Tras el ruido provocado por los tuits ofensivos del ya exvicerrector Guillermo Quindós desde una cuenta falsa, la palabra y el contraste de ideas salieron por fin a escena en el primer cara a cara entre Eva Ferreira y Joxerramon Bengoetxea, candidatos al rectorado de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Era el primer debate electoral en la friolera de 16 años. Desde los comicios en los que Iñaki Goirizelaia (rector de 2009 a 2017) se impuso por un estrecho margen a Marisol Esteban.

Convocados por el Consejo de Estudiantes en el Aula Magna del Campus de Leioa, la catedrática de Economía Aplicada y el catedrático de Filosofía del Derecho hicieron lo que se supone a la Academia, una exposición argumentada y serena sobre sus respectivas visiones para la universidad pública vasca alejada del barro de las redes sociales. La única alusión –más o menos velada– a la polémica que ha sacudido a buena parte de la comunidad universitaria, y de paso la campaña, se escuchó en el minuto de oro del aspirante al sillón que ocupa Ferreira desde el año 2021.

Con un balón de rugby entre las manos, Joxerramon Bengoetxea comparó su candidatura con el deporte universitario por excelencia ya que representa “nuestros valores, el fair play, rugbian ez dago joko zikinik (en el rugby no hay juego sucio), el compañerismo, el respeto por los contrincantes, la firmeza para defender nuestras propuestas, la transparencia y el trabajo en equipo”. Bengoetxea aprovechó el punto álgido de su intervención ante decenas de estudiantes y docentes para incidir en el mensaje clave elaborado por la candidatura que lidera: Denon artean/Un proyecto compartido . “Entre todos”, dijo Bengoetxea, “lograremos estar orgullosos de la universidad” y tener “unas condiciones laborales dignas libres de la carga de la burocracia”. Asimismo, afirmó que de ser elegido creará un rectorado “que se ocupe del alumnado, un rectorado cercano, que sepa escuchar y responder. Convertiremos en realidad esa universidad que soñamos todos. Nos merecemos una nueva oportunidad, un proyecto compartido”.

Por su parte, Eva Ferreira apeló (en un discurso en euskera y castellano) a la “solvencia” demostrada por su equipo los últimos cuatro años para hacer que la universidad “sea mejor y más atractiva (…) tanto para mejorar la oferta académica, como la vida cotidiana de los campus”. Porque, según recalcó, “nuestra universidad pública puede y debe mejorar”. Frente al cambio en abstracto, Ferreira pidió el apoyo de la comunidad universitaria “porque lo que decimos lo cumplimos”.

La catedrática dedicó los últimos compases de su intervención al orgullo de pertenencia a la universidad, uno de los temas centrales sobre los que está pivotando esta campaña electoral. Y es que el desapego hacia los colores de la UPV/EHU es uno de los males endémicos que aqueja a la universidad pública vasca y que ningún rectorado hasta la fecha ha conseguido arrancar del sentir de la comunidad universitaria. La novedad es que nunca hasta ahora la falta de identificación con la marca UPV/EHU había tenido tanto protagonismo, algo que ninguna de las dos candidaturas ha pasado por alto.

En este sentido, Ferreira dijo al alumnado: “No olvidéis que estudiáis en una universidad pública, de las mejores del Estado, algo que valoraréis mucho más cuando salgáis y hagáis comparaciones. Queremos que esta universidad os deje huella, que os atraviese en lo personal y en lo académico y que con vuestro paso también dejéis una buena huella, desde la crítica, desde el orgullo, soñando con los pies en la tierra, con optimismo y con argumentos”. Así, Ferreira pidió el voto a las personas presentes “porque lo que decimos lo cumplimos y somos solventes. Porque en la diversidad, crecemos tejiendo”.

Propuestas

Más allá del minuto de oro, el debate sirvió para escuchar un sinfín de propuestas por parte de ambas candidaturas. Teniendo en cuenta la audiencia, Ferreira centró muchas de sus promesas en los problemas que afectan al alumnado. Mensajes que su equipo de campaña se encargó de retuitear al final del debate, cuya emisión por streaming a través de EHUTB falló desde el inicio del mismo. “Aunque no sea nuestra competencia directa, nosotros defenderemos que la primera matrícula en la universidad sea gratuita”, aseguró, ya que la universidad pública “debe tener un acceso sencillo” .

Sobre el acceso a la vivienda, Ferreira señaló que “vamos a aumentar las plazas en las residencias, en concreto, con 650 plazas más, que empezarán a construirse enseguida. Por otro lado, tenemos planes para facilitar el compartir viviendas”. Asimismo, la candidatura #Ehuntzen espera que con la mitad del presupuesto destinado a la gestión de actividades por el estudiantado, la universidad “sea un lugar en el que permanecer después de clase, con diversas actividades culturales, deportivas y académicas”.

Además, quieren que el tema de la salud mental “esté en el centro y apoyaremos desde nuestras facultades de psicología y de medicina para reforzar los apoyos existentes”. Ferreira también aludió al plan de inclusión que ya está en marcha y que “tenemos que materializarlo a fondo. Es imprescindible detectar las vulnerabilidades para actuar”. Y respecto al euskera, la catedrática afirmó que “debemos asegurar que siga habiendo ayudas para traducir y preparar materiales y textos docentes, y que cada quien, desde la realidad de su nivel, tenga facilidades para insertarse en el idioma”.

La candidata hizo una defensa de la universidad pública ya que sin la educación pública “no conseguiremos que la igualdad de oportunidades sea una realidad para todos”. Ferreira apostó por que el profesorado tenga buenas condiciones laborales. Según afirmó, lo que ha hecho su equipo es “minimizar el número de personas sustitutas a tiempo parcial”.

¿Y la burocracia?

El aspirante Bengoetxea apostó por un cambio en la universidad frente a la “burocracia” existente y situaciones como la que padece algún profesor sustituto “con un contrato de 800 euros” o las dificultades que afrontan algunos estudiantes. Señaló que la UPV/EHU “tiene que liderar el sistema universitario vasco”, por lo que reclamó más financiación y avanzó la intención de su candidatura de reunirse con los grupos parlamentarios para incidir en esta demanda. Bengoetxea planteó una bajada de los precios de las matrículas y expuso “la necesidad de contar con más profesores con buenas condiciones laborales”.

Entre otras medidas, planteó un sistema que asegure “la sustitución rápida” de una baja mediante “una contratación a tiempo completo”, al considerar que el rectorado no ha garantizado las contrataciones en esas condiciones. También criticó el estado “lamentable” de algunas instalaciones y “la falta de espacio para la docencia” y defendió una “inversión potente” en infraestructuras y materiales.

Según reprochó, el actual equipo rectoral ha llevado a cabo un mantenimiento “con parcheos” y hay profesores que “no cuentan con un ordenador”. Un “ambicioso” plan de digitalización, la conexión entre campus mediante transporte público, y una reorganización y revisión “exhaustiva” de recursos para la atención al alumnado vulnerable y a la violencia de género son otras de sus propuestas. Bengoetxea apostó por “un proyecto compartido” y abogó por impulsar la participación estudiantil, de manera que los alumnos hagan llegar al rectorado sus demandas.