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Unai Aberasturi: "La digitalización en los colegios es necesaria, ¿pero cómo y hasta dónde queremos llegar?

La Autoridad Vasca de Protección de Datos pide abrir un proceso de reflexión, ante la difícil línea divisoria "entre los fines personales y educativos"

Unai Aberasturi: "La digitalización en los colegios es necesaria, ¿pero cómo y hasta dónde queremos llegar?Oskar Gonzalez

Un tema "de gran calado", muy sensible, y técnicamente "muy complejo". Sigue dando mucho de qué hablar el uso que hacen los menores de edad de los teléfonos móviles y relojes inteligentes, una cuestión sobre la que cada colegio ya ha aprobado en Euskadi su propio reglamento interno, aunque no por ello el debate está ni mucho menos resuelto. El presidente de la Autoridad Vasca de Protección de Datos, Unai Aberasturi, ha pedido este lunes que se abra un proceso de reflexión “para pensar muy bien” cómo acometer la digitalización en los centros educativos vascos, consciente de los peligros que acechan.

Garantizar el derecho a la protección de datos de alumnos y alumnas en colegios en los que se decide permitir el uso del móvil es algo que, a su entender, no está ni mucho menos garantizado, pese al marco normativo establecido por cada centro.

Es muy importante subrayar que el derecho a la protección de datos es un derecho básico, fundamental. Y hace falta subrayarlo porque lo estamos olvidando con mucha facilidad. Lo hacemos cada vez que subimos fotografías, cuando renovamos nuestros estados, al cambiar el perfil de WhatsApp o aceptar cookies”, ha alertado durante su comparecencia en la Comisión de Educación del Parlamento Vasco, donde este licenciado en Derecho ha abogado por dejar de poner el foco exclusivamente en los menores, "ya que todos nos debemos mirar en el espejo".

Entiende que es esencial proteger la privacidad, "pero si no sabemos controlar lo que pasa con nuestros datos, es muy difícil desarrollar nuestra identidad con libertad. Es algo que hay que tener muy claro”, ha subrayado, teniendo en cuenta la velocidad con la que se ha digitalizado la sociedad.

Abrir el debate

El presidente de la Autoridad Vasca de Protección de Datos aboga por abrir un periodo de reflexión, consciente de que el actual es el momento idóneo. “La digitalización en los colegios es necesaria, pero ¿cómo y hasta dónde queremos llegar? Es algo que hay que pensar muy bien; es necesaria una profunda reflexión sobre ello”, ha advertido Aberasturi, que tiende su mano para ayudar a todas aquellas entidades que muestren interés en acometer el cambio necesario "garantizando los derechos fundamentales”.

Hoy por hoy el 85% de los colegios de Primaria de Euskadi tiene totalmente prohibido los móviles y relojes inteligentes en aulas, mientras que una cuarta parte de los centros públicos de Bachillerato establece una prohibición total en horario lectivo, según datos aportados por el Departamento de Educación.

Se trata de la fotografía actual, un año después de que Educación solicitara la regulación del uso de estos dispositivos en los centros sostenidos con fondos públicos que imparten educación infantil, primaria, educación obligatoria, bachillerato y formación profesional.

Durante este tiempo todos los centros han adoptado las medidas necesarias para acotar su uso en la actividad escolar. En este sentido, el 100% de los centros escolares de la red pública y de la red privada concertada tiene normativa recogida en su reglamento interno sobre el uso de teléfonos móviles y relojes inteligentes, y ninguno de ellos ha optado por el uso libre de dispositivos.

La Autoridad Vasca de Protección de Datos advierte en ese sentido de que hay que ser consciente de que permitir el uso del teléfono móvil implica el uso de datos personales, "y es preciso preguntarse" cómo aplicar ese tratamiento de información, "porque es ahí donde pueden surgir riesgos y problemas".

Fines personales y educativos, un difícil equilibrio

Este organismo entiende que es fundamental conocer qué pide la normativa. Tanto la estatal como la autonómica recogen la necesidad de que el alumnado sea educado en competencia digital, pero a su vez que se lleve a cabo el proceso respetando su privacidad. "Tenemos que preguntarnos sobre cómo encontrar ese equilibrio teniendo en cuenta cómo se está desarrollando la tecnología. Y es preciso señalar que es muy difícil establecer la línea divisoria entre fines personales y educativos", advierte Aberasturi.

"En cuanto se enciende el teléfono, junto a la aplicación de educación, hay otras aplicaciones como Youtube o WhatsApp, que siempre resultan tan atractivas para los menores", recalca. ¿Somos conscientes de todo ello? ¿La población muestra interés por esta cuestión? Según una encuesta de la Autoridad Vasca de Protección de Datos, el 52% de la ciudadanía está preocupada por sus datos, una cifra que según este organismo "sigue siendo muy baja, y lo es todavía más entre menores, algo que ya de por sí implica un riesgo".

El 85% de los colegios de Primaria de Euskadi tiene totalmente prohibido los móviles y relojes inteligentes en aulas, mientras que una cuarta parte de los centros públicos de Bachillerato establece una prohibición total en horario lectivo

A este respecto, Aberasturi menciona un caso tan elocuente como sonado en Euskadi el año pasado, cuando decenas de personas se dejaron escanear el iris a cambio de criptomonedas. Esta práctica se llevó a cabo en el stand de la empresa Worldcoin ubicado en un centro comercial de la capital vizcaina. Los usuarios recibieron como contrapartida unos diez tokens, cuyo valor oscilaba entre los 20 y 30 euros. La legalidad de esta práctica es más que dudosa por diferentes razones.

De hecho, la Agencia Española de Protección de Datos recibió contra Worldcoin al menos dos denuncias, una de ellas procedente de Bizkaia. "Es algo muy significativo. Todavía tenemos mucho por hacer. Esa es una realidad de la que no nos podemos escapar. Y a la hora de llevar adelante la digitalización, tenemos que ser conscientes de que nos vamos a mover en ese contexto. Tenemos por delante un gran trabajo de sensibilización", admite.

Aberasturi se pregunta por el punto de legitimación jurídica en el caso de que se autorice el móvil en el centro escolar. "Las leyes permiten la utilización de datos siempre que el objetivo sea la educación, porque es un objetivo de interés público. Pero ahí está precisamente el punto crítico, porque hay que controlar que el tratamiento de datos que se realiza en el ámbito escolar se va a llevar a cabo exclusivamente con ese objetivo educativo".