Casi dos horas después del descarrilamiento esta mañana del tren de la línea de Cercanías Gipuzkoa, los pasajeros afectados han podido coger por fin dos autobuses en dirección Brinkola, en el mismo sentido que circulaban hasta que algo raro ha comenzado a suceder. “Estábamos entre Martuene y Hernani cuando el tren ha parado un par de veces. Nos han dicho que se trataba de una avería, pero lo desconcertante ha venido después, cuando han señalado que el tren había descarrilado un poquito”, relata a este periódico un joven que, como el resto, en ese primer momento no ha sabido interpretar muy bien que quería decir eso de “un poquito”. 

Más que el descarrilamiento en sí, que, afortunadamente no ha causado daños personales, los pasajeros se mostraban molestos por la gestión posterior del plan de evacuación, que les ha hecho perder una mañana en la que no han dejado de recibir órdenes “un tanto contradictorias”. 

El accidente se ha producido sobre las 10.30 horas, y en torno a las 12.20 horas los viajeros han podido regresar en el mismo tren -tras desprenderse del vagón afectado- hasta el apeadero de Martutene, donde se ha llevado a cabo el trasbordo. La mayor parte ha continuado el trayecto en autobús en dirección Hernani, aunque otros muchos han optado por volver a casa. Entre los afectados, jóvenes estudiantes y empleados que no han podido llegar con puntualidad a sus puestos de trabajo. Caras largas, buenas dosis de resignación, e indisimulado enfado entre quienes tenían compromisos inaplazables. 

Ha sido un poco caótico. No sabían ni ellos lo que iban a hacer. Nos han dicho que iban a desenganchar los vagones traseros para volver a Donostia, luego que no, y ahora están discutiendo”, resoplaba un joven poco antes de coger el autobús. 

Confusa vuelta atrás

Aiora tenía esta mañana una reunión de trabajo en Beasain que se ha visto obligada a cancelar. Dos horas después la donostiarra se disponía a coger un autobús de línea de vuelta a casa, en medio de la confusión que ha generado el plan de evacuación. “Hemos vuelto a Martutene en el tren, en los vagones de atrás. Al principio nos han dado a elegir, o bien bajar aquí o continuar hasta Donostia. El caso es que nos hemos quedado en el tren con la idea de llegar a destino, y ahora los de seguridad nos obligan a bajar”, explicaba la joven. Sin perder la sonrisa reconocía que no acaba de entender tanta orden contradictoria. 

Pasajeros subiendo a uno de los autobuses tras el descarrilamiento. J.N.

Al igual que otros pasajeros, Aiora ha comenzado a notar algo raro en el tren poco después de salir de Martutene. “Nos hemos parado un poco, luego hemos continuado la marcha. Después nos han dicho que en Hernani teníamos que cambiar de tren. Hemos continuado un poco más, y ya es cuando nos hemos quedado parados. Nos han indicado que había una avería, que teníamos que esperar. Después nos han vuelto a decir que iba para largo, que estaban tratando de ver el modo de hacer el trasbordo en autobús”. El remate, al cabo de una hora, ha sido cuando personal de Renfe ha pasado “para decirnos que el tren había descarrilado un poquito”.  

El vagón afectado ha sido el situado justo en la parte trasera al que ocupaba Aiora, en el que viajaba una amiga suya. “Me ha dicho que ha sido como cuando vas en coche y pasas un bache. Al parecer el vagón se ha salido al reanudar la marcha tras el primer parón. Hay gente que se ha puesto nerviosa, sobre todo aquellos que tenían compromisos por llegar a una hora y han visto que no estaban recibiendo ninguna información de lo que ocurría”.

Tras el contratiempo Aiora aguardaba la llegada del autobús de línea en dirección a Donostia, mientras varios pasajeros con destino Brinkola no dejaban de lanzar la pregunta al aire ante agentes de seguridad. ¿Pero este autobús que habéis puesto a dónde va?