todavía es muy reciente. Había sido en los últimos meses cuando Josune estaba dando pasos para que Berritxu pudiera disponer de más espacio. Al principio, en el interior de la casa, le abría las ventanas. Luego en el balcón, comenzó a abrirle la puerta de la jaula. No en vano, Nosellas tiene "muchos planes" para su loro y para "que sea feliz", como "el vuelo libre". Pero esto, de momento, tendrá que esperar tras este último susto.
Ella y una vecina se encontraban en sus respectivos balcones cuando vieron como Berritxu salió volando. "Voló lejos, luego retrocedió hacia la calle de la iglesia, luego retrocedió, pasó por delante de nuestras narices y desapareció".
Esto fue el domingo por la tarde. Pero tres días después ya está en casa, lo que ha supuesto una alegría desbordada a su dueña, pero también a todos sus seguidores, quienes ya respiran tranquilos a la espera del próximo vídeo de gure Berritxu.
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