Gipuzkoa emprende un viaje hacia su futuro forestal con una exigua mayoría política, pero sin una visión compartida, con agentes que hablan diferentes idiomas. Después de varios meses de análisis en la ponencia sobre la situación de los bosques y la silvicultura de Gipuzkoa, el informe de conclusiones ha sido aprobado hoy en la comisión de Equilibrio Territorial Verde de las Juntas Generales de Gipuzkoa por siete votos a favor (EAJ-PNV, PSE-EE y PP) y seis en contra (EH Bildu y Podemos).

Las Juntas Generales abogan por una fiscalidad incentivadora y el pago por servicios ecosistémicos para impulsar una Gestión Forestal Sostenible

Estos dos partidos de la oposición han ofrecido su propio voto particular, elaborando su propio análisis de la situación, cada uno el suyo, que seguramente habrían calcado antes de que 23 ponentes ofreciesen sus puntos de vista durante meses.

Puntos fuertes

El informe de conclusiones finales aprobado tras meses de análisis y debate plantea medidas fiscales para incentivar la gestión y la actividad forestales, el impulso de la madera como materia prima renovable y sostenible, la importancia del kilómetro cero; el impulso de la bioeconomía y la multifuncionalidad de un bosque que debe velar por los intereses medioambientales, sociales y económicos. Y también el papel de la Fundación Basotik creada por la Diputación.

Como puntos fuertes, subraya el hecho de que Gipuzkoa se posicione, con unos 68 millones de árboles y una superficie arbolada del 61,6% de todo su territorio, como una región forestal “comparable a países como Suecia, Finlandia o Letonia”, grandes referentes a nivel mundial.

El documento considera adecuado mantener la proporción actual de coníferas (49%) para garantizar la producción de madera local

También valora su diversidad forestal, con “ecosistemas que abarcan desde microhábitats hasta macrohábitats interconectados”, formando una “distribución equilibrada y heterogénea entre especies frondosas y coníferas”; y también de especies autóctonas y alóctonas. 

El informe defiende que se mantenga en su actual proporción las masas de coníferas (49%), destinadas principalmente a producción de madera, para evitar el desabastecimiento, y que se incida en la gestión de las frondosas (51%), y se fortalezca su mercado.

Habla de un territorio “resiliente” en términos forestales, con parcelas que albergan una “biodiversidad rica en flora y fauna, con un alto valor medioambiental y paisajístico”. Y defiende un bosque gestionado de forma activa. 

Pagoeta bosques de gipuzkoa futuro

Puntos débiles

Entre sus puntos débiles, incide en la fragmentación de un monte que mayoritariamente está en manos de particulares (78,5%). El 80% de estas parcelas, de hecho, tienen menos de 10 hectáreas; y más del 50% menos de 5 hectáreas, lo que “complica la gestión y reduce la rentabilidad económica”.

También pesa en nuestra contra, según el texto aprobado, la compleja orografía que dificulta la gestión forestal y la encarece, así como los largos periodos que requieren las inversiones forestales para dar rendimiento: un tiempo prolongado durante el que los bosques están expuestos a desastres naturales como incendios y enfermedades. 

Todo ello, en un escenario de abandono de la gestión debido en parte a la falta de relevo generacional. “La edad promedio de los propietarios forestales es alta; más del 55% supera los 65 años y el 34% tiene más de 75 años”, recoge el documento. 

Desde marzo, han pasado por las Juntas Generales 23 ponentes de diferentes ámbitos para ofrecer su visión

Eso, junto con la baja rentabilidad, provoca un “aumento de la superficie forestal no gestionada: en los últimos años la superficie forestal abandonada ha aumentado en Gipuzkoa, llegando a suponer en la actualidad un 16% del total de la superficie forestal de Gipuzkoa (19.000 hectáreas sin gestionar)”, se detalle en las conclusiones.

Amenazas y oportunidades

El informe dibuja como las principales amenazas a futuro el cambio climático, que “está provocando más desastres naturales” y “aumenta los riesgos bióticos y abióticos”. En particular, especifica el articulado, “preocupa el incremento de plagas y enfermedades que afectan a diversas especies, lo cual se está convirtiendo en un problema de alcance europeo”.

Por otro lado, plantea como oportunidades la posibilidad de llevar la capacidad de captación de CO2 y el papel de los árboles en la lucha contra el cambio climático.

PNV, PSE y PP defienden en este documento un modelo basado en la “Gestión Forestal Sostenible (GFS)”, como herramienta “esencial para asegurar bosques multifuncionales” y afirma que la GFS “debe aplicarse a todo tipo de bosques”.

