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Emotivo homenaje para los fallecidos este año, de la mano de Funeraria Vascongada-Mémora

El bonito memorial tuvo lugar el miércoles por la tarde, en el Palacio Miramar de Donostia, donde decenas de familias pudieron recordar a sus seres queridos

Vascongada-Mémora organiza un emotivo homenaje en memoria de los que se han idoArnaitz Rubio

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Con el deseo de acompañar a la familias en el duelo, Funeraria Vascongada-Mémora reunió el miércoles en el Palacio Miramar de Donostia a decenas de familias para recordar a los seres queridos fallecidos este año. Un emotivo homenaje en memoria de los que ya no están entre nosotros, que se acompañó de música, literatura y símbología, todo ello para dar voz a aquellos sentimientos que tanto cuesta expresar tras sufrir una pérdida, y desde el respeto y la pluralidad de creencias. 

Velas para evocar recuerdos

Se dice que con la muerte física nace la vida de los recuerdos, y que cuando alguien fallece, olvidamos lo que dijo o hizo, pero nunca lo que esa persona nos hizo sentir. De ahí la importancia de evocar los recuerdos que nos despiertan las personas que nos han dejado. Para ello, y mientras sonaba Txoria txori de Mikel Laboa, se prendió una vela blanca, como símbolo de la luz y de la necesidad de hacer del recuerdo el faro que alumbre el camino de los que se quedan. 

Durante la ceremonia, se encendieron cinco velas, como símbolo del duelo, el coraje, el recuerdo, el amor y la esperanza, y repartieron una rosa blanca a cada uno de los asistentes

Después, se encendieron cinco velas, como símbolo del duelo, el coraje, el recuerdo, el amor y la esperanza. El duelo es el dolor que provoca el profundo amor que sentimos por esa persona. El coraje es aquello que necesitamos para confrontar nuestra pena. En tercer lugar, prendieron una vela por el recuerdo por los tiempos pasados y el amor y la alegría compartidos. La cuarta vela simboliza el amor y el agradecimiento por compartir una vida. Y, por último, dedicaron la última llama a la esperanza. “Reunirnos cómo estamos haciendo a través de sentimiento, encender estas velas simbolizando el amor compartido, seguramente será la mejor manera de gestionar toda esta retahíla de emociones que nos invaden y se agolpan en el corazón”, expresaron desde Mémora. 

Seguidamente, y mientras sonaba Somewhere over the rainbow, repartieron una rosa blanca a cada uno de los asistentes “como símbolo del amor y la ternura que perdurarán siempre”. 

Literatura y música

Además de los símbolos y la música, la literatura fue otro de los canales utilizados para llevar a cabo el bonito acto en memoria de los seres queridos fallecidos. Así, se procedió a leer el cuento La isla de las emociones, de Jorge Bucay, mientras se escuchaba de fondo Lágrima, un preludio romántico para guitarra de Francisco Tárrega. 

Finalmente, los asistentes entonaron Xalbadorren heriotzean, de Xabier Lete, y después disfrutaron de un ameno cóctel.