Se subasta un restaurante en un caserón navarro del siglo XVI
El restaurante no tiene actividad desde 2019 por la reforma integral que se está realizando
El Ayuntamiento navarro de Igantzi ha anunciado la apertura de la subasta para la gestión y explotación del popular bar restaurante La Villa. Este establecimiento, conocido por su ambiente acogedor y su variada oferta gastronómica, busca un nuevo operador que se encargue de su funcionamiento durante los próximos cinco años, con la posibilidad de prorrogar el contrato hasta un máximo de diez años.
El precio de salida se ha fijado en 78.060,60 euros (IVA excluido), 94.453,33 euros con IVA incluido. El valor estimado del contrato, considerando todas las posibles prórrogas, asciende a 159.243,00 euros (IVA excluido). Para participar en el proceso de licitación, los interesados deberán presentar una garantía provisional equivalente al 2% del presupuesto de licitación, es decir, 1.561,21 euros.
Las proposiciones deben ser presentadas a través del Portal de Contratación y la Plataforma de Licitación Electrónica de Navarra (PLENA) en un plazo ya abierto y que terminará el 26 de abril. El órgano de contratación tiene un mes para adjudicar el contrato tras la apertura pública de las ofertas económicas. En caso de no cumplir con este plazo, los licitadores tendrán la opción de retirar su propuesta sin penalización.
Esta es una excelente oportunidad para emprendedores y empresarios del sector gastronómico que deseen establecerse en una localidad con gran potencial turístico y comunitario. La subasta promete atraer propuestas innovadoras que continúen ofreciendo a los vecinos y visitantes una experiencia culinaria única en La Villa. Para más información sobre el proceso de licitación y requisitos específicos, se recomienda visitar el Portal de Contratación del Gobierno de Navarra o www.igantzi.eus.
La Villa
El bar restaurante se encuentra en la primera planta de la casa Elizatea, un caserón neoclásico del siglo XVI y de titularidad municipal. El ayuntamiento, tras varios intentos fallidos de volver a alquilarlo y tras comprobar que el propio edificio presentaba un importante deterioro, decidió afrontar la reforma integral del mismo, con la intención de impulsar un proyecto que hiciera honor a su historia, y convirtiera un edificio agonizante en el pulmón de la vida social de Igantzi.
En la actualidad el edificio acoge en planta baja una sala de reuniones y varios almacenes, alguna de ellas para el bar restaurante, en la primera la actividad hostelera con el bar, cocina, comedor, una serie de compartimentos auxiliares (terraza, servicios, ascensor, escalera, distribuidor) y un jardín vinculado.
El local se entregará completamente reformado, provisto de todo lo necesario para su puesta en marcha.
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