También se señala la importancia de impulsar los pagos por servicios ecosistémicos a los y las propietarias forestales: “Compensaciones económicas por proveer ciertos servicios ambientales o adoptar prácticas de gestión forestal que beneficien al conjunto de la sociedad”. Entre ellas, la contribución a la fijación de suelo, filtración de agua, el paisaje, los efectos favorecedores sobre la salud y el ocio, entre otros.

La visión ecologista

En la disidencia parlamentaria, de menor a mayor, Podemos ha lamentado que se haya “primado el interés económico” sobre el de los ecosistemas. A la portavoz Miren Echeveste le ha dolido sobremanera la “falta de equilibrio” en las conclusiones finales, pero sobre todo que no se recogiera ninguna de las aportaciones de los ponentes que su formación propuso: tres diferentes, los tres biólogos.

Ha dicho que habría que pedirles “disculpas” por hacerles “perder el tiempo” y ha justificado el voto particular de su formación y el haber redactado su propio análisis (Podemos tiene 2 escaños de 51), en el ánimo de dar luz a las tesis de sus biólogos de cabecera.

Eh Bildu y Podemos creen que el documento aprobado no recoge la “variedad” de aportaciones realizadas por los ponentes de carácter más ecologista

Echeveste ha hablado de “rentismo” y “terratenientes” para referirse a la propiedad forestal, que según los datos de la Diputación está vinculada en un 66% al mundo del caserío, mientras que otro 33,5% no tiene ninguna actividad agrícola o ganadera.

Para Podemos la situación forestal de Gipuzkoa “es muy mala”, con una “pérdida de fauna, flora y biodiversidad”. El desastre mayúsculo. Dicen que “el informe ha desoído lo que dice la ciencia” y abrazado la “rentabilidad cortoplacista”. Y que el hecho de “ser el territorio más verde (el 61,6% de la superficie de Gipuzkoa es masa arbolada), no significa que la situación sea buena”.

EH Bildu: más árboles autóctonos

EH Bildu también ha emitido su voto particular, con la diferencia de que en vez de representar el 4% de la cámara, da voz al 43%. Y esto sí es más preocupante, porque esta falta de entendimiento y de visión es un debe en tiempos de cambio y retos que afronta el sector, afectado por un mare magnum de normativa medioambiental europea, el cambio climático y las enfermedades.

La vía de entendimiento no parece estar cerca, pero quizá tampoco lejos, ya que la portavoz del PNV, Saioa Andrés, ha precisado que EH Bildu presentó enmiendas a 38 de los 164 puntos que conforman el informe de conclusiones. Y que en 22 de ellos podían haberse entendido. La portavoz jeltzale ha afeado a EH Bildu que se desmarque únicamente por ese 9% (16 enmiendas) de 38 que PNV, PSE y PP no habrían aceptado incluir en el documento de conclusiones definitivo, al parecer.

Eneritz Otamendi, la portavoz de la coalición soberanista, ha lamentado que el informe final no recoja la “variedad de aportaciones que hemos tenido” en estos meses por parte de los 23 ponentes. Ha cuestionado que se incluyan como fortalezas de nuestro mapa forestal la buena conectividad, cuando hay “informes que alertan de lo contrario”. O la situación de los hábitats de especial interés. “En esta comisión hemos oído que todos están mal”, ha recordado Otamendi.

EH Bildu defiende que se protejan y primen los bosques naturales, frente a los de plantación, y que para ello se deberían tomar “medidas diferentes”. Incide en que deben primar las especies autóctonas sobre las alóctonas, que llama “exóticas”. Y considera que en los parques naturales debería tener prioridad la conservación de la fauna sobre el resto de consideraciones, independientemente de si estamos en propiedad privada o pública.

La coalición soberanista también es partidaria de prohibir la corta a hecho o matarrasa en lugares con grandes pendientes, e ir reduciendo las ayudas forales que complementan los gastos de una plantación en el caso de los árboles alóctonos. La normativa actual ya contempla ayudas mayores para plantaciones de especies autóctonas. El giro de EH Bildu es que, además, haya cada vez menos subvención para las alóctonas, sin fijar un suelo para ello. ¿Hasta la eliminación de toda ayuda?

Medio lleno o medio vacío

Otamendi ha dicho que el informe de conclusiones se “alinea de forma subjetiva” con la política forestal de la Diputación y con el sector y por eso ha justificado su voto particular. “Aun así, queremos confiar que es necesaria otra política forestal y que el punto de inflexión que vivimos hoy es una oportunidad para trabajar en el futuro”, ha señalado.

El PNV les ha llamado “portavoces de calamidades”. Ha acusado a Podemos y EH Bildu de hacer un drama en cada debate e intentar “hacer ver que todo está mal”.

Por su parte, el PSE-EE ha destacado la importancia que tienen los árboles y los bosques para la ciudadanía y el PP ha añadido que el informe es “un buen punto de partida que planta los problemas existentes y las soluciones” a los mismos.