Sufrió un siniestro en la carretera hace 22 años, y sintió entonces que de algún modo tenía que dar un paso al frente para concienciar a sus compañeros de profesión y a los más jóvenes sobre cómo puede cambiar la vida en un segundo. “Conducir una moto puede parecer que es sencillo, pero no lo es tanto. Exige observar constantemente lo que está sucediendo a nuestro alrededor, porque la realidad es que se ve de todo en la carretera: accidentes graves, conductores profesionales y otros que van medio dormidos”.
Aitor De Velasco, ertzaina de la Unidad Territorial de Tráfico de Bizkaia, ha participado este miércoles en la jornada profesional de tráfico Seguridad Vial en moto: claves para una conducción segura, organizada con el fin de redoblar esfuerzos en la protección de este colectivo vulnerable, uno de los más frágiles desde el punto de vista de la Seguridad Vial.
No es casual que el encuentro anual de Tráfico haya tenido lugar en el Kursaal de Donostia. En lo que llevamos de año 14 motoristas han perdido la vida en accidente de tráfico en la red viaria vasca, nueve de ellos en Gipuzkoa, tres en Araba y dos en Bizkaia. Está siendo un año negro en nuestro territorio. “Si nos centramos en las estadísticas, son los conductores de vehículos quienes más percances tienen en las carreteras, pero poniendo el foco en los colectivos más vulnerables vemos que son las personas que conducen motos quienes mayores accidentes fatales sufren”, asegura el consejero de Seguridad del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, que ha inaugurado esta mañana la jornada.
El principal perfil de los motoristas fallecidos es el de varón con una edad comprendida entre los 25 y 64 años que conduce motos de cilindrada media por vías interurbanas
Principalmente, los fallecidos son varones con una edad comprendida entre los 25 y 64 años que conducían motos de cilindrada media por vías interurbanas. Toda precaución es poca sobre las dos ruedas y hay una serie de “trucos” que De Velasco intenta enseñar a sus compañeros. “Es necesario mirar a lo lejos, fijarse en los retrovisores de los coches para saber hacia dónde están mirando los conductores. Muchas veces se están fijando en el teléfono y no prestan la debida atención a la conducción. También es importante observar el movimiento de las ruedas delanteras de los vehículos. Hay que estar muy atento a la carretera y a todo lo que sucede en ella. Todo ello exige un periodo de adaptación”, asegura este ertzaina, que ha sido profesor de Seguridad Vial en la academia de Arkaute, donde se organizan desde hace seis años cursos de formación para mejorar las habilidades. Más de medio millar de conductores han realizado durante este tiempo prácticas.
“Es necesario mirar a lo lejos, fijarse en los retrovisores de los coches para saber hacia dónde están mirando los conductores"
Reconoce el ertzaina que, “desafortunadamente, se ven muchísimos accidentes, algunos de ellos graves que no quisiéramos ni recordar”. Son nueve motoristas fallecidos en Gipuzkoa. Todos ellos durante los siete primeros meses del año. Más de uno por mes. Se trata de una cifra muy alta si se tiene en cuenta que durante todo el año pasado fueron diez las personas a bordo de una motocicleta que fallecieron en la red viaria del territorio.
Lista negra en Gipuzkoa
Nueve personas, siete hombres y dos mujeres, que engrosan una lista demasiado larga y que no responde a un lugar concreto. Los accidentes se han producido tanto en vías de alta capacidad como la Variante de Donostia, donde en abril murió una mujer de 52 años, o la N-I a su paso por Villabona, donde a finales de junio falleció una joven zarauztarra de 21 años, y también en la Autovía del Urumea (A-15), donde un hombre falleció en febrero tras caer al río en Hernani.
También en carreteras secundarias, como ocurrió en enero en la GI-631 entre Azpeitia y Zestoa, donde murió un motorista vizcaíno de 44 años; o el accidente en el que falleció un irundarra de 57 años que tuvo lugar en mayo en la GI-636 a su paso por Errenteria. Incluso, un motorista eibartarra de 67 años falleció en mayo en las calles del polígono Ibur Erreka atropellado.
Zupiria señala a este respecto que la Seguridad Vial es “una responsabilidad compartida” entre todas las instituciones, organizaciones, asociaciones y agentes comprometidos “con el gran reto de reducir la accidentalidad”. Del conjunto de colectivos vulnerables, el de las y los motoristas es el que más personas fallecidas deja cada año en Euskadi.
Según informa el Gobierno Vasco, desde 2019 la tendencia venía siendo decreciente, y el año pasado se registró la cifra más baja de motoristas fallecidos o fallecidas en Euskadi en los últimos 5 años (11), si bien cabe recordar que diez de ellos murieron en Gipuzkoa.
En lo que llevamos de 2024 ya se ha superado esa cifra en la CAV. Supone, según indica Zupiria, un nuevo desafío para el Gobierno Vasco, “porque trabajamos con una Visión Cero Víctimas”, tal y como recoge el Plan Estratégico de Seguridad Vial y Movilidad Segura y Sostenible 2025, así como el Pacto Vasco por la Seguridad Vial. “Una sola persona fallecida ya es demasiado”, asegura el consejero.
“Es importante que quienes nos encontramos en las carreteras conduciendo cualquier tipo de vehículo tengamos mucho cuidado con las personas más vulnerables. Es algo que exige que aprendamos a convivir en ese espacio que puede resultar peligroso”, recuerda.